LAS ORILLAS
AIZPURUA TAR JOSU Mª
La vida fluye, es
como un río interminable que siempre parece igual pero siempre es distinto y
donde cada uno tenemos un trayecto, mínimo para el río, pero total para
nosotros. Hemos de vivirlo.
Pero el río tiene dos orillas; la orilla diestra y la orilla izquierda, y la vida te obliga a transitar por una de ella, desde que naces, cuando creces, y hasta en la muerte tu tumba será distinta según por la orilla que caminaste, e incluso puede que te arrojen al camino, anónimo, ocultado, cuando la saña de la orilla de enfrente te niegue la Humanidad.
Y esto que ha sido
así desde siempre, desde el albor de la Historia, hoy en el siglo XXI la
Humanidad está en condiciones económicas e intelectuales, para cruzar el río,
para tender un puente que al fin permita nacer en igualdad y libertad para
caminar sin ira por el trozo que la naturaleza te dotó, aunque hay quien eso no
le satisface pues el antiguo modo le da una mayor confianza en sobresalir y no
medirse con la plebe.
La orilla derecha,
sigue un guion antihumano, rompió con la solidaridad de la tribu que permitió
vencer a la naturaleza hostil, y ha creado una casta de vencedores, cuya única
misión es segregar a su territorio entre nosotros y ellos. La represión y la
guerra son sus armas, sus logros: la miseria, el patriarcado, la esclavitud, la
precariedad, el paro, y todo frente a su creciente opulencia.
Por la otra orilla
caminan amontonados todos los desposeídos que en el mundo han sido; las mujeres
sojuzgadas, la clase obrera, los esclavos rebautizados, los que nada tienen,
los enemigos del amo. Parecen derrotados, pero tienen esperanza y ello les dará
la victoria por que son más y en algún momento tomarán conciencia de ello.
¿Es la lucha de
clases? Ya no es necesaria, hoy es posible la transición pacífica hasta el
nuevo estadio que es posible desde la inteligencia y el potencial económico que
ya permitiría el sueño comunista de a cada cual según su trabajo o sus
necesidades. Una reorientación social basada en nuevos paradigmas de honradez y
solidaridad permitirían ya el puente al futuro en una sociedad armónica.
Cometieron el error del voto universal cuando lo compraban, y hoy les arrolla y
sólo con los traidores se mantienen en corrupción generalizada. Las “listas
abiertas” ya los hubieran borrado de la Historia.
Mirar atrás,
enmendar el pasado, es estéril: nada hay que pueda servir para el futuro. Los
ídolos en estatua que ya caen por Latinoamérica son la señal de los tiempos
cambiantes. Los principios rectores de la casta son nefastos para el Género
Humano, donde hay de todo, y no sólo de ellos y para ellos como pretenden.
Deben cambiar y lo saben, pero, pretenden su ultimo coletazo fascista que
deberemos neutralizar desde nuestra orilla, seguros que nuestra misión es impedir
que regresen sus valores, que nos trajeron en los últimos tiempos: Holocausto,
Guerra Civil, Dictadura y brechas indignas entre los seres humanos que nacieron
iguales y a los que pusieron etiquetas para deshumanizarlos: rojos, pobres,
negros, comunistas, feminazis, podemitas.
En la alternativa
está la esperanza de un futuro mejor.
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