ECLIPSES (I)
El
eclipse a), la inhabilitación de Rodríguez, es un apagón en la separación de
poderes. El b), la inhabilitación del Ministerio de Trabajo para la reforma
laboral, es un apagón en las posibilidades de un Gobierno entre Tercera Vía y
socialdemocracia
GUILLEM MARTÍNEZ
1- El viernes los planetas se alinearon y provocaron dos eclipses. A saber: a) la inhabilitación de Alberto Rodríguez, y b) la inhabilitación del Ministerio de Trabajo como ente capaz de elaborar una reforma laboral. Los dos eclipses son importantes, respectivamente, en su ramo. El eclipse a) ilustra un apagón estructural en la separación de poderes –se dice rápido–, el eclipse b) es un apagón en las posibilidades de un Gobierno de coalición entre Tercera Vía y socialdemocracia. Un eclipse es, a su vez, oscuridad. Pero, por lo mismo, la oscuridad es la posibilidad puntual de ver lo que esconde la luz. Esconde una galaxia. Los dos eclipses explican, así, la galaxia esp. Explican un momento y resultado, imposible de ver sin eclipses. Explican la rabiosa actualidad no explicada en las páginas dedicadas a la rabiosa actualidad, porque están hablando de la rabiosa actualidad.
2- Empiezo,
arreando, con lo del eclipse a). El caso Rodríguez. O, mejor, el caso Batet.
3- Se confirma que
Batet fue por libre. En la reunión de la Mesa, el PSOE acudió con
posicionamientos cercanos a UP. El PSOE, al ver, en tiempo real, el cambio en
la decisión de Batet, se pasó un rato de perfil. Hasta que recuperó la frontal
y se alineó –lo contrario hubiera sido extraño– con la tercera autoridad del
Estado, que, además, es de su partido. Momento en el que se acabó el recorrido
del Legislativo ante el abuso judicial. Zas. Es importante saber lo que podía
haber hecho la tercera autoridad del Estado, y el posible proceso de toma de
decisiones que le condujo a hacer lo contrario.
4- Batet podía
haber hecho mucho. Crear precedentes, en un momento en que –salvo en los medios
constitucionalistas– aún no era de apremio, por lo que admitía arte y ensayo.
Sobre los precedentes democráticos aplazados: me quedo con la exposición del
catedrático de Derecho Procesal de la UB, Jordi Nieva. A saber: una resolución
de la Mesa explicando que la sentencia a Rodríguez no establece su cese como
diputado, que Rodríguez tiene derecho a interponer recurso de amparo, que el TC
podría suspender la ejecución de la sentencia, y que si el Congreso cesara a
Rodríguez crearía una situación irreparable, que el TC no podría restaurar
–como, me temo, así ha sido–. Con todo ello –nada épico o del otro jueves–, la
patata pasaría al Judicial, que tendría que haber llamado a las cosas por
escrito y por su nombre. No hubiera resultado muy edificante, por lo que tal
vez no lo hubiera hecho. O sí. Ese itinerario señalado por Nieva no supone, por
otra parte, desobediencia al TS. Desde la obediencia, permite visualizar, en
Esp y Europa, una dinámica del Judicial, que la inacción de Batet ha
normalizado.
5- Batet abandonó
la partida en los primeros minutos de juego. ¿Por qué lo hizo? Posiblemente por
la amenaza, especificada en la última reunión de la Mesa, de una querella
emitida por el pack Constitucionalismo. ¿Existe la posibilidad de que la
tercera autoridad del Estado vaya al trullo por ejercer la defensa de su
autonomía? Existe. Es más, existe incluso la posibilidad de que un dipu sea
condenado por una patada más rápida que la vista, que solo vio un policía con
superpoderes –por cierto, ya son dos patadas telequinésicas de diputados que
van a acabar en juicio: la vista por la rabona de Iñigo Errejón está al caer;
si el Congreso fuera un equipo de fútbol superaría, según el Judicial, al
Athletic de Bilbao de mi infancia, el que dejó tibio a Maradona–. De ello se
desprende que a) Batet fue presionada políticamente. Lo que es normal en un
parlamento. Lo que es menos normal es ser presionada parajudicialmente.
Amenazándola, no con el cumplimiento de la ley, sino con un acto de
arbitrariedad del Judicial. Es igualmente importante que Batet b) no resistiera
esa presión ya en la primera casilla. Es decir, no vio, o no ponderó la
gravedad de lo que estaba en juego. La autonomía parlamentaria, su defensa. Lo
que indica que es un error tener representantes tan sensibles a la presión. Con
el Judicial en el monte, los cargos del Legislativo y el Ejecutivo deben venir
de casa no solo llorados, sino también con una muda y cepillo dental. O estamos
perdidos. Llevar a Batet a la presidencia del Congreso ha sido, desde ese punto
de vista y de la época, un error de casting.
6- O no. Lo que nos
conduce a su proceso de toma de decisiones. En la cultura PSOE falta léxico
para abordar el conflicto con un Judicial que ya ha tomado Marruecos. Sí, posee
léxico para enfrentarse en la política a PP, Vox y C’s. Pero no para aludir al
planeta Judicial. Algo preocupante cuando el problema no es político, sino
judicial –no se pierdan el punto 9–. La razón: entrar a describir y calificar
actitudes y dinámicas judiciales sería abandonar el género pastoral de la
democracia modélica esp –nota: no existen democracias modélicas en el mundo;
todas las democracias están tensionadas; Francia, USA…; la disciplina
democrática es tal vez eso: tensión y capacidad de superarla; no disponer de
léxico para explicar esas tensiones es, por tanto, una seria carencia
democrática–. El hecho de que no exista ese léxico empieza a ser un lastre para
el PSOE. Sin léxico, Batet tomó sus decisiones como pudo. Con otro léxico.
7- En todo caso,
Batet perdió la oportunidad de erigirse en un referente ético frente a lo que
está pasando. Algo importante, pues a) seguirá pasando. Y b) no hay referentes
éticos. Su decisión es una descapitalización del PSOE. Y un indicio, un aviso
al Judicial, que ahora ya sabe que no solo puede emitir condenas absurdas
contra miembros del Legislativo –u, ojo, del Ejecutivo; al tiempo–, sino que
aún pueden ser más absurdas, pues no generan, siquiera, capacidad de escándalo
en ese PSOE sin léxico. El hecho de que todo haya pasado por segunda vez,
aumenta, diría, la gravedad. Y la alegría, supongo, en el Judicial.
8- En efecto, esto
es una segunda vez. Pasó algo parecido en mayo de 2019, con cuatro diputados
procesistas. El TS pidió al Congreso su suspensión, en virtud de un artículo de
la LECrim de cuando ETA. Lo que haría reír si no hiciera llorar. El Congreso podría
haber plantado batalla. No lo hizo. No se trataba de defender el procesismo,
sino la autonomía parlamentaria. Sin su defensa, el Judicial transita hoy
fronteras, sin escándalo de nadie. En general, ante el procesismo, ese abuso de
la mentira, se dio un abuso de Estado, como quedó explicado en su día. En
general, el procesismo hoy podría ser un referente ético en momentos como este.
No lo es. Por su ausencia de ética. El hecho de que Batet, en esta segunda
actuación, haya optado por lo mismo que en 2019, explica una constante. Un
problema ético, a su vez.
Quizás la actitud
de Marchena ante aquel wasap es el momento en el que el Judicial se da a
conocer como el objeto hegemónico de las extrema-derechas locales
9- Lo que nos lleva
a lo que está pasando. ¿Qué está pasando? En noviembre del 2018 trascendió un
wasap del portavoz del Senado en el PP, Ignacio Cosidó, jactándose de que,
implícitamente, vía Marchena, el PP disponía del dominio en la Sala Segunda del
TS. Marchena, indignado, renunció al posible cargo de presi del CGPJ como
protesta. Se entendió en todo ello un ejercicio de independencia del Judicial,
y en la persona de Marchena. Es muy posible que no fuera eso lo que sucediera.
Marchena, en efecto, proclamó su independencia respecto del PP. Explicó, con
ese acto, que no precisa al PP, sino que lo que sucede es lo contrario. De
hecho, el PP hoy es un partido a remolque del Judicial. Quizás la actitud de
Marchena ante aquel wasap es el momento simbólico en el que el Judicial se da a
conocer como el objeto hegemónico y autónomo de las extrema-derechas locales.
Su líder. Posee sus propias herramientas y su programa. Es el Deep State ese.
Lo que es una originalidad europea, que no americana. En lo que parece ser la
tesis –que aún no me lo he comido todo– de Pedro Vallín en C3PO en la Corte del
rey Felipe, en Esp no hay unos partidos que –Polonia; Hungría no, que ya es lo
siguiente–, llegados al Ejecutivo, mangoneen al Judicial –eso, me temo, ya
pasó–. Hay un Judicial que presiona para que esos partidos accedan al
Ejecutivo, alejándose con ello de la CE78 y de la inconstante tradición
democrática esp. El Judicial es el problema. Los partidos Constitucionalistas
son su brazo político, por utilizar su vocabulario. Marchena, un juez cada vez
más problemático en el interior y en Europa, pero cuya carrera empieza en
épocas PSOE, se consolida en épocas PP, hasta crear su propia época; no solo es
la metáfora de lo que pasa, sino de lo que ha pasado. Lentamente, sin léxico,
hemos creado una bestia. Ya es más grande que el Legislativo.
10- Lo que es
llamativo es que el conflicto con ese Judicial arbitrario e iliberal se puede
plantear antes en Europa que en esa Esp sin léxico frente a la involución. O,
tal vez, eso ya ha sucedido. Esta semana. El TEDH ha condenado a Esp por
violación de los derechos procesales de un acusado –Case of Serrano Contreras
v. Spain (nº 2)–. Lo que no es importante, que el TEDH está para eso. Lo
importante es que –afirma la sentencia–, a) el TS se excedió en el margen de
interpretación de la sentencia anterior del TEDH que debía aplicar,
distorsionándola. La distorsión, en este caso, es la prima de la desobediencia.
También es importante, mucho, b) el tono empleado por el TEDH, una mezcla de
estupor y desapego frente al TS. Y hartazgo. Algo ha cambiado. Vendrán más
sentencias y más agresivas, pues esto ya es un problema enojoso. Y democrático.
Veremos.
11- Bueno.
Consecuencias políticas del caso Batet. El Judicial creó una gran tensión en el
Ejecutivo y el Legislativo. No hubo la unión deseable ante un abuso. La cosa
quedó así. PSOE cerró filas en torno a Batet. Hubo la habitual protesta de Odón
Elorza. Algo loable, pero mínimo. Hubo, no obstante, sorprendentes
posicionamientos individuales. Como el exministro de Justicia López Aguilar,
que en un artículo hizo un serio esfuerzo léxico ante la presión del TS sobre
el Legislativo e, incluso, ante la anterior sentencia a Alberto Rodríguez. Por fin.
Si bien en la dirección contraria a la necesitada. Normalizando el asunto y
dotándolo de un carácter democrático que tira de espaldas. Socorro.
UP está viviendo
sus últimos momentos. Avanza hacia algo nuevo y que puede tener otro nombre.
Una estructura federal, liderada por Yolanda Díaz
12- UP estuvo torpe
y lento de reflejos ante un problema estructural. Explicaciones: a) la cosa fue
ganando velocidad, hasta ser vertiginosa. Explicación b): Telegram, una forma
de tomar decisiones muy frecuente en los últimos años, si bien es muy útil y
efectiva para poner a caldo a Koeman, lo es menos en estructuras políticas
complejas. Explicación c): se juntó el hambre con las ganas de comer. Es decir,
en pocas horas cayó encima la crisis Rodríguez y la crisis Calviño. Mucho para
Telegram. Explicación d), más matizada: UP está viviendo sus últimos momentos.
Avanza ordenadamente hacia algo nuevo y que puede tener, incluso, otro nombre.
Una estructura federal, liderada por Yolanda Díaz, cuyo eje estilístico es el
laborismo. Un partido relacionado con el sindicalismo, una socialdemocracia
dura y diferenciada de la Tercera Vía. No se sabe qué partidos y grupos
integrarán esa nueva opción, que puede llegar a ser más amplia de lo previsto.
Es decir, supondrá el nacimiento, tal vez, de nuevos profesionales. Y el olvido
de otros. Ahí hay también ciertas tensiones, que el pasado viernes complicaron
a una Yolanda Díaz que ya tenía suficiente con lo suyo. Veremos. Explicación
e), o simbólico-poética: UP es un cangrejo, en ese momento en el que se ha
desprendido del caparazón antiguo, y aún carece del nuevo. Para ese momento,
los indios yaganes tenían una sola palabra. Que traducida significa depresión.
Ese punto en el que es difícil emitir soluciones ejecutivas ordenadas.
13- Alberto
Rodríguez ha optado, a su vez, por el distanciamiento ante Podemos. Y por un
nuevo equipo de defensa. El de Puigde, un tanto mediático y con zonas no
diáfanas. Ese cambio puede implicar también, o no, la posibilidad de procesizar
el asunto, de coger un problema democrático estructural y convertirlo en una
dramatización política, sentimental y con fines electoralistas. Por ahora, la
defensa parece haber hecho lo que debía hacer: agotar los trámites que no
fueron explorados, por la decisión de Batet. Espero que, después, no
desprestigien ni conviertan en espectáculo emocional un problema democrático.
En Sudamérica eso es muy Laclau. En Europa, muy chorras.
14- Por lo demás,
China ha iniciado el racionamiento en combustibles, Arabia Saudí ha anunciado que
lo suyo –el petróleo– se nos rompió de tanto usarlo, USA ha advertido a los
consumidores cambios –es decir, restricciones– en el consumo futuro, y la
inflación en Esp, debida a los combustibles, ya tiene piso propio. Los eclipses
a) y b) no explican nada de todo eso, sino todo. Es decir, si nos enfrentaremos
a una crisis de combustibles, de materiales, de alimentos, de transporte, con
estructuras verticales y banderitas, o con democracia y unidad social. Con
medidas sociales o colmillos. Mañana, más info sobre el eclipse b). Otro
pamearynoechargota.
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