POR UNA
SOCIEDAD JUSTA Y SOLIDARIA DONDE
QUEPAMOS TODAS Y TODOS CON DIGNIDAD
MANIFIESTO
A LA OPINIÓN
PÚBLICA DE CANARIAS
Desde 1993, a raíz de la moción de censura que Manuel Hermoso y
José Carlos Mauricio perpetraron contra el entonces presidente del Ejecutivo
autonómico, el socialista Jerónimo Saavedra, Coalición Canaria gobierna
ininterrumpidamente en el Archipiélago. Durante 26 años la mayoría de las
canarias y los canarios hemos sufrido el paulatino deterioro de nuestras
condiciones de vida. Las políticas de los distintos gobiernos de CC han
profundizado el foso de desigualdad social heredado de la dictadura franquista.
Estos 26 años de dominio oligárquico han dado lugar a una comunidad con
mayorías sociales cada vez más empobrecidas, junto al consiguiente
enriquecimiento de los componentes de la élite económica y política.
CORRUPCIÓN
POLÍTICO-EMPRESARIAL.- La
corrupción político-empresarial ha sido la tónica estos años: el pelotazo de
Las Teresitas, los fraudes en los planes generales de ordenación urbana
–frenados algunos gracias a la oposición de plataformas vecinales–, los casos
Arona, Atlante, Eólico, El Trompo, Faycán, Carreteras, Mamotreto, Unión, Fórum
Filatélico, García Cabrera, Siliuto, Areneras de Güímar, Grúas, por el que está
imputado el actual presidente de Canarias y candidato al cargo, Fernando
Clavijo… y muchos más que harían casi interminable la lista, son algunos
ejemplos del infame maridaje entre la casta política gobernante y los
detentadores del poder económico, empresarios que han acumulado ingentes
beneficios bajo el paraguas de unas corporaciones institucionales dependientes
de los intereses de los políticos que las gobiernan y de sus patrones
económicos que las utilizan en su provecho.
RETRATO DE UNA SOCIEDAD EN
RUINAS.- En la otra
cara de la sociedad, aumentan cada vez más los trabajadores precarios, mal
pagados y obligados a hacer horas extras que no cobran; los falsos autónomos
explotados hasta la saciedad, los jubilados que ven disminuir su poder
adquisitivo año tras año, los miles de jóvenes sin futuro, los parados que
pierden la esperanza de encontrar empleo, las familias que subsisten gracias a
la beneficencia, las personas sin techo o los indigentes que buscan comida en
los contenedores de basura. Los pequeños y medianos empresarios, los
profesionales, funcionarios, técnicos y trabajadores estables, que ven también
cómo se deterioran sus condiciones de vida y trabajo.
Por su parte, la minoría dominante, la
banca, los propietarios de los medios de producción y sus gestores, así como las élites
gobernantes, aumentan su poder y su riqueza, a costa del empobrecimiento de la
mayoría social.
A finales del año pasado la Red Europea
de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España publicó un informe, según el cual la tasa de exclusión
social y pobreza en Canarias es del 40,2%, solo por detrás de Extremadura. En
concreto más de 840 mil personas residentes en las Islas, se encuentran en
riesgo de pobreza o exclusión social. El dato de pobreza efectiva también es
alarmante, el 30,5% de la población, lo que supone casi 10 puntos porcentuales
por encima de la media nacional. Además, el 19,2% de Los habitantes menores de
60 años, unas 320 mil personas, vive en hogares con carencias de empleo. Entre
los datos más llamativos del informe destaca que el Archipiélago es la
comunidad con mayor tasa de personas en
condiciones de Privación Material Severa;
es decir, que no pueden hacer frente al menos a cuatro de los nueve conceptos
de consumo básico definidos en Europa. En este aspecto, la tasa se sitúa en el
13,6%, la más alta de todas las comunidades autónomas, “dos veces y media más elevada que la media nacional –dice el informe– y
responde a un proceso de crecimiento que, con pequeñas interrupciones, se ha
mantenido desde el año 2010”.
Particularmente grave es el dato
referente a la salud y la sanidad. La población canaria presenta una esperanza
de vida saludable de 58,3 años, mientras la media estatal es de 72,3 años. Como
fruto de esa mala salud “estructural” y de un sistema sanitario desmantelado y
privatizado, Canarias se encuentra a la cabeza de todas las listas de espera
sanitarias del Estado.
En cuanto a las pensiones sólo un dato:
En los 26 años que CC lleva gobernando en el Archipiélago no ha querido o no ha
sabido sacar de la pobreza a más del 40% de los alrededor de 300 mil
pensionistas de Canarias que hoy mismo, incluso con las mínimas mejoras que han
logrado conquistar con las luchas de estos últimos años, están recibiendo menos
de 8.200 euros anuales, cifra que delimita el umbral de la pobreza en España.
Este es un breve balance de casi tres
décadas de gobierno de Coalición Canaria. Por no exceder los límites de este escrito no
nos extendemos sobre otros datos significativos de los destructores efectos
sociales de un sistema económico depredador, como es el paro estructural, el
más elevado de España, que desde hace años oscila en una horquilla de entre el 20%
y el 21% de la población activa.
Y, por último, otro dato, este
recientísimo pues fue hecho público hace unos días: La ineficiente gestión del Gobierno de
Clavijo ha hecho perder las ayudas a las organizaciones que atienden a mujeres
en riesgo, ni siquiera fueron tramitadas. Que venga la diputada Ana Oramas a
hacer demagogia populista con las “abuelas canarias que pasan hambre para dar
de comer a sus nietos”. Las abuelas empobrecidas y sus nietos y nietas pasan
necesidades por las políticas y la ineficacia de estos inmorales, que sólo se
acuerdan de las personas pobres para acarrearlas como ganado a sus mítines a cambio
de un bocadillo de mortadela.
YA ESTÁ BIEN.- Ha llegado la hora de poner fin a
esta situación injusta. Durante 26 años hemos dejado nuestras vidas y el
desarrollo de nuestro bienestar en manos de unos políticos que decían
representarnos, pero que nos han engañado. No nos representan ni nunca nos han
representado, sólo se representan y se deben a sí mismos, a sus intereses y a
los intereses de quienes les pagan y les mantienen en el poder.
Hay que revertir las desigualdades y
recortes sociales que nos han impuesto con el pretexto de la crisis de la que ellos
mismos son responsables. Hay que hacer posible una sociedad donde el acceso a
la vivienda, a la educación, a la sanidad, a la atención a las personas
dependientes, a una renta básica y a un transporte público asequible sean
derechos garantizados. Exigimos que no haya personas que no puedan pagar sus
tratamientos médicos por culpa de unos salarios y unas pensiones míseras, y por
los criminales copagos sanitarios.
Queremos una sociedad solidaria, donde
los poderes públicos hagan frente a la pobreza,
el desempleo y la exclusión social, pongan remedio a la malnutrición infantil e
impidan los desahucios mientras no haya vivienda alternativa para las personas
afectadas, apostando por la economía social y la creación de empleo sostenible.
Queremos unas instituciones que respeten
y hagan cumplir criterios ambientales y de justicia social, hay que derogar la
Ley del Suelo y la Ley de las Islas verdes. Hay que imponer medidas
urbanísticas que impidan la especulación del suelo. Hay que fomentar políticas energéticas
ecológicamente sostenibles, con un control democrático del agua y de la energía
y donde a nadie se le corte la luz por imposibilidad de pagarla.
Hay que
impulsar medidas fiscales que hagan aportar más a quienes más tienen y acabar
con los beneficios fiscales de las grandes empresas, derogar la fraudulenta
Reserva de Inversiones de Canarias (RIC), que de ninguna manera está sirviendo
para los fines que formalmente se le atribuyen. Hay que establecer un contrato
ético entre la ciudadanía y sus representantes, que rompa la connivencia
mafiosa entre política y dinero, con mecanismos efectivos de control de la
labor de los responsables públicos.
ROMPER LA INERCIA
ELECTORAL.- No será
fácil romper la inercia electoral de casi 30 años. CC se ha mantenido en el
poder durante todo este tiempo no sólo por el apoyo de los poderes económicos y
mediáticos del régimen, sino también por su habilidad para tejer un entramado
social de redes clientelares, votos cautivos que debemos recuperar para los
verdaderos intereses populares. Debemos tomar conciencia de que, como dice la
reiteradamente incumplida Constitución española, “la soberanía reside en el
pueblo”, recuperemos para el pueblo y por el pueblo la soberanía que nos han
robado, rescatemos la democracia de los poderes económicos y políticos que la
tienen secuestrada. Recuperemos nuestra tierra, la capacidad de decisión sobre
nuestras vidas, nuestros derechos sociales y políticos, nuestra dignidad como
ciudadanos y ciudadanas libres e iguales.
Y para ello hay que empezar expulsando
democráticamente a CC del poder. Por primera vez en muchos años parece posible.
Hay que impedir la vergüenza de que un presunto delincuente, un émulo de Miguel
Zerolo, siga gobernando en Canarias. No hay que apoyar este bochorno, por higiene democrática, por moral política y
por decencia, no importa de qué tendencia se sea, de izquierdas o de derechas, hay
que sacar del poder al partido de la corrupción institucionalizada. El PSOE, que
le ha servido de muleta en dos ocasiones debe aprender de la experiencia
histórica: La primera traición que sufrió fue la moción de censura a Saavedra
en 1993, la segunda, mucho más reciente, fue cuando Fernando Clavijo le echó
del Gobierno por pretender acabar con las prácticas corruptas en los conciertos
sanitarios con las clínicas privadas. Que lo recuerde: Ni con Ciudadanos ni con
Coalición Canaria, no puede volver a ser cómplice del expolio y el saqueo de
los intereses públicos que ha tenido lugar en las casi tres décadas de poder
oligárquico.
Canarias, mayo de 2019
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