GLORIOSOS LOS HUMANITARIOS
Rafael
ZAMORA MÉNDEZ.-**
La nobleza de un
corazón se mide por su sencillez y la
libertad nos eleva mientras que el libertinaje, esclaviza y, sabiendo que el
egoísmo siempre produce un agrio vacío, procuremos atesorarlo con lo que más llena, LA CARIDAD, que es...
¡hacer obras de clemencia de forma y manera, que no lo parezcan!
Sobremanera, me
exaltan todos los actos que de simples oídas, por las terciarias expandida ondas televisivas o ante mis propios ojos, tengo
la boyante circunstancia de poder admirarlos.
No encuentro las
frases oportunas para, adecuadamente, describirles lo que de veras siento
cuando alcanzo a vislumbrar a esos renombrados y conocidos personajes,
auténticos astros de la Ciencia, de la Cultura, del Cine, del Fútbol, de las
Artes, de la Música o de lo que sean, divertidos payasos, agrupaciones
musicales, hermosas divas, elocuentes disertadores, realizando particulares visitas a desconsolados enfermos, a candorosas
criaturas padeciendo dolorosos achaques, muchos de ellos, martirizados con
terminales dolencias, afincados en atiborrados hospitales, señaladas clínicas y
núcleos de salubridad.
para, con su
presencia, llevarles un esperanzador rayito de hechicera luz, capaz de hacerles
olvidar por unos mágicos instantes todos sus agobios y pesares.
Unas merecida
apología por las serviciales inquietudes
de nuestro muy Excmo Cabildo Insular, por el complicado mantenimiento de
algunos moralizantes e indispensables
Alojamientos Residenciales para ansiosos seres de la Tercera Edad que,
por unas u otras perentorias circunstancias, tienen que abandonar sus bienquistos hogares, en los cuales, a
pesar del constante cariño familiar, ya no es posible el poder custodiarles
como tanto y tanto ellos desarían e imploran.
Justamente, hace
unos pocos días, con motivo de los actos que a
cada instante se están celebrado en muchas de nuestras copiosas
localidades, motivadas por las clásicas FIESTAS DE MAYO,
el “IASS”, organizó
en su modélica Dependencia, sita en las inmediaciones de la PLAZA MILITAR, un
bello acto musical a cargo de una nutrida Corporación Folclórica, de la cual,
pude escuchar el peculiar vals
isleño, original del prolífero compositor, oriundo de la gentil ciudad de
Arucas, VÍCTOR BATISTA, que hacía una porrada de años, tenía sepultado en el
quimérico abecedario de la memoria: “CHIQUILLA MÍA”
¡Todavía, a estas
alturas, con indescriptible deleite, lo
ando tarareando, a la par que en gran medida alabo y reconozco los
indiscutibles méritos de quienes son capaces de tenderles de corazón una mano,
a los débiles y acurrucados seres que,
gracias a ellos y a DIOS, amparados por la misericordiosa CARIDAD,
afortunadamente, siguen sobreviviendo!
POR TU QUERER,YA ME
TIENES LOQUITO PERDIDO...
¡SI TÚ TE VAS,
QUIERO VOLVERLO A ESCUCHAR REPETIDO!
================================
No hay comentarios:
Publicar un comentario