jueves, 21 de marzo de 2019

EL GENERALÍSIMO FRANCISCO FRANCO AÚN ESTÁ MUERTO


EL GENERALÍSIMO FRANCISCO FRANCO AÚN ESTÁ MUERTO
DAVID TORRES
Dos años y pico después de la muerte de Francisco Franco, el cómico Chevy Chase todavía anunciaba cada semana en el boletín de noticias de Saturday Night Live la muerte de Francisco Franco. Transformado en alfiletero médico para mantenerlo con vida artificialmente, el agonizante dictador se había ido asomando puntualmente a los telediarios españoles día a día, como un reloj de cuco averiado, con el fin de tranquilizar a las masas y asegurar que el tinglado continuaba en pie. Los mamporreros del régimen temían que, una vez desaparecido el Invicto, las hordas comunistas y ateas entraran a saco en la península violando mujeres y secuestrando niños, algo lógico teniendo en cuenta que dos de las ocupaciones favoritas de los mamporreros del régimen durante cuatro décadas fueron violar mujeres y secuestrar niños.

Podían estar tranquilos, no obstante. Todo estaba -como dijo el propio Franco en su mensaje navideño de 1969- atado y bien atado. Cuenta Indro Montanelli en sus Memorias que, mientras le estaba entrevistando en la primavera de 1945, un secretario llegó al despacho con una foto de Mussolini colgado junto a su amante, Clara Petacci, y varios de sus correligionarios. Franco pidió una lupa y examinó la foto con curiosidad de entomólogo mientras Montanelli se preguntaba qué estaría pensando el Generalísimo frente a aquel macabro memento mori que le mostraba cómo había terminado sus días el tirano italiano que tanto le había ayudado a ganar la guerra. Montanelli se quedó de piedra cuando Franco dejó a un lado la lupa y la foto y exclamó con su voz de pito: “Lo han ahorcado mal”. En efecto, si de algo sabía aquel hombre era de nudos.

Las ataduras del régimen han aguantado bien al cabo de los años, tanto que la propia Fundación Francisco Franco se atreve a alzar la voz y amenazar al gobierno con un conato de rebelión armada. Al menos, a eso es a lo que suena el ultimátum redactado en esa prosa de campaña con el que responden al anuncio de la exhumación de los restos mortales del dictador prevista para el próximo 10 de junio: “Francisco Franco seguirá en el Valle de los Caídos o el destino de la actual democracia volverá a transitar por los albañales de nuestra peor historia”. Podía haber sido la ETA, podía haber sido el GRAPO, pero no, la que rebuzna con este tono chulesco de agresión verbal ha sido la Fundación Francisco Franco, una reserva nacional fascista que no sólo no está ilegalizada sino subvencionada con dinero público. En algo tienen razón, y es que los cuarenta años de franquismo fueron, con diferencia, los peores desde Atapuerca.

Chevy Chase repetía una y otra vez el chiste negro de la muerte de Franco porque durante meses y meses los telediarios de medio mundo habían dado la tabarra con la noticia de aquella agonía obscena, insufrible, interminable. Daba gusto oír su introducción en inglés, “Generalísimo Francisco Franco is still dead“, más que nada porque muchos españoles no acababan de creérselo. Tal vez tuvieran razón en su escepticismo porque da la impresión de que este genocida que se pirraba por los superlativos nunca va a terminar de morirse. Lo oyes ahora y parece que estuviéramos en 1977.

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