HAN
TRASPASADO LA
OTRA
ORILLA
OCTAVA
PARTE
Rafael ZAMORA MÉNDEZ
AQUÍ ESTÁ LA OCTAVA
PARTE,
DE LAS DIEZ QUE SE HAN
MARCADO.
¡EL RECUERDO SE
COMPARTE,
REALIZANDO UN PUNTO Y
APARTE,
CON LOS QUE HEMOS OLVIDADO!
La hacendosa Doña
SARA,
de un ejemplar
matrimonio,
con aires de humilde
dama,
que sufriera enorme
drama,
siendo un niño, JUAN
ANTONIO.
JULIÁN FERNÁNDEZ, el
alto,
un responsdabke
cajero,
que de Caracas dio el salto,
para cumplir en un
Banco,
con atento y fiel
esmero
INOCENCIO HERNÁNDEZ,
fue,
de las tablas
compañero,
instruído como un
juez,
y recordado, tal vez,
como fino caballero.
Cuando PERICO y
MACHANO,
por El Pinar se
encontraban,
parecían dos hermanos,
que agarrados de la
mano,
a La Villa regresaban.
El
conocido"CORINO",
que se llamaba MANUEL,
sabía de los caminos,
recorriéndolos
con tino,
para estirarse los
pies.
La ponderada
"PICHIRRE",
ANA HERNÁNDEZ, la
inspirada,
que sus loas nunca
escribe,
porque la historia
describe,
que no estudió para
nada.
Sudando por La Caleta,
Por El Pinar y Las
Casas,
quieren hacer avenida,
y el que andando la
traspasa,
no se va sin dar las
gracias,
a la Doña BIENVENIDA.
El compañero CECILIO,
camarada de cuartel,
cuyo trágico destino,
se le cruzó en el
camino,
hasta hacerle
fallecer.
LUIS PADRÓN GONZÁLEZ,
un joven trabajador,
que en su cargo
sobresale,
navegando por los
mares,
de otro mundo
superior.
Siendo NARCISO MORENO,
de Don CARLOS buen
vecino,
nos comentaba
QUINTERO,
que ese largo
caballero,
era más alto que un
pino.
Va sangrando el
corazón,
cuando del Hierro te
alejas
y no encuentras la
razón,
ni debida explicación.
por perder a PILAR
CEJAS
Como el mal nunca
termina,
por todos los
pecadores,
rezaba doña FERMINA,
siendo su imagen
querida,
la Virgen de los
Dolores.
Era PANCHO CASTAÑEDA,
sobradamente elogiado.
Tenía manos de seda
cuando al salir de su
escuela,
recorrían el teclado!
La madre de un
Senador,
era dama protectora.
INOCENCIA, se llamó
y FEDERICO PADRÓN,
a su lado, tierno
llora.
El maestro don
NICOLÁS,
fue un famoso zapatero
y nunca se quedó
atrás,
otro tocayo
industrial,
al que apodaron
"PALMERO.
El joven Doctor
QUINTERO,
especialista en
pulmones,
que en un Madrid postinero,
se le volvió
traicionero,
en un paso de
peatones.
JUAN ÁVILA que de
Historia,
sobre todo lo sabía,
desplegaba una
memoria,
que le colmaba de
gloria,
cuando a contar se
ponía.
Viendo una tumba
vacía,
en el blanco
cementerio,
ANICETO, me decía:
"Amigo mío, esta
es la mía,
revestida de
misterio".
Aquel joven, PABLO
JOSÉ,
fue de Los ÁVILAS
linaje
que nos mantuviera en
la red,
para hablar, escribir
y saber,
sobre los que estaban
de viaje.
El tío, SANTIAGO
SÁNCHEZ,
amigo de la Natura,
fiel seguidor de los
guanches,
que tuvo buenos
trasplantes,
en su calle,
"Isla de Cuba".
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