LA MUJER DE ARENA(NARRATIVA,
CONTINUACIÓN) 4
DUNIA
SÁNCHEZ
Todo
estaba callado y ella erguida sobre sus piernas frágiles. Se preguntaba si sería algún mal sueño y mira
el firmamento. Una nube de polvo amarillento se aproximaba. Otra vez el
viento…el viento. Cuando se iba a
acostar nuevamente otra vez sonó esa llamada, esa voz de difícil localización.
- Vamos que ya es tarde…muy tarde.
- A dónde me llevas, qué lugares he de
ver. Ya soy vieja, ya estoy acabada. Aquí con mi botella de vino y el mutismo
del nocturno me siento bien. Aislada, consumida por los años, arrastrada por la
violencia de un ayer.
Ella
examina, ella estática, ella imperfecta, ella embelesada con esas palabras que
no sabía de dónde venía. La noche avanza, el siroco se pronunciaba más y más.
Sus ojos cerrados, sus ojos con el blanco muerte que no sería ni este , ni
aquel día sino cuando las fuerzas del universo la vinieran a buscar.
- Vamos hacia la frontera, esa frontera
donde la mar son luces del descanso, donde el recóndito corazón de las
caracolas es la belleza después de tanto y tanto sufrimiento. Dime…dime ¿Cuál ha sido el más hermoso de tus
sueños? Estás desorientada, dudosa. Soy
real, tan real que ahora hago sorda esta
ciudad con mi temible cuerpo de arena. Dime…dime ¿Cuál tu sueño más alto, más
lindo? Vámonos ya todavía hay tiempo para que la beldad vuelva a tu rostro
desencajado, ocultado por cada estación donde el castigo de los caminos tomados te han deshecho, troceado y espantado
de la realidad.
Ella
torpe. Ella indecisa. Ella oscura. Ella mujer. Ella sorprendida o casi, porque
sus espaldas pesan…pesan mucho.
- Mi sueño- se tambalea, tartamudea en
su eco de la embriaguez- Mi sueño tal vez ser gaviota de los océanos. Cumbre de
travesías donde mi pasado, mi
presente sea insonora marcha a mi
regreso…CONTINUARÁ
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