LA HIPOCRESÍA OCCIDENTAL ANTE
LOS CRÍMENES
PABLO
JOFRE LEAL
La impostura, el engaño de occidente tiene su expresión más
palpable en Oriente Medio. Allí, en medio de guerras, invasiones, agresiones
militares, económicas, bloqueos, operaciones de falsa bandera, entre otras
acciones se genera la mayor farsa en política exterior que conozca el mundo.
Sobre todo cuando se trata de Siria y Palestina.
Efectivamente, en un marco de inestabilidad con millones de
migrantes – sean estos legales o ilegales – y refugiados que gozan de un
estatuto especial - enmarcado en la
Convención Sobre el Estatuto de los refugiados - la situación en Oriente Medio
también suma a aquellos seres humanos que entran en la definición de desplazados
internos y donde es fundamental no confundir migrantes con refugiados, pues
esto puede acarrear serias consecuencias para las personas que entran en la
categoría de refugiados.
Para la ACNUR “Mezclar los dos términos desvía la atención de
las salvaguardas legales específicas que los refugiados requieren. Puede
perjudicar el apoyo público hacia los refugiados y la institución del asilo en
un momento en que más refugiados que nunca necesitan dicha protección”. La
hipocresía también pasa por no dar a los términos su justa definición (1)
A esos millones de refugiados y desplazados internos producto de
las guerras, hay que sumar muertos, heridos y destrucción de la infraestructura
industrial, económica, sanitaria, educacional, vial de los países agredidos. En
el caso de Siria la agresión contra este país levantino ha implicado en siete
años de ataques la muerte de 500 mil personas, diez millones de desplazados,
cinco millones de refugiados. Es en ese escenario, donde la violación del
derecho internacional, la mudez, sordera y ceguera de los organismos que la
humanidad se ha dotado, para llevar adelante procesos de un supuesto
entendimiento en sus relaciones, expresa con mayor certeza la hipocresía de
Washington y sus aliados contra aquellos países que han visto desangrar sus
sociedades a manos de esas “democracias occidentales” y sus aliados y
organizaciones terroristas funcionales.
En esta realidad, es fundamental que países como la República
Islámica de Irán siga siendo un
referente solidario en su firme decisión de apoyar a los pueblos de Siria
e Irak, sin ceder en aspectos esenciales de la nación persa como son los de
soberanía y dignidad, que a estas alturas de la historia, van más allá de las
fronteras internas, sino también en apoyo a pueblos hermanos que de otra forma
se verían sometidos a la política de dominio y hegemonía que practica
occidental y sus aliados, la ocupación, el expolio y el sometimiento. Soberanía y dignidad que se expresa en toda
su dimensión en la firma del Plan Integral de Acción Conjunta con el G5+1 y que
muestra a un irán en toda su dimensión enfrentando a Estados Unidos, que pretende definir lo que puede o no puede
hacer Irán.
Esta decisión de Irán se ha sostenido a pesar de la enorme
campaña política, militar, diplomática, económica y comunicacional que ha pretendió aplastar
pretendía aplastar a la nación persa desde el triunfo de su revolución el año
1979 y que se extiende hasta el día de hoy bajo la excusa de echar abajo el
denominado plan integral de Acción Conjunta firmado con el G5+1 y que encuentra
en Washington su más férreo crítico. Teherán y su liderazgo, religioso,
político y militar ha mostrado, que la mejor manera de alcanzar objetivos de
defensa ante agresiones y acciones de movimientos terroristas que
desestabilizan Oriente Medio, es a través de la acción firme y sin marcha
atrás.
Irán, en esta lucha del renacer del despertar Islámico, no ha
negado el papel fundamental que ha tomado en materia de defensa de los
gobiernos de Irak, de Siria y también de los movimientos de resistencia en
Yemen y Bahréin contra la agresión saudí y eso ha significado elevar el
prestigio persa en el concierto internacional. Todas ellas tareas, que siguen
teniendo como Eje lo que el fallecido Iman Jomeini definió desde el mismo año
1979: Palestina como Eje de las preocupaciones Internacionales y por el derecho
a su autodeterminación, que lo ha llevado a enfrentarse contra la entidad
sionista
El Gobierno de Teherán ha declarado, que algunas potencias
pretenden incitar las divergencias en la región, con el objeto de sacar provecho
y contribuir al logro de sus intereses económicos y en ese plano de crisis es
imprescindible la colaboración de todos para establecer la paz y la seguridad
permanente. En esa idea, Irán y Rusia se han comprometido en la lucha contra el
terrorismo salafista, que amparado por la Casa al Saud y su doctrina política
religiosa – Wahabismo - ha desatado el terror en Oriente Medio. Ese compromiso,
concretado en la Coordinación Militar entre Moscú-Teherán- Damasco y Bagdad, ha
cambiado la correlación de fuerzas en Oriente Medio y tendrá claras
repercusiones políticas y militares, no sólo en esa región del mundo, sino
también en el Magreb y Asia Central, que han sufrido por largos años las
embestidas militares de un occidente, que ambiciona las riquezas gasíferas y
petrolíferas de los países que conforman dichas regiones.
La presencia de Rusia e Irán en el apoyo a los gobiernos de
Siria e Irak tiene un marco de importancia en múltiples aspectos; económico,
político, militar, geoestratégico. Cuestión, que no sólo es parte de los mapas
de análisis de Estados Unidos y Europa, sino también y con toda lógica de Moscú
y Teherán. Por ello, no sorprende la firme decisión de estos gobiernos, de no
permitir que las acciones de Daesh, Ahrar al Sham, Fath al Sham, Hayat Tahrir Al-Sham y otros grupos de raíz
takfirí sigan destruyendo países vecinos o dentro de su área de influencia,
pues también implican la posibilidad de tenerlos en sus fronteras en poco
tiempo, en acciones desestabilizadoras catalizadas precisamente por Washington
y sus aliados.
Mirar para el lado mientras el sionismo asesina
La hipocresía a la que hago referencia se ha vivido con mayor
ímpetu en las últimas semanas en la Franja de Gaza y las manifestaciones del
pueblo palestino por su derecho al retorno a la tierra de la cual fueron
expulsados cuando se creó la entidad sionista en mayo del año 1948. Esas
muestra de recuerdo y reivindicaciones a derechos usurpados, iniciadas el Día
de la Tierra Palestina – el pasado 30 de marzo – se extenderán hasta el 14 de
mayo en una muestra de valor y decisión,
donde la dignidad representa el eje central de los esfuerzos de la sociedad
palestina, respecto a que sus derechos no sigan siendo violados y su presente
invisibilizado.
Hasta ahora, las fuerzas de ocupación israelí han asesinado a 45
personas – gran parte de ellos jóvenes y niños
en la Franja de Gaza – pero también en ciudades como Al Quds, Ramallah,
entre otras y causado heridas a siete mil palestinos. Estos asesinatos, que han
causado la repulsa mundial no inmutan a las autoridades sionistas, que incluso
han aumentado las órdenes de seguir usando munición real para tratar de sofocar
estas manifestaciones pacíficas, dentro de territorio palestino, sin que en
modo alguno representen una amenaza militar al ocupante, que ha decidido que el
pueblo palestino es sujeto de tiro al blanco en forma criminal, alevosa.
Es así que un Ex General de Brigada israelí, Zvika Fogel, en
declaraciones efectuadas a la Corporación de Radiodifusión israelí – cadena Kan
– sostuvo que los francotiradores y soldados del régimen de Tel Aviv deben y
están autorizados para abrir fuego real contra cualquier persona que consideren
como una amenaza, incluso si se trata de menores de edad o niños, porque en ese
caso "merecen ser castigados con la muerte". Esa es la cara del
sionismo. Una prueba que podría ser presentada claramente ante un Tribunal
Penal internacional como agravantes de crímenes de lesa humanidad, si los
organismos internacionales no fueran parte también de esta gran hipocresía cuando
se trata de ocultar los crímenes del régimen israelí. A pesar de los llamados
de las autoridades palestinas para que la ONU abra una “investigación
transparente e independiente’ sobre la violencia israelí contra la población
palestina en la Franja de Gaza, el organismo internacional, sometido a las
presiones de Washington, el lobby sionista y sus aliados europeos –
principalmente Francia y Gran Bretaña ha guardado rigurosos y vergonzoso
silencio.
Se han enviado cartas al Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas, al Secretario General de este organismo, Antonio Guterres, a la
Asamblea General de la ONU con el objetivo de solicitar esta investigación y
que se lleve a cabo. Incluso consultas con la Comisión de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas, radicada en Ginebra, Suiza, que permitiría llevar a Israel
ante la Corte Penal internacional. Sin embargo nada sucede, no existe condena
contra Israel, no existe bloqueo, sanción, embargo, prohibición para que sus
líderes políticos y militares salgan del país. No existen sesiones especiales
del Consejo de Seguridad para pedir que se aplique la Carta de las Naciones
Unidas en su Capítulo VII. El mundo prefiere seguir mirando para el lado, en
forma cobarde y miserable.
Siria, Irak, Yemen, Bahréin, palestina son campo de prueba de
todas las conductas abyectas y crimínales de una triada criminal como es la
conformada por el imperialismo estadounidense, el sionismo y el wahabismo
expresados por el régimen israelí Y LA CASA AL SAUD. Son ellos los principales
responsables de las políticas que han llevado a Oriente Medio a un estado de
destrucción, de saqueo de riquezas
naturales, opresión, intentos de dominio, que sólo han sido detenidos gracias
al valor de sus pueblos, empeñados en defender no sólo su territorio, sino que
levantarse como referentes en la lucha contra esta triada del mal.
En esa labor, la República Islámica de Irán el Eje de la
Resistencia y todos aquellos que creen en la autodeterminación de los pueblos
han entregado cuotas de sudor y sangre que los dignifica y ennoblece ante el
mundo. Ellos no han mirado al lado cuando se trata de ayudar a hermanos en
peligro y combatir esa hipocresía que se ha impuesto en las relaciones
internacionales donde el poder, los intentos hegemónicos de occidente, los delirios
mitológicos de la entidad sionista, los alardes de poder del wahabismo,
pretenden convertirse en amos y señores de una región y sus pueblos, que no
está dispuesta a transar a la hora de defender su independencia y los derechos
de su población. No hay lugar para la falsedad, la impostura cuando se trata de
luchar.
Hoy, más que nunca es necesario recordar – en este volver a
pasar por el corazón que es el significado de este término – tener presente
aquella segunda carta del Líder Iraní Sayyed Ali Jamenei emitida en noviembre
del año 2015 y dirigida a los jóvenes occidentales. Una segunda carta, que
complementa la misiva dada a conocer a inicios del 2015 y que cuestiona las
políticas de doble rasero del Occidente ante los retos más importantes del mundo,
en especial, el terrorismo, revelando también el rol desestabilizador de EE.UU.
En ella, Jamenei expresa que los ataques militares contra el mundo islámico,
que han dejado un sinnúmero de víctimas, es otro ejemplo de la lógica
contradictoria y la doble moral de Occidente, concretada en las agresiones,
principalmente contra países de Oriente Medio. En palestina y en Siria los
muertos a manos del sionismo no sólo suma a musulmanes sino también a
cristianos que ante todo defienden con su sangre la tierra a la cual
pertenecen.
Me refiero en específico a esta hipocresía a la cual hago
referencia en este artículo. El sufrimiento que ha experimentado el mundo
islámico durante estos años, por el doble rasero de los atacantes, no son menos
que los daños materiales, afirma Jamenei, quien convoca a los jóvenes – en
virtud de su reserva moral y su capacidad de cambiar el mundo – para construir
un futuro mejor y más seguro con relación a las tragedias y actos terroristas
que hemos vivido (2). Esto, pues cambiar
la manera que occidente se comporta con el mundo permite pensar en sociedades
distintas para el conjunto de los seres humanos. Por ello, estos jóvenes tienen
una enorme responsabilidad. No cambiar para beneficiar a unos pocos, sino en
provecho del conjunto del planeta.
“Los mil quinientos millones de musulmanes del mundo sienten lo
mismo y odian a los autores de tales tragedias. Pero la cuestión es que si los
actuales sufrimientos no nos ayudan para construir un futuro mejor y más
seguro, entonces se convertirán solamente en recuerdos amargos e infructuosos.
Tengo fe de que solamente ustedes, los jóvenes, al tomar lecciones de las
adversidades de hoy, serán capaces de encontrar nuevas medidas para definir el
futuro, y obstaculizar los desvíos que han creado la situación actual en el
Occidente”.
El Alto Comisionado de
las Naciones Unidas Para los Refugiados – ACNUR – ha llamado a usar bien la
terminología respecto al tema migrantes y refugiados Los refugiados son
personas que huyen de conflictos armados o persecución. Con frecuencia, su
situación es tan peligrosa e intolerable que deben cruzar fronteras
internacionales para buscar seguridad en los países cercanos. Son reconocidos
como tal, precisamente porque es muy peligroso para ellos volver su país y necesitan
asilo en algún otro lugar. Para estas personas, la denegación del asilo tiene
potencialmente consecuencias mortales.
El derecho internacional define y protege a los refugiados. La
Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967,
así como otros instrumentos legales, tales como la Convención de la OUA por la
que se regulan los aspectos específicos de problemas de los refugiados en
África de 1969, o la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados de 1984,
continúan siendo la piedra angular de la moderna protección de los refugiados.
Parte de la segunda
carta del Iman Jamenei dirigida a los jóvenes occidentales “Las invasiones de
los últimos años al mundo del Islam, que ha dejado numerosas víctimas, es otro
ejemplo de la lógica contradictoria de Occidente. Los países invadidos, además
de sufrir grandes pérdidas de vidas humanas, ven destruidas sus
infraestructuras económicas e industriales, se paraliza su crecimiento o, en
algunos casos, se retrasa su desarrollo durante décadas. Sin embargo, de forma
insolente, se les pide que no se consideren oprimidos. ¿Cómo se puede
transformar en ruinas a un país, demoler sus ciudades y pueblos y después
decirles a sus ciudadanos que, por favor, no se consideren oprimidos? …El
sufrimiento del mundo del Islam, en los últimos años de doble rasero e
hipocresía de los invasores, no es menor que los daños materiales.
¡Queridos jóvenes! Tengo la esperanza de que ustedes, hoy o en
el futuro, cambien esa forma de pensar inducida por la hipocresía, un
pensamiento cuya estrategia es ocultar objetivos a largo plazo y adornar
propósitos maliciosos… Mientras el criterio de doble rasero prevalezca en la
política de Occidente, el terrorismo, de acuerdo con sus poderosos
patrocinadores, se divida en buenos y malos, y los gobiernos prioricen sus
intereses por encima de los valores humanos y morales, no se debe buscar la
raíz de la violencia en otro lugar…”
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