CORTE DE MANGAS
DAVID TORRES
Decía
Carlos Floriano en un video cómico de hace unos tres años que al PP lo que le
había faltado era “darle un poco de piel a cada cifra positiva que estamos
obteniendo”. Las cifras positivas se referían probablemente a los mazos de
dinero negro entregados en sobres fielmente reflejados en la contabilidad de
los cuadernos de Bárcenas, aunque también profetizaba el rescate bancario, el
rescate de las autopistas de peaje y el rescate general de multimillonarios en
que ha consistido la gestión de gobierno de estos últimos años. La piel, tal
vez, se refería a la cara dura, la jeta insobornable de quienes se han dedicado
al saqueo general de las arcas públicas, desde el atrincheramiento en paraísos
fiscales al desmantelamiento de hospitales públicos, desde el soborno, el
cohecho y el robo al asalto de supermercados en busca de cremas antiarrugas.
La
piel la puso toda este fin de semana en los belfos la Secretaria de Estado de
Comunicación, Carmen Martínez Castro, cuando, después de asistir al abucheo del
presidente del gobierno en Alicante por parte de un grupo de pensionistas, dijo
una frase que quedó registrada en los micrófonos de 12 TV y en esa
historiografía particular de la infamia que es la derecha española: “Dan ganas
de hacerles un corte de mangas de cojones y decirles os jodéis”. Es difícil
resumir mejor la exquisita sensibilidad del PP hacia la ciudadanía; para eso
tienen a Carmen Martínez Castro, poetisa venezolana, para expresar los
sentimientos íntimos del gobierno con los más desfavorecidos. Hay que admirar
la educación y el buen gusto de esta profesional de la comunicación porque, tal
y como está el patio, lo mismo podía haberse cagado en público.
A
Mariano lo abuchean allá donde va. Es lógico, y los pitos van incluidos en el
sueldo, que es estratosférico, sobre todo teniendo en cuenta lo que hace y lo
que dice. Sin ir más lejos, el pasado jueves, el presidente estuvo en La Rioja
de visita oficial y no se le ocurrió otra cosa que preguntar al encargado de
una frutería del mercado de Abastos de Logroño si los aguacates también eran de
La Rioja. El vino de aguacate es únicamente una marianada más, y ni siquiera la
última, de las muchas a las que nos tiene acostumbrado Mariano, un filósofo que
lo mismo asegura que los sentimientos tienen seres humanos que certifica la
unidad esencial de los platos y los vasos.
Se
puede intentar tapar la voz del pueblo de muchas maneras y el PP las ha
practicado todas, incluyendo la utilización falaz de la justicia para perseguir
chistes en las redes sociales. Lo único que le queda a la población ante la
evidencia manifiesta del latrocinio generalizado es el derecho al pataleo, un
pataleo teñido de francachela al contemplar al estafermo que lleva las riendas
del poder desde hace años. Mariano es la espita de la olla express, la válvula
de escape a través de la cual se escapa la cólera y el resentimiento de los
millones de parados, los cientos de miles de familias destrozadas y los miles y
miles de ciudadanos deshauciados. Lo que se escapa de esa válvula son, sobre
todo, risas, carcajadas a raudales no sólo de los damnificados sino también de
sus correligionarios .
Las
penúltimas tuvieron lugar cuando, en mitad de un discurso en que estaba
felicitando al alcalde de Alicante (suponemos que por mangarle el puesto a la
candidata del PSOE gracias al voto de una tránsfuga) se le olvidó el nombre del
felicitado: “Querido alcalde de Alicante, que así se llama”. El orfeón de pelotaris
en pleno se puso a reírle la gracia y luego le aplaudió en bloque, igual que
hace unas semanas ovacionaron a Cristina Cifuentes por presentar un máster de
la Señorita Pepis. El corte de mangas de cojones nos lo hacen a diario en la
puta cara.
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