domingo, 4 de octubre de 2015

Se va....por DUNIA SÁNCHEZ

Se va....

DUNIA SÁNCHEZ
Se abre la bóveda celeste para permitir el paso de enrarecidas nubes que anuncian chubascos. Me encuentro aquí. Sí aquí, en la orilla de la playa mirando el horizonte. El reflejo de una mar en calma me trae mi rostros, mis manos, mi cuerpo y ensimismada me quedo observándola. De repente el cielo se cierra con nubarrones gris-marrones y es evidente que pronto la lluvia vendrá. Mi ser se hace más claro en esa agua tranquila, en el reposo del oleaje. Mis dedos se agrandan y arrugan, mi cabello crece en canas, mi rostro demacrado visiona un monte bajo su fondo. Un monte de cenizas y magma. Eso es lo que me espera en lo que logro entender. Suspiro. Temblores penetran en mis piernas y cierto remolino causada hace desaparecer esa espantosa imagen. Me calmo. Todo vuelve a la normalidad, gotas resbalan por mi tez, gotas nacidas del vientre de las nubes. Camino por la orilla. No hay nadie, es temprano y la lluvia espanta a todos. Deprisa…Sí, me apuro y llego a la avenida. Miro de nuevo ese horizonte cenizo y agua.  Me miro las manos se han alargado sus dedos y arrugados. Me toco el cabello solo mechones grises caen en mis manos, enmarañados. Sí, ha sido larga la espera o mejor dicho este decir que no al amor. Me doy cuenta que aquella verticalidad tan asumida que tenia se tambalea para caer bajo los rastros de una vida ida. No al amor. Destino que me aprieta entre candados hasta solo abogar como perro verde por los adoquines de la desidia. Ahora, es tarde. Me miro las manos  y mis dedos son largos y arrugados. Cojo un mechón de pelo y es gris quebradizo. Ya no puedo avanzar. Alguien se aproxima. Me tiende la mano. Me da la sensación de que es como un auxilio. Se la doy. Se va y en mi solo queda recuerdos negros, recuerdos ascendentes bajo las tinieblas de la espera.

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