DAMIÁN H. ESTÉVEZ ‘APRECIAR LA CULTURA ES UN ASUNTO QUE SE DEBE EDUCAR’
DIARIO DE AVISOS | Tegueste
Con
motivo de la celebración de la 3ª edición del Libro Fórum Canario, que tendrá
lugar el próximo viernes 27 de septiembre a las 19:15 horas en el teatro
Príncipe Felipe de Tegueste, el director del mismo, José Ramón Sampayo
Rodríguez, entrevistó al autor invitado Damián H. Estévez creador del
libro de relatos…En el aire queda.
Ganador
del premio Félix Francisco Casanova, otorgado por el diario El Día, ha
escrito varios textos en dicho periódico y en el ya desaparecido La Tarde. Ha
publicado con Ediciones Idea el libro de relatos Lo que queda en el
aire (2010), cuyas tramas, al igual que en esta última publicación …En
el aire queda, editada por Aguere-Idea (2013), transcurren en la isla
canaria de Lotavia.
Gentilmente,
nuestro amigo José Ramón Sampayo, nos ha cedido dicha entrevista para que
conozcamos al protagonista y a su obra, Damián H. Estévez.
¿Quién es y a qué se dedica Damián Hernández Estévez?
Profesionalmente,
soy profesor de Lengua y Literatura de Enseñanza Secundaria, y ejerzo en el Instituto
de Tegueste desde hace ya algo más de una década; en el aspecto literario, aún
no sé si soy escritor, realmente siento un poco de pudor y un mucho de respeto
al pensar en esta palabra tan grande.
… En el
aire queda es tu último libro de relatos, ¿vale la
pena “perder el tiempo” leyéndolo? Y como intuyo que me vas a decir que sí,
¿por qué deberíamos entregar algunas/bastantes horas de nuestro tiempo a tal
menester?
El
planteamiento esencial de mis cuentos es un poco el de la vida, que también
está inconclusa, desconocemos por qué camino nos va a obligar a ir aunque
vayamos aprendiendo de nuestras experiencias. El refrán del título (compartido
entre los dos libros de relatos que he publicado) indica que algo queda sin
resolver del todo. Me parecen que recoge la incertidumbre, que es la esencia de
las personas, creo. Desde las grandes preguntas (¿de dónde venimos?, ¿a dónde
vamos?), pasando por aquellas que nos afectan profundamente (¿es ésta la
persona a quien amo?, ¿he hecho bien decidiendo tener o no hijos?), hasta las
cosas más banales (¿he elegido bien el menú con que quiero agasajar a mis
amigos?), nos movemos en la incertidumbre. Tal vez leer mis textos nos permita
abordar esta idea, como escribirlos me ha hecho profundizar en ello, e impida
que nos deprimamos y nos estimule a continuar la vida.
Para hacernos una idea
algo más completa de tu quehacer literario, cuéntanos algo que te parezca
interesante sobre tus otras publicaciones, por ejemplo Lo que queda en
el aire.
En
ambos libros recojo una antología de relatos que no fueron escritos a la vez,
sino a lo largo de unos cuantos años. No había pensado en publicarlos, me
bastaba con la satisfacción que me producía escribirlos y que lo leyeran
algunos amigos y comentaran su parecer. Hasta que algunos amigos me
convencieron de que debería arriesgarme a publicar. Especialmente dos personas
influyeron en que tomara esa decisión. Una compañera del instituto en que
trabajo, quien me presentó a la segunda persona que me decidió definitivamente:
su amiga María Teresa de Vega, también escritora. Leyó mis historias, me dijo
que le gustaron y me animó a la publicación. Escribió el prólogo del primer
volumen, y colaboró en las primeras presentaciones; sus críticas me han
alentado y lo siguen haciendo.
Explícanos qué hechos
culturales son trascendentes para ti en la cultura canaria en el pasado siglo y
en el presente, más que nada para contextualizar tu formación como escritor y
creador.
Como
profesor, conozco y he difundido entre mis alumnos muchos acontecimientos
culturales, especialmente los literarios, y acaso este hecho haga que me
resulte difícil elegir algún momento como el que más me haya influido. El
Modernismo, por remontarnos muy atrás, con los grancanarios Tomás Morales y
Alonso Quesada; luego esa época tan especial y que en la actualidad está siendo
reivindicada y analizada, la época de los surrealistas, la de Gaceta del Arte.
Más adelante, ya como universitario e incipiente escritor, la literatura del
grupo fetasiano. En la actualidad, la literatura canaria vive una efervescencia
muy importante, que sin duda, marcará una época propia, aunque sean muchos los
autores, los géneros y los estilos que están saliendo a la luz
La isla de Lotavia es
un territorio ficticio, literario, inventado para tus libros de relatos, pero
supongo que basado en islas reales canarias o al menos partes de ellas.
Háblanos que significa para ti Lotavia y qué relación puede tener con otros
territorios míticos, como Macondo, la Isla Menor, Región…
Muchas
veces, cuando un novelista inventa un territorio, lo dota de características
míticas; por ejemplo, García Márquez convierte a Macondo en ese lugar donde se
forjó la historia y la cultura de Sudamérica. Pero a mí me seduce más el
territorio ficticio de Faulkner, Yoknapatawpha, porque el autor norteamericano
trata ese espacio como si fuera real. ¿Para qué inventarse un territorio
entonces, por qué no situar mis historias en Tegueste o en Los Llanos o en
Artenara? Creo que por el gusto de crear, simplemente, por la misma razón por
que creo personajes y sus historias.
En
efecto, Lotavia tiene un poco de cada una de las islas de nuestro archipiélago.
Eso es lo que pretendo… Cuando ideé La Pared pensé sin duda en los riscos de la
Aldea, en Gran Canaria, y la carretera que la atraviesa es tan espeluznante
como la que va de Agaete a San Nicolás. Pero el parque Guadiantor está
inspirado en el García Sanabria de Santa Cruz; San José es una ciudad con más
habitantes que Santa Cruz y Las Palmas juntas; el macizo de Tarco es tan
abrupto como el de Anaga; el golfo de Tería es una recreación del brazo de mar
que separa cada una de las islas de las otras; el Corro de los Volcanes (que no
aparece en los cuentos, pero sí en una novela que estoy escribiendo), semeja la
zona de Timanfaya de Lanzarote; el norte de Lotavia, con el caserío de Érica,
es el norte de La Palma, con los pueblos de Gallegos o El Tablado suspendidos
en los acantilados sobre el mar; el valle de Azguán, tan cerrado e inaccesible,
es un trasunto del Valle del Golfo herreño, aunque en ella se ubique una enorme
ciudad cuyo urbanismo me lo ha inspirado tanto Telde, con su abigarramiento y
sus barrios tradicionales, como Las Palmas y su actividad portuaria. Incluso
hay un pequeño archipiélago de roques, los Roques de las Islas, bajo el
acantilado de La Pared, que es como una maqueta natural de todo el
archipiélago…
¿Quiénes
son Gera, Rosa o Frucho? Cuéntanos cómo diseñas a tus personajes, qué
significado simbólico les das, si es que les das alguno, y qué identificación
tienes con ellos.
Todos
ellos me han hecho sufrir y disfrutar a un tiempo. Un personaje desarraigado y
marginado, Pacón, del primer libro de relatos es el preferido de muchos de mis
lectores, y una buena amiga se prendó de Angélica y sus estados de ánimo. En
esta segunda colección, Gera, que es feo, y Frucho, que encontró unos zapatos y
fantaseó con ellos. También Anselmo Damas, que creó un imperio comercial y
ahora busca conciliarse con su soledad. Los personajes, al igual que los
territorios, no son míticos, ni simbólicos, sino personajes reales, con
experiencias en las que cualquiera se puede reconocer, son habitantes de este
mundo.
¿Querrías
destacar alguno de tus cuentos? Por ejemplo a mí me llamó muy mucho la atención
“El barco”, prácticamente en el centro de tu libro y con una extensión
considerable respecto a los otros. Me llamó la atención la propia historia
familiar, compleja y alambicada, los personajes vacilantes y difusos, la cita
de ciudades reales como Puerto de la Cruz, Sta. Cruz, Las Palmas, Los Llanos de
Aridane, el final sorprendente y esperado al tiempo, etc. ¿Quieres comentarnos
algo personal como autor de este cuento?
En la
colección de libros anterior, también el cuanto más largo, “La izquierda de
Pacón”, resultó ser el que atraía más a los lectores. Gran parte de la infancia
de Anselmo Damas es la mía propia, mi madre tenía ese taller de costura, no en
La Orotava, sino en Los Realejos, y escribir las escenas que transcurren en él
me emocionaron al obligarme a rebuscar entre mis recuerdos, y sobre todo, las
sensaciones que aún perduran: el olor de los tintes de la tela y los hilos, el
olor de la lluvia, los comentarios y actitudes de las clientes. Por lo general,
en todos mis cuentos, aparecen esas sensaciones y recuerdos del pasado, que
suponen en algunos de ellos el punto de partida. El cobrador de los plazos es
otro personaje de mi infancia.
Por
otro lado, este cuento me hizo documentarme sobre los acontecimientos sociales
y revolucionarios de la Cuba de principios del XX, en el que participa el padre
del protagonista. Que, en este caso, no está inspirado en el mío propio.
Cito al
principio unos versos de Góngora, que permanecen en mi mente desde que los leí
por primera vez, en mi adolescencia; abordan uno de los asuntos con que las
personas debemos conciliarnos cuanto antes, la soledad, o como formula el autor
barroco, las soledades. No me resisto a repetirlos: “De mis soledades voy, a
mis soledades vengo, porque para estar conmigo, me bastan mis pensamientos”.
Hay gente ilustrada
insular que dice que “en esta tierra es más importante la charanga y el baile
que la cultura”, “el benaventismo” que la música clásica o el jazz, los Gambín
(con todo mi respeto personal para ese músico y este autor lagunero) que los
Bruno Mesa, etc. ¿Compartes esa opinión, qué piensas tú al respecto?
Aunque
tengo muy claro el tipo de cultura que me interesa y que me satisface, respeto
todos los gustos. Pero también estoy convencido de que apreciar la cultura es
un asunto que se debe educar, como el paladar y el cuerpo, y también de que
cada vez a la mayoría de quienes tienen la responsabilidad política de fomentar
esa educación, se esfuerzan muy poco en hacerlo, seguramente porque interesa
poco según qué réditos se quieran obtener.
Cultura, modesta, humildemente,
es lo que estamos haciendo en Tegueste bimensualmente con la puesta en marcha
del proyecto Libro Fórum Canario. Tú eres el protagonista de la 3ª sesión
(la 1ª la dedicamos Víctor Álamo de la Rosa, con notable éxito, la 2ª a Javier
Hernández, que no le fue a la saga): ¿por qué aceptaste mi ofrecimiento de
participar, qué esperas encontrar y qué te parece la iniciativa?
Para mí
supone un reto y una satisfacción poder compartir charla pública con
lectores, tanto con amigos o colegas, como con otros que no conozco, lo que
supone para mí un importante atractivo. He asistido como lector a las
anteriores convocatorias, y realmente creo que han logrado cumplir
satisfactoriamente con los objetivos que como director te has propuesto. Solo
espero poder contribuir un poquito en la consolidación de estos encuentros.
Por último, ¿qué le
tienes que decir, subjetivamente, a los vecinos de esta Villa, a los lectores
de toda laya y condición que se están sumando al proyecto de leer y conocer en
vivo y en directo a los autores canarios vivos con obra publicada de calidad, a
otros escritores y creadores, a los responsables municipales teguesteros que lo
respaldan y copatrocinan, en fin, a los que nos siguen a través de Facebook y
otras páginas?
A los
lectores, lo mismo que les digo a mis alumnos cuando contamos en el instituto
con la presencia del autor de libros que han leído y trabajado. Que comprueben
que quienes han sido capaces de expresarse a través de esos textos, son
personas reales, y, dándole la vuelta al asunto, que las personas reales como
ellos, si se lo proponen, son capaces de expresarse a través de cualquier
actividad que les apasione, y si eligen la literatura, que intervengan como
autores. En el mismo sentido, a los creadores, que pasen por él no solo como
tales, sino también como lectores. A los dignatarios municipales, pues que
vengan en la calidad que elijan, porque de esa manera se convencerán de la
necesidad de continuar respaldando el proyecto. Y a ti, gracias por esta
iniciativa y por invitarme a participar en ella.
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