El vuelo de la pardela
¡Adiós
amigo!
Graciliana
Montelongo Amador.
Se nos fue Don Pedro Gómez Cuenca. Se
nos fue un gran hombre y un gran amigo. Los tinerfeños, desde niños, esperábamos verlo el martes de carnaval. Con
su habitual sonrisa, interpretaba mejor
que nadie a su personaje predilecto. Caminaba
por la avenida de Anaga con gran soltura. Nuestro galán, trabajó,
estudió su papel, como los más grandes
actores del mundo. Cuidaba hasta tal punto
todos sus gestos, su vestimenta, que hasta el mismísimo Charlot se
hubiera confundido al verlo. La responsable de que un día Don Pedro imitara
a Charlot, fue Victoria, su mujer, su compañera del alma, su
amor para siempre… Los dos llenaban de luz, de color y de cariño, los corazones
de todos los que les conocíamos. Es muy triste y doloroso ver partir a nuestro Charlot, pero también reconforta la
huella que deja en todos nosotros. Una huella profunda, llena de amor. Siempre
lo recordaremos como era, amable y cariñoso. Y él, siempre que lo
entrevistaban, no paraba de dar las gracias por el afecto que le mostraba la gente. Don Pedro decía: “El Charlot nos ha dado el cariño de la gente”. A pesar de
que no nació en Tenerife, era madrileño, se supo ganar nuestro afecto,
nuestro respeto. Porque quien respeta es respetado y quien ama es amado. Los carnavales ya no serán lo mismo. Santa
Cruz de Tenerife se queda triste, se queda en silencio. Mañana, el sol saldrá de nuevo…Entonces, recuerda al amigo, recuerda su mirada, recuerda aquel gesto, aquella sonrisa,
que nos llena y llenó de amor.
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