El neónimo Taknara y su
función identitaria y simbólica
Aknar n-Ayt Unaga/Manuel Suárez
Rosales
El neónimo Taknara surge en el contexto sociohistórico y
político canario como consecuencia de la necesidad -sentida por algunos hijos
de esta nación, con profunda conciencia identitaria- de redenominar a nuestro
país con un nombre que posea un valor y una carga referencial e identitaria
muchísimo mayor que el de Canarias y que, en el fondo y en su
esencia, sea el mismo nombre que éste, pero con morfología no hispana, sino
canárica, neónimo cuyo substrato radical, a saber, KNR, está
documentada, como es sabido, desde hace nada menos que dos milenios (cf.
el antiguo gentilicio canarii).
El contenido semántico de Taknara incluye
el concepto -central para quienes nos oponemos y resistimos a la
despersonalización y alienación políticocultural del pueblo canario- de la
identificación de nuestra nación con sus raíces históricoculturales más
profundas, que no son otras que las precoloniales. Así surgió (se acuñó) el
neónimo Taknara* como el nombre canárico de nuestro país (en este
sentido es un etnotopónimo) y de nuestra nación. Como es sabido, identidad
territorial e identidad nacional se entremezclan, sobre todo en un país como el
nuestro tan claramente delimitado geográficamente.
Obviamente, los nombres son un poderoso medio de
identificación tanto social como cultural y étnico, y forman parte de la
reconstrucción identitaria de las naciones que han padecido, o que aún vienen
sufriendo, una despersonalización/desnacionalización tan acusada como la
canaria. Desde que invadieron a Taknara, los españoles han venido imponiendo en
este país muchos topónimos hispanos, algunos tan aborrecibles y odiosos como
“La Matanza” (con el que, vergonzosamente, se sigue designando al municipio
donde tuvo lugar una gran victoria canaria sobre los invasores extranjeros)
o “La Victoria” (por supuesto, la de los intrusos y agresores hispanos sobre
los defensores de la isla de Djinet/Tenerife).
Como ha señalado el profesor Salih Akin, la neología
constituye uno de los procesos redenominativos -los otros son, respectivamente,
la recuperación de antiguas redenominaciones y la modificación de las mismas-
que caracterizan a las personas, a las poblaciones, a los territorios y a las
lenguas (1999:58).
En la dinámica identitaria canaria, el neónimo Taknara constituye
una auténtica arma de afirmación canarista, neónimo que se inscribe en la
estrategia de reapropiación toponímica y de autoidentificación de nuestro
pueblo. Como se sabe, ese proyecto toponímico y político no constituye un caso
aislado en el mundo como medio de reapropiación y de control de un territorio
determinado. Como ejemplo de ello señalemos el caso de un extensísimo
territorio, situado en el noreste de Canadá, cuyo nombre oficial era
anteriormente Nouveau-Québec, y que desde 1988 se denomina Nunavik,
neónimo acuñado por los inuit (los mal llamados “esquimales”) en su propia
lengua. Otro neologismo toponímico es Uiguristan (‘País
de los uigures’, pueblo cuyo Movimiento de liberación lucha por un Estado
independiente en los territorios que han ocupado desde siempre y que,
actualmente, están dentro de las fronteras estatales de otras naciones). En el
caso de las Filipinas, los intentos para denominar al país con un nombre
autóctono que sustituya al heredado de la dominación española, y que allí
pronuncian ‘Pilipinas’ (el tagalo carece del fonema /f/), no han
fructificado hasta ahora.
Una profesora de la Université Paris III señala
:“el que los nombres de los países puedan ser considerados como marcas
identitarias no ofrece dudas. Basta con observar los casos de redenominaciones
para darse cuenta uno de ello: el Congo se convierte en Zaire para volver a ser
denominado Congo un cuarto de siglo más tarde; Birmania reivindica el nombre de
Myanmar (...). Cada cambio de nombre va acompañado, y está determinado, por un
cambio político, trasluciendo así el nombre una búsqueda de identidad política
históricamente definida”. (Georgeta Cislaru 2006:41. Traducción nuestra del
original francés).
El sema mayor y más antiguo de la raíz KNR.
Veamos el sema mayor y más antiguo de la raíz fonética KNR,
esto es, la del esqueleto consonántico de Taknara (la T-
inicial es la marca del femenino en mazigio, mal denominado “bereber”), canarii, Canarias (la
-s final es marca del plural en español), etc.:
·Canarii (fonéticamente kanarii),
masc. pl. latino, supuestamente latinización de un gentilicio mazígico.
Etnónimo recogido por Plinio el Viejo 5,15 (sigloI).
·Gannaria promunturium**, o cabo de Canaria
Extrema, frente a las islas de Taknara (posiblemente el denominado en la
actualidad cabo Bojador), señalado por el célebre geógrafo grecorromano
Claudius Ptolemaios (siglo II).
·Canariae insulae, fem. pl. latino (“las islas
Canarias, en el Océano, cerca de la costa de äfrica”, Arnobius 6,5. Este autor,
el Arnobio el Viejo de los españoles, fue un apologista cristiano nacido en
Sicca Veneria, en el África proconsular, y que murió circa 327.
este mazigio latinizado fue, que se sepa, el primer autor que empleó el
sintagma Canariae insulae, ‘islas Canarias’, es decir, pluralizó el
nombre Canaria (cf. Félix Gaffiot, Dictionnaire
latin-français 2000:254).
·Qamnuriyya (pronunciar “Qamnuría”). Nombre
arábigo que empleó Al-Idrisi, el célebre autor del siglo XII, para referirse a
la Taknara continental: “(...) el territorio de la Qamnuriyya (...) confina al
oeste con el océano Tenebroso, y al Este con el desierto de Nisar, por donde
pasa la ruta de los mercaderes de Aghmat, de Sijilmasa, de Dar’a y del extremo
del Nul, que se dirige a Ghana y a las regiones limítrofes del Wanqara, el
“país del oro”.
“(...) ya no queda, pues, más que un pequeño grupo de
habitantes de la Qamnuriyya, grupo disperso en este desierto o cerca de la
costa, que vive de leche y de pescado, y que apenas tiene de que subsistir
(...). Se desplazan al interior de esos territorios, acordando treguas con sus
vecinos, y, hasta hoy, han vivido en paz con los demás.
“Desde la Qamnuriyya se ve la montaña de Manan, que
termina en el Océano. Esta montaña es escarpada, su cima es elevada y la tierra
allí es roja. (Al-Idrisi 1999:100-101.Traducción nuestra de la francesa hecha
del original arábigo por el chevalier Jaubert, y revisada por
Annliese Nef).
La forma Qamnuriyya es arabización de
la latina Canaria o, tal vez, de la mazígica.
·Pietre le Canare. Indígena canario bautizado,
como su nombre de pila indica, de quien se habla en Le canarien (crónicas
de la conquista franconormanda de las islas de Taknara), obra de
principios del siglo XV.
·Kanar. Hidrónimo y orónimo de Marruecos
(Abdelaziz Allati 1997:68, y 2002:49).
·Ganar/Kanar. Nombre con el que los
senegaleses que habitan a orillas del río que da nombre a su país designan
a todo el Sáhara occidental marítimo, es decir, a todos los territorios
que se extienden a lo largo de la costa desde el indicado río hasta el uadi
Draa (antiguamente el río Darat) y las estribaciones del Atlas Menor o
AntiAtlas.
Respecto a las formas Ganar y Kanar debe
indicarse que, en diversas lenguas, el fonema oclusivo sordo /k/ permuta en
algunas voces con el oclusivo sonoro /g/. Señalemos tres ejemplos de ello en
mazigio:
agud/akud, ‘tiempo (cronológico, no
meteorológico)’
gigan/kigan, ‘mucho’.
agbur/akbur, ‘pañuelo (de algodón)’.
·Aganar. “(...). A la llegada de Ti-n-Hinan**,
los isabaten que quedaban vivían en cuevas en los montes
Taessa. Veían a lo lejos la gran llanura blanca de Aganar, mirándola como a una
divinidad, y temiéndola (...)” (Charles de Foucauld 1952, II:536).
Campos semánticos periféricos de la raíz KNR.
Bajo esta rúbrica se incluyen los vocablos mazígicos siguientes:
Akanar (pl. ikanaren); fem. takanart (pl. tikanarin)
aknar (pl. iknaren);
fem. taknart (pl. tiknarin)
aknari (pl. iknariyen);
fem. taknarit (pl. tiknariyin)
Las formas aknar y aknari son variantes
de akanar, ‘canario’. La forma plural de aknariempleada
generalmente es, como ha quedado indicado, iknariyen, pero más
acorde con el genio de la tamazight (la lengua mazigia) es la
forma plural iknariwen (fem. pl. tiknariwin).
La forma taknarit es empleada en el
suroeste de Marruecos para designar a la fruta del nopal o tunera, el tuno o
higopico, el denominado en España higo chumbo. El término taknarit significa
exactamente ‘canaria’, y por extensión, la fruta del nopal, seguramente por
haber sido esa planta, originaria de Mesoamérica, importada en la indicada
región marroquí de las vecinas islas de Taknara. La forma masculina aknari
es empleada en algunas zonas del suroeste de Marruecos para designar al nopal o
tunera, pero en otras zonas de la misma región se emplea el término mazígico udderg para
designar a la misma planta.
Hay que señalar que en otras regiones del vecino país
el tuno o higopico es denominadotarumit, vocablo que tiene los
significados de ‘cristiana; francesa; europea’, y sólo por extensión
‘higopico’. Tarumit es mazigización de la voz arábiga rumi mediante
las marcas mazígicas del femenino ta----t, voz cuya primera
acepción es la de ‘romano’ (Émile Laoust 1920:422).
Asimismo hay que señalar que los mazigiohablantes de
ciertas zonas del Marruecos central denominan a la fruta del nopal tahendit,
‘india’ ( Émile Laoust 1920:503), vocablo que aludía seguramente no a la India
propiamente dicha, sino a las Indias occidentales, o América, de donde procede
la indicada planta.
Nada tiene de extraño que el fruto del nopal o chumbera
sea designado en algunas zonas dialectales mazígicas con los términos
respectivos de taknarit, ‘canaria’; tarumit, ‘francesa;
europea’; o tahendit, ‘india’. Acá mismo, en Taknara, podemos
encontrar en las tiendas y en los
supermercados cierta clase de melocotón semejante al pérsigo (= ‘persa’) y
de forma aplastada denominado ‘paraguayo’. Y en la hermana nación borinqueña
(Puerto Rico), a la naranja dulce se la denomina ‘china’ (cf. DRAE I,
2001:532). Los azuagos (“kabilios”) emplean para designar a esta misma
fruta el término taçinat (pl. tiçinatin.Variante taçinet,
pl. tiçintin), voz que significa precisamente ‘china’ (J.-M. Dallet
1982:97). (La letra /ç/ representa el mismo sonido que en español o
castellano el dígrafo /ch/).
Señalemos también que en el suroeste de Marruecos,
donde es empleado el términotaknarit***, ‘canaria’, para designar al
tuno o higopico, esta fruta es denominada asimismoakurru (pl. ikurran),
‘higo’ (Edmond Destaing 1940:43 y 357). Para diferenciar al fruto de la
higuera, o higo, del higopico o tuno, allá dicen akurru n tazart,
‘higo de la higuera’, y akurru n teknarit, ‘higo de Taknara’ (ibidem 127).
En Tazwawa (=”Kabilia”), el nopal es designado con el
término akermus. La forma femenina de esta vocablo, takermust (pl. tikermusin)
designa a la fruta de esa planta.
Respecto a la forma taknarit, variante,
como se ha señalado, de takanart (que creemos es la forma que
debe ser la normalizada por razones que expondremos en otro lugar) y cuyo
masculino es aknari, hay que indicar que -i(t) es
el sufijo adjetival de origen (o ‘nisba’) característico del semítico, es
decir, con el que se forman los gentilicios: -i (fem. -it)
en hebreo; e -iyy (fem. -iyya) en árabe, sufijo
que adoptó el español o castellano principalmente como sufijo de gentilicios,
pero también de otros vocablos derivados de nombres propios arábigos e,
incluso, hispanos: israelí, marroquí, iraquí, andalusí (=hispanomusulmán),
marbellí, fatimí, alfonsí (vocablo que alude al rey hispano Alfonso X “el
Sabio”), etc., etc., sufijo que en mazigio es innecesario salvo, quizás, y por
razones eufónicas o de más fácil pronunciación, en ciestas voces.
Y para concluir con el campo periférico de la raíz KNR,
vamos a referirnos seguidamente aTaknara, neónimo que responde
perfectamente a todo lo que se requiere para que un neologismo pase a
integrarse en la toponimia mazígica, y, también, en el léxico del castellano
hablado enTaknara, en este caso gracias a que todos los fonemas de este neónimo
mazígico existen asimismo en la lengua de Andrés Bello y de don Iberito Pérez
Galdós.
Hay que insistir en que el término Taknara está
bien formado, es decir, ha sido acuñado según las normas morfológicas de la tamazight.
Así, pues, tanto morfológica como fonéticamente, ese neónimo se integra en el
sistema lingüístico del mazigio, del que el canario constituía un grupo
dialectal. Por otra parte, el neónimo Taknara cumple una
función de primer orden que la forma hispana Canaria(s) no
satisface, y ello aunque la C- se sustituya por K-,
cosa que ciertas personas que carecen de toda noción de tamazight han
venido haciendo estos últimos años. Ese neónimo denota un conjunto de
contenidos semánticos que evocan en los canarios ciertas representaciones
mentales que nutren nuestra cultura canárica en (re)construcción.
“Acuérdate de dónde vienes para poder volver si te
pierdes”, reza un proverbio africano. Y la forma Taknara nos
hace recordar nuestras raíces canáricas mucho más y mejor que la forma hispana Canarias o
que la pseudomazígica “Kanaria”.
La
iniciativa de mazigizar morfológicamente el nombre de nuestra nación se
inscribe en una empresa neológica de afirmación de nuestra identidad nacional,
iniciativa análoga a la de otras naciones cuyos Estados respectivos han nacido
de la descolonización, la mayoría de los mismos en el período comprendido entre
los años 1950 y 2000. Algunos de los nuevos Estados, además de crear una
bandera, un lema, un escudo y un himno, han (re)formado el nombre de su nación
Es oportuno recordar en este artículo acerca del neónimo Taknara,
que el nombre deTamazgha, el de toda el África mazigia incluido el
archipiélago deTaknara, fue acuñado hace apenas cuatro décadas a partir del
esqueleto consonántico del etnónimo (t)amazigh(t), ‘mazigio, -a’,
esto es, de la raíz MZGh.
Campos semánticos diversos y heterogéneos con radical
consonántico KNR.
En primer lugar, nos referiremos a una voz mazígica homófona y homógrafa de
la ya indicadataknart, que es variante de takanart,
‘canaria’, como ya se ha indicado. En el grupo dialectal tuareg, grupo que
algunos lingüístas consideran una lengua mazigia aparte, taknart significa
‘novia; recién casada’ y, por extensión, ‘muñeca’ (cf. Karl-G. Prasse,
Ghoubeïd Alojali y Ghabdouane Mohamed 2003, I:390). En la misma lengua tuareg,
el término taknart en la acepción de ‘muñeca’ es sinónimo de tasunart (pl. tisunarin),
cuya forma masculina esasunar (pl. isunaren), ‘muñeco’,
voz que también puede significar ‘maniquí’.
En el tomo II del mismo Dictionnaire
touareg-français de Karl-G. Prasse et alii, en la página
730, se da la siguiente definición de tasunart: ‘poupée
(jouet d’enfants, en forme d’homme ou d’animal)’, cuya traducción
castellana es ‘muñeca (juguete infantil con forma de persona o de animal)’.
En el dialecto de los también mazigiohablantes de la región
libia de Adrar n Infusen, en la Tripolitania, la voz que significa
‘muñeca’ es tasilut (pl. tisila), que deriva del
vocablo panmazígico taslit (pl. tislatin), ‘novia;
recién casada’, cuya forma masculina es asli (pl. islan).
Por extensión, taslit también significa ‘muñeca’ entre las
niñas mazigiohablantes. Y en zenaga (el dialecto mazígico de Mauritania), el
término que designa a la muñeca es tamanagt (pl.timanagin).
·Akanaru. Antropónimo empleado por los tuareg
(Karl-G. Prasse et alii, ibidem).
·Kener. Interjección tuareg. ejemplo de empleo: Wer-inna
kener, ‘il ne dit pas un mot’ (Karl-G. Prasse et alli, ibidem),
frase que se puede traducir al castellano como ‘(él) no dice ni pío’.
·Tekanart (pl. tikanaren),
‘frente [anatomía]’ y, por extensión, ‘frente de combate’, acepciones ambas del
tuareg (Karl-G. Prasse et alii, ibidem). La forma aumentativa de tekanartes ekanar (pl. ikanaran).
En la mayoría de los dialectos mazígicos los términos
que designan la ‘frente’ son de raíz IR o NIR: anir,
ayri, taynart… (Émile Laoust 1920:112).
·Agnar/tagnart es el nombre
que los mazigiohablantes del suroeste marroquí dan a un cuarto de una vivienda
reservado a las mujeres, y que da al porche o cobertizo (Edmond Destaing
1940:290). La voz homónima y homógrafa agnar (pl. agnaren),
‘veinte’, fue empleada en otro tiempo en Marruecos (Mohamed Chafik 2003:167).
Volviendo a lo que más arriba se ha indicado acerca de
las voces que tienen el mismo sonido pero que pertenecen a campos semánticos
diferentes, como es el caso detaknart ‘canaria’ (como hemos
indicado, y al igual que taknarit, variante de takanart)
y taknart, ‘novia; recién casada’ y, por extensión, ‘muñeca’, hay
que insistir que, en lingüística, la homofonía caracteriza palabras que tienen
el mismo sonido aunque se escriban de distinto modo y signifiquen cosa
distinta. Veamos a continuación un par de ejemplos de voces homófonas en
español y, seguidamente, otros dos ejemplos de homofonía en francés:
Vaya (del verbo ir): valla (cerca, vallado); baya (tipo
de fruto).
Presa (animal cazado): presa (obra para contener
aguas): presa (mujer que sufre prisión).
Fête (fiesta): faite (hecha,
del verbo faire); faîte (cima, pináculo, caballete
(de un tejado)).
Avocat (abogado): avocat (aguacate).
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Y para concluir, hay que subrayar, primero, que Taknara es una nación que
continúa (re)construyéndose a si misma, y que su nombre canárico connota
el renacimiento identitario de nuestro pueblo, renacer que expresa tan bién
el lema de nuestra nación: Lulegh dagh n yighdan-iw (‘Renazco
de mis cenizas’). Y, segundo, que los ecos del grito lanzado el 18 de
noviembre [Día Nacional de Taknara] de 1897 en Caracas por Secundino
Delgado y sus compañeros de “El Guanche”, a saber, ¡Vivan las Canarias libres!,
sigue resonando en las conciencias canarias tan fuerte como entonces.
*La forma mazígica del nombre de nuestra nación fue acuñado y dado a
conocer en la última década del pasado siglo XX.
**Ti-n-Hinan es la antepasada legendaria de los Kel Ahaggar, tuareg que
habitan en el macizo volcánico del Ahaggar, en el Sáhara argelino. Ahaggar es
variante dialectal tuareg de ahawwar(pl. ihawwaren),
pues la semivocal /w/ cuando es geminada (doble) se transforma en
algunos dialectos mazígicos en una /g/ geminada, y, en otros, en una /b/
también geminada. Un ejemplo:
tawwurt, ‘puerta’ = tabburt = taggurt.
*** En la acepción de ‘tuno, higopico’, taknarit es
nombre colectivo. En mazigio, ‘un higopico o tuno’ se dice yat teknarit (pl. tiknariyin:
semmust teknariyin, ‘cinco higos-picos’).