Por Eduardo Sanguinetti, Filósofo
Sentir,
razonar y pensar libremente, interpelar lo real como lo imaginario, asumir las
responsabilidades teóricas y prácticas de vivir entre los hombres, existir en
un Estado de derecho, donde se cuide a la comunidad en educación, salud, medio
ambiente equitativamente en los límites de lo necesario y verdadero, para hacer
de esta vida algo digno de ser experimentado.
Este
planteo inicial, que representaba un horizonte de millones de destinos, hoy
destruidos, fueron aniquilados por prácticas de un sistema atroz, instalado en
aquel pequeño mundo en el que aún era posible formular por y para la humanidad
un destino de plenitud en ética y armonía. Pequeño mundo en el cual sus
términos estaban basados en una realidad para todos en poesía. Más aún eran la
base de esa realidad en poesía. Pequeño mundo, cuyos vestigios fueron
archivados por un sistema genocida global, puesto en acto sin piedad para los
que disienten, resisten y cometen el pecado de vivir acorde a sus ideas e
ideales.
Hoy, todo
cuanto afecta a los dueños del mundo el ‘homo consumus’ y sus riquezas es
criminal. Tienen que conservarlas a toda costa, incluso creando crisis de
activos incorpóreos y jamás poniendo en tela de juicio su legitimidad. Fingir
que se olvida que siempre los beneficiados son las mismas corporaciones
asesinas, cuyo poder se acrecienta con la sangre derramada de miles de hombres,
mujeres y niños en guerras fabricadas, en hambrunas evitables y en
desapariciones en serie de sujetos-objetos traficados para el turismo sexual,
de ese reducido grupo de delincuentes. Garantes de la siniestra democracia
procedimental.
¿Por qué
sendero se arribó a tal estado de amnesia, a esta ausencia de memoria, a
olvidar el presente? La resistencia no tiene espacio alguno, salvo la que
reivindica todo el planeta, para la economía de mercado, hoy triunfante, y que
por cierto posee una lógica propia a la cual no se enfrenta ninguna otra. Todos
parecen participar de estas ceremonias fúnebres, considerar que el estado
actual de las cosas es el único viable y posible, que el punto al que ha
llegado la Historia es el que aparentemente la humanidad adormecida esperaba,
deseaba y anhelaba.
El
milenio nos ha enseñado que todo es fugaz, hasta el ‘nunca más’. El crimen
contra el hombre siempre es un crimen perpetrado por el hombre. Todo es viable
en el espacio de la aventura humana, en el orden de la bestialidad, que, como
nunca se desencadenó y sin miras de cambiar su rumbo…a menos que todos, en un
preciso instante, resistiendo, actuemos en sintonía, simultáneamente en todas
partes, contra el mundo del libre mercado y de sus operadores, sintomáticos
humanoides el ‘homo consumus’, los privilegiados de un sistema genocida y sin
retorno.
Ha
llegado la hora de tener en cuenta que todo es pasado abolido, debemos dejar de
‘hacer el juego’ a las democracias fingidas, con tintes totalitarios, a los
denominados políticos de los movimientos populares de pocos y para pocos, que
mienten y engañan a diestra y siniestra en nombre del ¿pueblo? y sus derechos
inexistentes, con pánico a reflexionar sobre la verdad.
Debemos
correr el riesgo de ser muy precisos al verificar la realidad, a pesar de
provocar cierto malestar inicial, en el camino de la resistencia y de modificar
rumbos, sería hoy el único referente lúcido para preservar el futuro, nuestro
futuro. Hoy se impone hablar francamente, sin dobleces, sentir, pensar y decir,
son la consigna. Mantener la lucidez, no desesperar y soportar con dignidad
este tiempo de transición, con lucidez, sin dejarse llevar por la embestida del
aparato represor del capitalismo que, repito, triunfó hoy sin dudas en esta
aldea global, con su política de exterminio de todo lo maravilloso que tenía la
vida en términos de naturalidad y principios éticos de relación.
Lo único
que se le escapa a este tiempo sin tiempo, es una actitud plena de dignidad y
ética, en temple y conocimiento. Esta es la coherencia, la fuerza de cohesión
que nos sostiene. Un instante de verdad equivale a la eternidad es la eternidad
en un instante, enfrentada al instante mercantil descartable, desechable y
perentorio.
Es la
última oportunidad de nuestra especie, que tiene la posibilidad de cambiar su
destino convirtiéndose en ‘homo responsabilus’, digno, solidario y respetuoso,
capaz de cambiar el destino degradante de nuestra Tierra.
El ‘homo
responsabilus’ vive de forma coherente con la civilización que se está
gestando, con valores en los que prima el bienestar de la comunidad y la
naturaleza y los hábitos de vida son ecológicos y equitativos.
El
tránsito hasta este modelo social que plantea el ‘homo responsabilus’ no es en
absoluto traumático y está pleno de posibilidades de permanecer en esta tierra,
sin ser esclavos de un sistema de aniquilación, como lo es el bestial aparato
capitalista en acción criminal.
Siendo
‘homo responsabilus’ nos asimilamos a la posibilidad de existir en austeridad y
conocimiento, adquiriendo en el presente, ante el ataque sistemático del
liberalismo y sus personeros una cualidad y condición que marquen un destino,
la realización de un estilo, una conducta “heroica” que establezca un camino a
seguir.
Gracias por subir esta columna que me parece trascendente y dar a conocer la palabra de Eduardo Sanguinetti, tan silenciado en Argentina, su tierra.
ResponderEliminarEstuve indagando acerca de la vida de Sanguinetti y tiene que soportar injusticias enormes, no se como sigue escribiendo, realmente un gladiador.