Agapito de Cruz Franco
El Colectivo Cultural
“La Escalera” de La Orotava, se fundó el 25 octubre 1995. Un buen grupo de personas
preocupadas por nuestra cultura y que solían verse para salir en las fiestas de
la Villa, tuvieron la idea de crear una asociación cultural ante “la inexistencia de grupos organizados que
trabajasen para hacer que la cultura
formara parte tangible del acontecer diario” (mucho más allá desde luego, de
una mera visión museística y nada que ver con esa visión muerta del
etnopatrimonio canario). Recuperaban así una tradición de asociacionismo
cultural que llegó a existir en el municipio hasta no hacía muchos años.
Se consideran una
generación límite, respecto a la transmisión de muchas manifestaciones de una
cultura popular sin minúsculas, que busque esa singularidad que sumar a la
diversidad de la aldea global. Critican así -y son beligerantes- con la actitud
de las instituciones que no dedican la misma atención a las viviendas,
manifestaciones y costumbres de la gente del pueblo, que a proyectos y
espectáculos festivos ajenos a la tradición popular. Creen que el patrimonio
etnográfico canario se encuentra en claro agravio comparativo respecto de otros
patrimonios históricos. Y, me he llevado una gran alegría al encontrarme, como
reafirmación de estos criterios, la cita nada menos que de un compañero y amigo
mío de estudios juveniles, al que recuerdo en aquellos años adolescentes junto
al río Esla estudiando siempre obsesivamente la historia, José Luis Alonso
Ponga -hoy todo un especialista en la materia- cuando afirma: “las tradiciones y objetos etnográficos se
alzan ante nosotros como puntos de referencia sobre los que anudamos nuestra
memoria colectiva”.
Al analizar esta
iniciativa, se percata uno de inmediato de que entras en el terreno de los
denominados en Sociología: “nuevos movimientos sociales (NMS)”. Es notorio el
empeño, típico de estos movimientos, por mantener una total y absoluta
autonomía al margen de cualquier poder, con el que puntualmente se puede
colaborar pero no confundirse; una clara independencia respecto a los organismos
y las instituciones público-políticas. Están bien delimitadas en él las líneas
de clausura por las que esta independencia de criterios y acción es total, al
contrario que en otros movimientos sociales o ciudadanos “híbridos” que han
sonado últimamente en las reivindicaciones insulares y en donde actúan fuerzas
organizadas –electorales o no-. En sus objetivos se mezclan transversalmente
valores como la ecología, la cultura tradicional de los pueblos -sobre todo el
canario- el fomento de las actitudes solidarias y comportamientos constructivos
que transformen la sociedad hacia cotas más altas de calidad de vida. Actividades
lúdicas y de formación que favorezcan el desarrollo de una sociedad
participativa y democrática, estimulando la creatividad, cooperación y
desarrollo crítico. De hecho el ejemplo personal forma parte del perfil de este
colectivo en el que en la primera época “igual
limpiábamos una playa, apadrinábamos un niño, difundíamos los juegos y
costumbres tradicionales, aprendíamos a reciclar papel o a tocar y bailar la
música tradicional…”
Ha tenido tres sedes
pero todas en el mismo cruce donde se halla hoy día, la calle San José, nº 37.
Funciona con una asamblea general que se lleva a cabo cada tres meses y que marca
toda la actividad, previo tagoror, donde la Junta recoge todos los puntos a
tratar y los ordena. Para hacerse socio se rellena una ficha, se comunica a la
asamblea y a continuación se forma parte como uno más. Hasta ahora han sido 128
los socios habidos, estando en activo en la actualidad 46. Eso sí, pertenecen a
todos los sectores –como comenta su presidente José Antonio García González: “Hay
gente de la empresa privada, de la empresa pública, trabajadores, parados, de
izquierdas, de derechas, de centro, hombres, mujeres, niños, mayores, altos,
bajos… De manera injusta a veces se nos ha señalado con el dedo por el hecho de
que haya socios con una vinculación determinada, pero es que cualquier persona
por más significada que esté en un ámbito u otro es aquí una persona más trabajando
por la cultura y desde la pluralidad. Hasta el día de hoy elegimos nuestros
amigos, no estamos vinculados con nadie y nadie con nosotros. Si tenemos alguna
vinculación es con el entorno geográfico donde estamos ubicados de la Villa de
Arriba y San Juan, así como muy buena relación con el Ayuntamiento, con todos
los partidos, etc. Nadie nos ha cerrado nunca las puertas.”
Se trabaja en
diferentes talleres: Juego del palo, juegos y Juguetes tradicionales, de
costura tradicional, de bailes tradicionales, de etnografía, de cuerdas, de
senderismo, etc. Hasta la fecha han sido muchas las actividades desarrolladas: Participación
en Bailes de Mago y de Taifa en La Orotava, La Laguna, Pinolere, etc. Romerías diversas con la Danza de las Cintas,
visita al proyecto cultural de La Aldea en Gran Canaria, cursos de bailes
tradicionales, investigación, rescate y difusión
del Baile de Cintas de La Florida, publicación de artículos en revistas
especializadas como “El Pajar”, cursos sobre instrumentos musicales, Exposición
de Talleres de Juegos y Juguetes Tradicionales en plazas públicas como San Juan
o La Constitución de La Orotava, o su divulgación por los centros educativos,
recuperación de coplas y bailes tradicionales, participación en grupos sobre
Patrimonio Histórico Artístico, rescate del enramado de chorros por la víspera
de San Juan, organización del Baile de Piñata de San Juan en la Villa de Arriba
durante los Carnavales. Son célebres sus ya nueve concursos de fotografías
antiguas: (La Orotava en fiestas (1996), Fiestas, oficios y tradiciones en el
Valle (1997), Recuerdos el Valle (1999), Retratos, emigraciones y recuerdos del
Valle (2000), Recuerdos del ayer. Las Ventas y el Comercio en el Valle (2001),
Los Juegos populares y el deporte (2002), Tradiciones y cultura religiosa
(2005), Escuelas y Maestros del ayer (2009), y La vida cultural y artística del
Valle (2011). En relación con ellas, publicación de un primer libro: “De álbumes gavetas” así como un catálogo de fotografías
antiguas “Seis años, la mirada de un siglo”. En otro orden de cosas, concursos
de postres o participación en las alfombras del Corpus Christi de San Juan,
actividades de senderismo, colaboración vecinal para el fomento de la
festividad de San José en la calle que lleva este nombre, celebración del Día
de San Andrés corriendo el cacharro, exposiciones sobre la historia de nuestros
trajes tradicionales, etc.
Los nuevos proyectos
del colectivo –apunta su secretario Julio
Hernández Belza- tienen que ver con la recogida de cortos de películas
antiguas tanto de personas locales como extranjeras que visitaban Canarias y
grababan cómo era la sociedad y las costumbres de otras épocas. Esto se va a
llevar a cabo con la cooperación de la Filmoteca, que pasaría a CD estas
películas. Además, nuevo libro sobre fotografías antiguas. Sobre este tema, han
recibido la visita del profesor Carmelo
Vega que está haciendo una Guía de Archivos Fotográficos de Canarias para
disponibilidad de investigadores o gente interesada y en la que se les ha incluido, pues La Escalera dispone de un
archivo fotográfico increíble, archivo del que no son dueños sino transmisores
del mismo, el cual pertenece a las miles de personas que han participado en él.
Otros proyectos tienen que ver con la realización de vídeos educativos para los
niños sobre juegos, juguetes y bailes tradicionales o revivir durante un día en
el área de la calle Los Molinos –actual Dr. Domingo González- Los Lavaderos y
San Francisco las costumbres antiguas que por ahí acontecían: turroneras,
lavandería, las idas y venidas a los chabocos, casa de socorro, escuela, gente
tocando etc. No hay que olvidar que esta
ruta de los molinos es la columna vertebral del desarrollo urbano sobre el que
terminó configurándose La Orotava.
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