ELECCIONES MALPARIDAS
EDUARDO SANGUINETTI,
filósofo, poeta y performer.
“Si no hay
comida cuando se tiene hambre. Si no hay medicamentos cuando se está enfermo.
Si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas. La
democracia es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan
parlamento”.
Nelson Mandela
Los cuentos ya no son oportunos, sin ignorar que la realidad y la verdad no son un cuento… Creo que les agradaría, tal vez, no leer mi escritura de lo indecible, pero no puedo dejar de hacer mención al poder de los estúpidos, a la justicia criminal, la cobardía de la gente, la hipocresía de los políticos en estado de anomia, los sociópatas consuetudinarios, a organismos internacionales que simulan “bregar por la paz” y la “armonía”, de la estafa y fraude de las corporaciones de medios del mundo, medios obscenos, que impulsan y justifican el estado de guerra permanente instalado en este pobre planeta degradado, habitado por millones de seres temerosos, en estado de indigencia, pobreza mental y física.
¿O bien debo hacer
un discurso de agradecimiento?
Tiempo de bajas
defensas para los libres el mundo, para el advenimiento, como lo estamos
apreciando en Argentina, de todo tipo de nostalgias de disciplina o de obsesión
de diferencia: la puerta abierta a fundamentalismos, racismos, mesianismos
camuflados de progreso, de fascismos en acto de perseguir, eliminar y excluir
al disidente, al amante de la vida en libertad e igualdad, sin estructurales
institucionales escatológicas que todo lo degradan. Instrumentos de la
decadencia, criaturas de la agonía, es claro, nada comprenderán, el despotismo
y el totalitarismo demencial gobiernan.
Conocemos el vacío
social y político, cada vez más prolongado, que precede a la convocatoria de
elecciones. Queda suspendida cualquier iniciativa, la sociedad está congelada
de antemano.
Pura simulación,
pues por otra parte el veredicto de las elecciones es indiferente. Cada vez en
mayor medida, el poder político se dedica a congelar a la sociedad en una
especie de suspenso electoral, de éxtasis del sufragio, bajo presión.
Ocurre con la
humanidad como en el film 2001 Odisea al espacio de Stanley Kubrick, con los
viajeros en el espacio con un estado de coma superado, bajo la vigilancia del
ordenador.
La información y la
comunicación mantienen al cuerpo social en estado de supervivencia, todas las
funciones vitales prosiguen, sólo que la vida no aparece.
En nuestras
comunidades, en cierto modo, tampoco aparece la vida, pero la información, sea
cual sea su signo y las funciones vitales prosiguen. Y sin duda estamos siendo
desconectados de nuestra historia y del final de nuestra historia, ya grabados
con fecha de vencimiento.
Gobernar contra el
sistema es imposible, dado que parte del propio sistema es el que financia el
fascismo instalado y en acto de delinquir contra las libertades individuales,
imponiendo de modo dictatorial aberraciones que no concebimos hayan retornado.
El pueblo quiere
ser desafiado políticamente: en caso contrario se limita a devolver el poder,
pero siempre juega con un poder muerto. En él no existe ya la escena, ni la
ilusión, ni la pasión, sólo la indiferencia y la incredulidad. Nada más triste
que la melancolía de los hombres en el poder, que jamás curará al pueblo de sus
miserias.
América Latina es
la región más desigual en el planeta, donde es impracticable vivir hoy: espacio
de minorías, ignorantes de modo directamente proporcional a sus riquezas, hoy
en el podio de los ganadores de la estafa, consagrados por la tan mentada
revista Forbes. Se torna fundamental ocultar las verdaderas razones del
descontento social y hacer creer a las víctimas del sistema que los verdaderos
agresores son otras víctimas.
La indiferencia
casi siempre es mayoritaria y desenfrenada. Esta indiferencia,
desentendimiento, falta de observación, fueron obtenidos sin duda mediante
estrategias sigilosas, obstinadas, que introdujeron lentamente sus caballos de
Troya y supieron sustentarse tan bien sobre aquello que propagaban -la falta de
vigilancia- que fueron y siguen siendo imperceptibles, y por ello tanto más
eficaces.
La indiferencia es
feroz. Constituye el partido más activo, sin duda el más poderoso de todos.
Para un sistema, la
indiferencia general es una victoria mayor que la adhesión parcial, no se
ignora que nos han declarado una guerra los enemigos de la libertad y la
igualdad, son ellos, los neonazis, en acto de instalar el adoctrinamiento,
autoritario, represivo sobre los habitantes de la República Argentina y del
mundo.
En verdad, es la
indiferencia la que permite la adhesión masiva a ciertos regímenes, las
consecuencias son por todos conocidas. Pero, qué sucedió para que Argentina se
debate nuevamente en esta instancia que tanto le ha cobrado en tiempo y vida a
un pueblo, con buitres de la corporación mafiosa mediática que hora a hora
difaman, mienten y dibujan la realidad distópica, que consideran apropiado para
minimizar el sufrimiento de los indigentes.
Las consignas de
las dictaduras también se reciclan, sobre todo porque con el tiempo estas se
fueron legitimando y el reciclaje es integral, aplicándose a las prácticas de
vidas ficcionales de millones de habitantes del mundo.
En Argentina, para
el fascismo y el progresismo reculador, la mentira es tan verdadera como la
verdad, cuanto más dramático sea el contraste de la invención con la realidad,
tanto mejor.
El régimen
dominante impone un dictado: “No hay alternativa a la economía de mercado”,
frase débil en sentido, carente de fundamento, absurda, discurso netamente
totalitario, que define el espacio en el cual nos encontramos encerrados en el
mercadeo de productos derivados de otros productos derivados de flujos
financieros que imponen las reglas de juego de un sistema degradante.
He aprendido según
transcurrieron en el descuento de los años de mi vida, los magros presupuestos
con que la comunidad cuenta, para dar el empujón al abismo del “nunca jamás”, a
todos los delegados de la farsa y el espectáculo mediático pestilente, donde
caerían por ley de gravedad y levedad, sin remedio y de manera higiénica y
clara, estos enviados de la farándula, (fundamental aliada del cabaret nazi) y
del filo-nazismo en acto de ser tendencia para las hordas de fascistas, que en
Argentina sentaron reales, en diversas funciones del establishment.
La legítima
inteligencia, fue excluida del juego político hace décadas, por los monopolios
políticos y empresariales, los enemigos de la verdad, de la libertad y de la
democracia. Porque, aunque se les llene la boca, cada vez que hablan, de
valores universales y principios éticos, gracias a Julian Assange y sus
Wikileaks, conocemos un poco mejor qué hay detrás de sus máscaras...
El sarcasmo absurdo
y el anacronismo, configuran la alegoría de la historia Argentina, de este
tiempo, donde los peores ocupan funciones de relevancia, y pareciera que el
espectáculo de los falaces estafadores de la vida, continuarán en sus sitiales
de honor, impidiendo la construcción de una República, en franca desaparición,
con la identidad del ciudadano subestimada, eliminada, con un solo derecho,
emitir su voto “obligatorio”, en elecciones malparidas 2023.
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