miércoles, 6 de noviembre de 2013

BIENVENIDA, LEY DE MEDIOS

BIENVENIDA, LEY 
DE MEDIOS

Eduardo Sanguinetti, Filósofo Rioplatense


La Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina falló a favor de la constitucionalidad de la Ley de Medios, tras una batalla legal de cuatro años con el principal multimedia de Argentina, el grupo Clarín.

Ley de Medios a la cual adhiero desde su promulgación, en principio por parecerme equitativa, democrática y sobre todo y ante todo porque considera al receptor de la noticia como un ser libre, en todo lo que ello implica, y a la comunicación como un derecho humano inalienable. Escuchemos y respetemos al que piensa diferente.

Adhiero a la Ley de Medios, ante todo y sobre todo por favorecer al pluralismo, al disenso, a borrar de la triste historia de la comunicación en Argentina “la información monolítica”, que tantas víctimas ha cobrado en su accionar cobarde y artero y censor (me cuento entre sus víctimas), al servicio de los intereses de los sicarios de la comunicación de masas manipuladas por el interés económico y político, de los asesinos de la libertad de expresión.

No puedo y no deseo dejar de hacer memoria al arbitrario accionar del multimedio “Clarín” en Argentina y por qué no hacer una similitud con “El País” del Uruguay, ambos medios cómplices de las dictaduras militares y democracias neoliberales fingidas. ¡Por favor, que persista la memoria!

Medios que, prestándose a los intereses de las estúpidas burguesías locales, sin olvidar a los empresarios de nuevo cuño, personeros de las corporaciones financieras de las multinacionales, conforman la fauna degradada y corrupta del “Nirvana de la Simulación”, proyectada en los rostros de los denominados ricos y famosos, donde conviven desde una modelo devenida en periodista, hasta un escritor espontáneo de fast-food à la carte, posando con algún político de cualquier extracción, da lo mismo, pues todo se igualó por decreto.

Un mundo donde pareciera ser lo que debiera; pero, a no engañarse: la vida por suerte camina por otros senderos, donde la libertad y la verdad tienen una contracara, tal vez con menos sonrisas, pero con una cuota de placer legítima y muy gozosa, solo para seres con el coraje de existir en armonía, dignidad y desobedeciendo al poder de las bestias, que todo lo abarcan en su afán indisimulado de atomizar a una comunidad temerosa y demasiado crédula de quienes la manipulan.

Bienvenida la Ley de Medios para todos. Bienvenida en su afán de reconocer derechos y deberes en la difusión de la información, en libertad de opinión, pugnando por que no se obstaculice la relación esencial del medio emisor y del sujeto receptor de la noticia, una imagen ética en espacio de convivencia de lo que siempre debe haber sido un encuentro de una esperanza forjada sobre los valores imperecederos de todo lo que implica comunicar.


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