lunes, 27 de junio de 2011

TRANSICIÓN

TRANSICIÓN

L. Soriano

De las pocas cosas de las que ha presumido este país nuestro, que cada día nos hiela el corazón, en los pasados 30 años, es de la “ejemplar transición”.

Pues bien, ahora al parecer, la transición fue una chapuza, a la que no calificare peor por no pringar este alegatito, de mal gusto y tono soez.

Al parecer aquí tenemos que reparar el daño de nuestros abuelos y bisabuelos, y aunque los que reclaman de un lado, los suyos fueran del otro y, estos son los peores, como ocurre siempre.

Creo que no merecemos ser demócratas, ni vivir en democracia, ya que visto lo visto, nos gusta mas de un lado los sátrapas dictadores, siempre que se llamen o incluyan algo de izquierdas, y ni siquiera, como Chávez, o Evo, además de lo que fascinan a algunos, ministros incluidos, los países estrujados por la sharia, en algo coincidente con el Dictador al que odian, aunque solo lo conocen de oído y de leído, y no siempre bien elegida la información. Es historia, pues será mentira.

Aquí quieren que pidan perdón unos a otros por causas antiguas y brumosas. Unos por no querer dejarse matar primero, mataron después. Personalmente, como todos, tengo mi opinión, ahora no es el caso, ya que queremos tener razón, no ser felices. Eso será imposible.

De los países democráticos, si es que sin listas abiertas, sin quórum, con los medios tomados que dan asco, con solo partidos políticos y sin instituciones totalmente independientes ni defensores de la democracia actuando, ni protectores de la constitución trabajando, se pueda llamar a esto algo mas que votar cada 4 años y con pocas garantías. De todos ellos, somos el único que tiene un fregado asqueroso, además provocado, con unas ollas de grillos autonómicas, con unos nacionalistas tremebundos y desnortados, con un gobierno dinamitero, con socios reventadores, golfos, ladrones, y la mayor parte del país, en un estrambótico “panem et circensis”, pidiendo “otra de gambas”. Con una promoción de minorías, distinta de la protección, como pidiendo, exigiendo, que nos sumemos a las minorías, sean las que sean. Con una oposición que sabe que si cede la apisonan, y con un frente unido para laminarla y hacerla desaparecer. Se parece al “deja vue” famoso del 34. Pues si, y también están los de las pistolas, y los que los apoyan, y los separatistas, y los independentistas, y los terroristas y los fiscales que defienden a los delincuentes en vez de localizar, señalar y penar el delito, y los que 200 muertos de ayer, no se deben de investigar, pero si lo de hace 100 años. Y esto es una monarquía, republicana, Juancarlista y punto final, ya que nada tendrán donde reinar, y desprecian a su base natural para abrazar a los que la niegan, que nos avergüenza la bandera, el himno y la invocación. Con un ejército inane, melindroso, de enfermeros, que no nos da seguridad ni merece respeto a nuestros enemigos, ni tiene equipo ni mandos ni competencia alguna. ¿Tan difícil es mirar alrededor? Hay poco en esto que inventar.

Los países avanzan, buscan la felicidad, el intercambio, el comercio, la industria, la seguridad, la productividad para financiar el ocio y la calidad de vida, la cultura, la sanidad, la ecología y la innovación. Nosotros, que si el abuelo cebolleta fue malo y si tu no te dejaste matar, y me mataste a mi, recuerdos falsos casi todos, y no por generación espontanea, con toda seguridad. Pero aunque no.

Al final, no puedo, por intentar ser correcto, llamarlo de otro modo.

Vaya mierda de transición.

A reflexionar.

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