LAS TRAGEDIAS DE LOS POBRES SON ABURRIDAS
Siendo sincero, con lo de Lampedusa me
faltan emociones para llegar a una sensación parecida a la que tuve con el 11-M
o el 11-S, por ejemplo. O el tren de Santiago, o hace poco el avión de los
Alpes. A todo el que tiene algo de corazón le duelen un millar de muertos
ahogados en el mar, claro está, pero no, no es lo mismo, por
mucho que nos empeñemos. Será la lejanía, pensamos, pero Lampedusa
está ahí al lado, en el mismo Mediterráneo que baña Málaga y Barcelona. Así que
esa lejanía tiene que ser de otro tipo, porque geográfica no es. ¿Quizá sea
lejanía en el relato? Puede ser, porque a las tragedias de los pobres les
quitamos los ingredientes con los que aliñamos las propias.
Las tragedias de los pobres, para empezar,
carecen de factor sorpresa. Los hambrientos y los desesperados mueren a
cientos en el agua. Esto es así. No hay sobresalto en ello, igual que no hay
sobresalto en que la lluvia moje o los pájaros vuelen.
A las tragedias de los pobres les falta
estructura narrativa. Las tragedias de los pobres están mal contadas: en un
solo acto. Han muerto mil personas. Menudo drama. Veremos si aumentamos más la
altura de la valla o qué hacemos. Ya veremos. Fin. Falta desarrollo y
continuidad. No se aplican los cánones del marketing dramático
con el que aliñamos con gran éxito las tragedias de occidente. ¿Y
las primeras declaraciones de los testigos? ¿Y el listado de nacionalidades de
las víctimas, diseñado a toda prisa con errores, con el número correspondiente
de muertos de cada país al lado de la banderita? ¿Qué dicen sobre los
fallecidos sus vecinos? ¿Eran buenas personas? ¿Hay algún familiar que quiera
hablar, a pesar del estado de shock? Alguno debe
haber con ganas de hablar entre mil familias afectadas… ¿Cuándo se prevé que empiecen las tareas de recuperación de
cadáveres? Mejor dicho: ¿las habrá? (no olvidemos que hablamos
de una tragedia de pobres). ¿Hubo alguna persona a punto de subirse a esa
embarcación pero cambió de idea a última hora, salvando así su vida? ¿Podemos
hablar con ella? ¿Hubo alguno que, por el contrario, no pensaba hacerlo pero se
decidió a subir en el último minuto? Lo dicho. Falta estructura. Y no porque no
sepamos hacerlo, sino porque quizá sea un esfuerzo inútil crear estructura
dramática, con los recursos que eso supone, en torno a un suceso meteorológico.
La lluvia moja.
Y a las tragedias de
los pobres les falta el culpable. No lo hay. Bueno sí. Las mafias. Que nadie se
equivoque y complique el asunto: por mafia no me refiero a
quienes los condenan al hambre y a la pobreza, sino a las otras. A las que
ponen el barco. Cuando hay un problema lo primero es saber
reconocerlo. Y hay que reconocer de una vez por todas que las tragedias de los
pobres nos impactan menos porque son aburridas.
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