LOS POEMAS DE REYNALDO PÉREZ SÓ
"SOLONBRA"
En la nota preliminar que adjunta el autor a este libro destaca la dificultad que tuvo para escribir un libro en 2 versiones (el castellano estándar y el castellano en forma actual pero cuyas resonancias remiten al siglo XV) . Dice que su intención fue mantener los niveles intelectivos de los textos en el castellano estándar, pero pronto se dio cuenta que el lenguaje da un giro, lejano a lo que con el otro texto se lograba.
Se trata en estos textos de rescatar el lenguaje familiar, palabras, frases sueltas, sentimientos convertidos en el idioma particular de la familia.
En otro sentido Reynaldo Pérez Só, no sólo ha tomado experiencias, saudades de la memoria, sino que ha buscado que el lenguaje se mantenga en una poética propia de lo que hoy siente de la escritura y la misma vida.
Hasta el momento su obra ha sido parcialmente traducida al inglés, portugués, esperanto, italiano, francés, chino,...
Director y fundador de la revista Poesía, se desempeñó como Jefe del Departamento de Literatura de la Dirección de Cultura de la Universidad de Carabobo. Sus estudios ulteriores de medicina le llevaron a participar solidariamente en el programa Barrio adentro.
A continuación siguen una muestra de los poemas, en castellano estándar, de este autor.
Hay acantilados
encima donde las retamas
florecen y el mar
que rompe murmura y grita
junto a las pardelas
en tanto el sol se eleva
y apenas la luz de amanecer
y el viento se anudan
abajo están las piedras
los malpaíses la espuma
de las olas
tenemos un tiempo suave
cuando se siente el perfume de
las calas
azahares y no vengan a decir
que el día no es nuevo
que hasta el halcón se para
en la altura bien quieto sin mover
las alas
azul de cielo y montaña obscura
casi
al gris
y están los susurros de golpe
disminuyendo llegando de las
lomas del barranco
silbidos de fantasmas
en las hendiduras de los morros
euforbias tras los grajos
aquí entre los dos
tú y yo abuelo
de un lado al otro
arriba del mar donde los hombres
nacen y mueren
en pleno centro en que el padre
se queda mirando la tierra que
ahora
los dos lejanamente
venimos haciendo
* * *
Mi padre
siempre veía todas sus cosas
herrumbrosas
y vamos a limpiar decía a su
corazón
pero su tiempo
lo apuraba y de una subida a
otra subida
las cimas eran demasiado grandes
prendía fuego con leña
y hablaba pero sólo él
oía
su conversación ruginosa
que con la cortedad de su tiempo
cerró las puertas puso el pasador
arrimó la tranca y solitario en su niñez
de nuestra casa
lo vi sosegado solo con su trance
* * *
Tengo sueño y
oigo el frío río Portuguesa
arrastrando piedras
y cantos voltea el carro hacia arriba
en donde es más alta y larga la
cumbre
quiero tener deseos de mirar
hacia abajo se deslizan ya secos los
barrancos
den vueltas los caminos y
las quebradas se enhebran
hombres cansados que caminan
me veo un tanto de lado
adormitado
escuchando
mientras la enorme vida
parece irse
* * *
El hombre está solo
y la vida hace lo que puede
tras los hierros
otros hombres se apoyan mirando el
sol
el aire bueno
pero aún este hombre de aquí
está atento en que cada minuto
podría hacerse puerta y cada puerta
se hace minuto que se va yendo
ahora es ahora
y hasta la hierba recién nacida crece
asegurada
las hormigas vienen y se van
no hablemos
no creamos en el trance
si agujera y piensa que por ahí
mañana será de verde bonito
arriba luego
lo van a matar
solo mientras se quiebra
todo el silencio dura
sólo un instante
* * *
Cuántos nudos tiene la larga noche
que punza luego
cuando la mañana
lejos rompe
y yo
un hombre
arrecostado
tirado sobre el suelo
siente recuerdos de nacientes
siempre llenas y con agua casi
azul va abriendo la piedra
lentamente
mira vuelos de gavilanes
escucha voces de pueblo
de un barranco a otro
olores de peces muertos
al fondo de los acantilados
y este hombre
extraño de sí mismo
se ve regresando hacia algún
lugar
unido en donde por primera vez primera el
nudo se anuda a su única vida
* * *
@ Reynaldo Pérez Só
@ Revista El Vigía nº 6
Santa Cruz de Tenerife
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