HASTA LOS FULLEROS DEL "PROUD MARY"
George "Fantasma" Gastin, la emisora KRZY, Jackson Santee, Johnny Siete Lunas, Morris Llewellyng, John Singer, Peggy Sue, los que siempre han tomado por la Carretera del Tabaco, Mick Kelly, Jeremiah Johnson, tramperos del Norte y buhoneros del Sur, isleños del fin del mundo a orillas del Mississippi, seguidores de la Iglesia Luminosa del Rock y el Gospel Sólido de la Sagrada Liberación, pobladores del Midwest, saboreadore de jambalayas, Grupo Salvaje, Jack Daniels, truhanes y fulleros del "Proud Mary" así como tantos y tantos otros, más de una vez, se han fumado alguno de los Poemas Americanos que ahora recrea La Comercial descendents (El Vigía editora, 2011). Y, sin embargo, se los rifan, se juegan el disco a los dados en timbas ilegales, lo atesoran como pepitas de oro extraídas de algún arroyo de El Dorado... Porque no pueden dejar esas caricias jazzys que, en ocasiones, se aceleran con toques de rockabilly, porque todos admiran esa foto de Olga Farm Louie sobre el guardabarros de un viejo pero elegante cacharro, porque llevan muchos años apreciando el buen hacer de Roberto Cabrera (voz, armónica y guitarra), José Juan López (batería), César Mesa (bajo), Ruskin Herman (mandolina), Achosman Araya (guitarra) y, en una primera entrega, de Olga Luis (saxo alto)... A este otro lado del Atlántico también permanecemos (o deberíamos permanecer) a la escucha. Sí, ¡qué buen disco!
@ j.c.acinas
POEMAS AMERICANOS
La Comercial
descendents
En un estudio como el de Acentejo, Tenerife, de los ya escasos donde se puede grabar y tocar en vivo, se llevó a cabo la grabación de estos POEMAS AMERICANOS. La idea fue siempre recoger ese directo y sin manipulaciones editar más de media docena de temas que conservaran la energía viva de su ejecución inmediata.
El hecho de que detrás de cada tema estuviese la sombra de poetas tan importantes como John Keats o William Blake, las creaciones de Andy Warhol o la inspiración cinéfila de Fellini, se unía a la maestría del propio Dylan, quien absorbió de forma magistral el legado de Woody Guthrie o Robert Johnson, sumaba un incentivo más para generar esta entrega de La Comercial y dar continuidad a registros anteriores como Historias de Bandoleros, Blues & Rumba o Dylan Blues. Una proyección, un acercamiento a estos poemas de los que algunos de nuestros mejores poetas como Félix Fco. Casanova o Dulce Díaz Marrero, tomaron su esencial libertad creativa, en muchos casos enormemente cercanos al influyente surrealismo universal y canario.
@ j.c.acinas
siguiendo aquella tradición beat...solíamos recorrer la ciudad de amanecida, para tragar nuestros sueños con el alba. Visitar playas insospechadas mientras la luz del amanecer aún no podía vencernos. Contrasta eso con el blues de Tombstone, un alegato machacón plagado de imágenes controvertidas que reúnen en cualquier caso toda la absurda controversia del poder y que contrasta con el aliento de los desesperados En el caso de Mr. Tambourine Man, se mezclan imágenes un tanto confusas.
El defensor de todos aquellos indigentes y desarrapados parecía encontrarse en las pistolas de John Wesley Harding, que sin tener que usarlas, aparecía como un héroe justiciero.
Just Like a Woman me traía siempre a la mente, los conciertos del Paraninfo y happenings de mediados los 70, los primeros avances feministas en los cauces universitarios de La Laguna. La voz de otros colegas que en el universo musical de entonces imponían la ternura al desaliento.
Con Happiness is you recuerdo haber ganado un premio en un certamen musical en la Plaza del Adelantando acompañado del grupo Amen. El tema venía incluido en una antología que se divulgó gracias a una promoción de jabón en polvo, y donde aparecían en cartel otros folk singers aparte de Cash, como Dylan, Simon & Garfunkel o Pete Seeger.
Never rain in southern California evocaba los dulces y ardientes veranos de esa etapa, cuando los gandules de entonces volvían de las playas de la isla, y más tarde bien remojados y con cabellos planchados, recogían a sus chicas en sus coches tuneados para ir a bailar o aventurarse en las salas de fiesta del Sur.
Al fin tras varias semanas de ensayos, convoqué a los músicos al estudio y allí en directo, en unas pocas horas, tal como en un concierto, tratamos de plasmar estas atmósferas para que el viento de la indiferencia y la desmemoria no las condenara al definitivo olvido.
@ Roberto Cabrera
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