MAZÓN SE PONE GALONES
RAQUEL
EJERIQUE
Hay que ser muy valiente para entrar de
vicepresidente en un gobierno zombie como ha hecho el teniente general Gan
Pampols. Ya ha avisado que viene a la logística, no a hacer política, por si
alguien piensa que la estrategia de toda la reconstrucción no va a seguir en
manos de su legítimo responsable
Si alguien ha tenido “la sensación” de
que la ayuda no llegaba, como dijo Carlos Mazón en su insensible discurso ante
Les Corts, es simplemente porque la ayuda no había llegado. Ahora ha llegado,
pero es insuficiente.
València, aún en estado de shock y más enfangada de lo que se ve en la tele, intenta resolver su nueva 'anormalidad' a la espera de que algo cambie en un lento mejorar que pasa por pedir las ayudas o encontrar un coche de segunda mano. Hay pueblos, como Utiel o Chiva, que van encaminados a salir del túnel–donde han ido precisamente los reyes– pero en València hay un submundo de fango que pervive y atrapa. La manera de resistirlo, dicen todos los afectados, es pensar, como mucho, en mañana. Ante la falta de solución inmediata se ha construido una inmensa y espontánea cadena de favores particulares que ha respuesto un cajón de carencias, vaciado por la falta de logística y priorización del Consell de Carlos Mazón desde el día siguiente a la desgracia.
El president, detractor público de la poderosa misión de la
política y la necesidad transformadora del Estado, ha llamado a un reconocido teniente general para que le ponga orden y
galones. Hay que ser muy valiente y entregado para entrar de vicepresidente en
un gobierno zombi, así que solo se puede dar las gracias a Gan Pampols por,
como poco, intentarlo. Ya ha avisado que viene a la logística, no a hacer
política, por si alguien piensa que la estrategia de toda la reconstrucción no
va a seguir en manos de su legítimo responsable. El mismo que fue votado el 26
de mayo de 2023 y del que ahora desconfían hasta en su propio partido. El
teniente general no va a decidir a quien se adjudican los contratos de
emergencia, ni a cesar incompetencias y promover excelencias, ni a ordenar los
departamentos de la administración autonómica. Puede aportar mucho, ojalá así
sea, pero de momento no puede hacer milagros.
Mazón –días después de su osadía de criticar a la UME que salvó
a decenas de ciudadanos– admite su debilidad política y de gobierno al
necesitar del conocimiento de las fuerzas armadas, que aplicaran método y
sistema a lo que hasta ahora ha sido improvisación y desorden en un Consell
desbordado. L'Horta Sud necesita que se note pronto. El president, tan proclive
a repartir culpas –la consellera inoportuna, la consellera que sí estuvo allí,
la CHJ que envió mails–, debe saber que la presencia del teniente general
retirado no anula la suya, que sigue siendo el gestor de la tragedia, como lo
era el día 29, aunque quiera pasar por representante en lugar de por
gobernante. El responsable político de la reconstrucción es también él, por si
luego tiene la tentación de hacerle a Pampols 'un Aemet'.
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