ALDAMA, BOMBA DE
RACIMO
ANTÓN LOSADA
Si hubo corrupción en un caso, es
probable que también lo haya habido en los otros. Si una parte es verdad, la
otra no tiene porque no serlo. Basta con repetirla para que funcione
Para entender algo mejor el cambio de estrategia de Víctor de Aldama, en prisión preventiva por un caso de fraude fiscal en hidrocarburos e imputado en el 'caso Koldo', conviene un poco de contexto. Aldama se juega hasta veinte años de cárcel. Colaborar con la Justicia puede suponer una reducción de hasta dos grados y a la mitad de tiempo en prisión. Acaba de cambiar a su abogado por el exjuez de la Audiencia Nacional a José Antonio Choclán, quien se promociona en su web como un “penalista experto en llegar a acuerdos”; así los acredita su apreciable hoja de servicios negociadores en nombre de futbolistas —Cristiano Ronaldo...—, artistas —Imanol Arias…—, banqueros —Ángel Ron...—, empresarios —Francisco Correa, David Marjaliza…— o políticos —Cristina Cifuentes Rita Barberá.
La ventaja táctica de la bomba de racimo
reside en que empleando una única bomba se liberan varias decenas más con un
único lanzamiento. La ventaja táctica que busca Aldama parece similar:
incriminándose en un sumario donde ya estaba profundamente incriminado libera
varias bombas mediáticas y políticas que no necesita probar. Le bastará con aportar
las pruebas que seguro tiene para acreditar la veracidad y el funcionamiento de
la trama corrupta del 'caso Koldo' para que todo lo demás se beneficie al menos
de la duda, cuando no reciba directamente la presunción de veracidad. Le basta
con colaborar para sustentar el 'caso Koldo' con el resto de sus denuncias y
acusaciones. Si hubo corrupción en un caso, es probable que también lo haya
habido en los otros. Si una parte es verdad, la otra no tiene porque no serlo.
Basta con repetirla para que funcione.
Ahí está el verdadero poder destructivo de la confesión de
Aldama. Se equivocan el PSOE y Pedro Sánchez si creen que la falta de pruebas
que pueda presentar Aldama les protege. Resulta efectivamente relevante a
efectos probatorios penales. A efectos políticos y mediáticos apenas cuenta. A
Aldama le basta con presentar las pruebas que seguro tiene sobre sus negocios
con Koldo y compañía para detonar en racimo las bombas mediáticas y políticas
de sus restantes denuncias y elevar el valor de su colaboración. Ni siquiera
deberán o deben incluir hechos delictivos. Una simple reunión basta para
detonar el escándalo.
No tiene que demostrar que te ha corrompido. Le sobra con
afirmar que te conoce. Cada prueba que seguro presentará para acreditar su
colaboración en el 'caso Koldo' y obtener los beneficios que pretende, activará
una y otra ver el racimo de las restantes bombas políticas y mediáticas. Así es
la guerra. Normalmente, no basta con desear la paz.
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