JM AIZPURUA
Se les cayó la H de
los de Atila, pero son tan letales como ellos. Nuestros “Unos” peninsulares
conservan su esencia goda pero con sus nuevos aires neos, con los que intentan
disimular su fascismo, su racismo clasista, y su machismo conquistador.
¡Vaya joyas que nos
tocaron!
La unidad de los
“Unos” no es esencial; es selectiva. Se muestran muy partidarios de la unidad de
la patria, la que en tiempos fue una grande y libre, y que M Punto no se enteró
que ya había caducado. Esa “patria” es un territorio que el señorito arrebató
por todos lados a los peor armados que él y donde con servidumbre, esclavitud,
obrerismo o precariado, hizo fortunas y posesiones que le aseguraron en el
tiempo el dominio de todo lo que merecía la pena para que sus familias se
perpetuaran en el machito a través de generaciones.
Y la quieren UNA
porque es la manera de conservar su mercado, no por otra cosa, pues odian a
muchos diferentes dentro de su unidad, como por ejemplo a los catalanes, al
Barsa y al hígado de Abidal.
Cuba, Filipinas,
Sahara, son muestras del amor patrio que los “Unos” tienen por su
nación-patria, de las que salieron a ostias y corriendo.
El unitarismo de
los “Unos” termina con el mercado. Cuando se llega a los derechos o a la
economía, los “Unos” se transforman en vulgares segmentarios, que son los que
creen que nada de igualdades: cada uno con lo suyo y el que no lo acepte para
Venezuela. Y ya entonces se hacen “Dos”; vencedores y vencidos, o, triunfadores
y perdedores.
La competición del
mercado, el sueño americano, consiste en una carrera de 100 metros lisos,
trucada, donde ellos salen desde los 80 metros y los demás desde la salida de 0
metros. Siempre ganan ellos, pero por si acaso, ponen a su primo togado
arbitrando para que alguno vuelva a la línea de salida si lo ven rapidito y con
posibilidades, y si sigue corriendo: a la trena.
Mi amigo Borjamari,
nos decía de jóvenes que, para ser rico y elegante, había que tener tres
generaciones con bidé, y eran unos años en que todavía en el casherio vasco se
iba a la huerta.
Los “Unos” arrancan
por el siglo XIII y aún perviven como casta divina española, refugiados en sus
mansiones, clubes, y Consejos de Administración, dejando la política para el
primo tonto o los arribistas trepadores que les hacen el trabajo sucio. Hoy los
Lobbys les hacen la competencia globalizadora, pero eternos conspiradores ya se
hallan bien posicionados en sus cúpulas para garantizarse su mercado. Su
Españita, pequeña, y merkelizada, les sirve para conservar su preminencia entre
sus conciudadanos y todos los chollos que en ella existen: se conforman con
eso. Ya no son los arrogantes caballeros que a mamporros atemorizaban por el
mundo, ahora se conforman con que les hagan genuflexiones en Suiza o en los
paraísos fiscales, aunque les jode mucho que sus vecinos no lo sepan y no se
mueran de la envidia.
Antes destacaban en
la calle, pero ahora los horteras los superan y se hacen los reyes de la disco.
Cualquier narco de tres al cuarto es mas guay que los “Unos”.
¡Donde vamos a
parar!
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