sábado, 24 de noviembre de 2018

TARJETA ROJA A BORELL


TARJETA ROJA A BORELL
ANGHEL MORALES
Se esta convirtiendo en algo normal, por parte de la prensa y de los llamados partidos auto proclamados constitucionalistas, se trata de inventar tramas contra los adversarios políticos, para eso tienen a los Inda y compañía, expertos en este tipo de cuestiones. Todos recordamos los casos de Espinar o Echenique, que llenaron horas y horas, páginas y páginas en la prensa, haciéndole creer a la gente que todos los partidos eran iguales, tratando de equiparar estos casos a la Gürtel, a la Púnica, a los ERES o al 3% de los catalanes. Nunca supimos quien era el empleado de Echenique, ni nadie se preocupó de las seis o siete casas donde hacía lo mismo que con el podemita. Ahora le ha tocado el turno a los catalanistas y se les persigue y se les inventa tramas contra ellos, se les encarcela, aunque no se pongan de acuerdo en los motivos, países europeos de esos a los que España pertenece no entienden los motivos por los que están detenidos los presos políticos catalanes, pero sin embargo, ya la extrema derecha española ya los ha condenado, por lo que vemos ya saben la sentencia que van a dictar los jueces y ya están arremetiendo contra Pedro Sánchez para saber si les va a dar el indulto o no. Están  inventando un indulto sin condena. olvidándose de que hay Tribunales internacionales que pueden dejar en evidencia a España, lo vimos recientemente con el fallo sobre el caso Otegi, donde el tribunal de Estrasburgo deja claro de que el vasco no tuvo garantías procesales, igual que los rifeños o los saharauis en Marruecos.

Ahora el centro de las criticas es el discolo diputado catalán señor Rufián, está claro que su estilo es muy peculiar, pero la prensa se olvida de un Hernando dándole puñetazos a Rubalcaba, las manifestaciones machistas de diputados de uno u otro signo, lo de Pedro Sánchez llamando indecente a Rajoy. La extrema derecha española no se puede permitir el lujo de llamar golpistas a los catalanes, porque estos señores representan a mucha gente, que desde luego no son golpistas. No vale todo como llamar terroristas a los diputados de Bildu, creo que con estas cosas no se puede frivolizar. Lo que está claro es la cercanía del PP al franquismo o mejor al fascismo,  cuando ayer mismo en el senado se negaron a condenar el franquismo. Rufián es el objetivo, reune todos los perfiles para atacarlo. Además, Rufián tiene la particularidad de decir muchas verdades en la Cámara, lo resulta sorprendente es que el propio Pablo Iglesias fije sus ojos en Rufián, cuando los podemitas han sido víctimas de las mismas tramas que el catalán. Hace unas semanas en una Comisión sobre la corrupción, de esas que nos cuestan mucho dinero, incluso a la colonia canaria, pero que no valen para nada, porque salga lo que salga no pasará de ahí, pues una representante del PP se sintió ofendida porque Rufián la llamó "palmera", que no es otra que la que toca las palmas cuando otro canta, la explicación que dio Pedro Quevedo es de lo mas ridícula considerando esta palabra ofensiva en Canarias, como se nota que Pedro para muy poco por las islas, aunque tiene duplicidad de cargo, con varias concejalías en el Ayuntamiento de Las Palmas que tiene totalmente abandonadas. Pues bien, en medio de la bronca la pepera comenzó a gritar como una histérica: ¡me ha guiñado un ojo! Lo malo es que nadie vio este guiño, ni los presentes ni las muchas cámaras que allí habían, ni Neymar en el PSG lo haría mejor. La jugada la vuelve a repetir el ministro Borell, ese que vino a Canarias en tiempo de Olarte para aplicarnos el 155 y que el palomero cedió ante las presiones de Borell. Los catalanes habían adelantado que cada vez que los llamaran golpistas ellos los iban a llamar fascistas y eso fue lo que hizo Rufián, lo de estiércol y serrín vino de parte de Borrell, pero claro el oficialismo si puede insultar. Rufián se pone de pie y aplaude y justo en 15 segundos, cronometrados la señora presidenta de la cámara le largo tres amonestaciones, mas rápidas que las que le mandaba África cuando arbitraba lucha canaria a Melquiades y al Parry. A mi me gustarían saber los motivos de las amonestaciones, si es por levantarse, si es por aplaudir, porque si es así y aplicando el mismo reglamento tenía que haber amonestado a decenas de diputados del PSOE, Ciudadanos y el PP, que se levantaron e increparon al catalán. Yo creo que el reglamento, como la justicia debe ser igual para todos, pero en España está claro que no la es. Los diputados de ERC abandonan la sala y otro numerito de Borrell: ¡me ha escupido! gritando como un hincha del Atlético, se tiro al suelo, dio treinta mil vueltas, como algunos jugadores de fútbol y los medios de comunicación comenzaron a dar la noticia del escupitajo, pero de nuevo las cámaras dejaron en evidencia al ministro, nadie escupió, mintió como un bellaco, todo para intentar desacreditar a su oponente. Lo malo es que pese a que las cámaras del VAR del Parlamento no vieron por ninguna parte el escupitajo, tanto los políticos de la extrema derecha, como gran parte de la prensa han seguido dando por hecho el escupitajo y lo repiten hasta la saciedad, pensando que una mentira repetida muchas veces se convierte en verdad. La única verdad es que Borrell mintió, no ha tratado de engañar al árbitro, sino a todos los españoles, por lo tanto BORRELL MERECE LA TARJETA ROJA por fingir una falta que nunca existió. Esto es España, se inventan guiños, se inventan escupitajos y se inventan causas para meter a la gente a la cárcel, sea independentista catalán, rapero, tuitero, comediante o cualquiera que se atreva a alzar la voz contra el régimen. Para acallar los males vuelven a sacar Gibraltar como Franco o Aznar, olvidandose que ellos tienen dos Gibraltar en Marruecos y eso que no me gusta la monarquía marroquí.

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