JM AIZPURUA
Me para un joven
por la calle y me dice: “¡Vaya gilipoyas que fuisteis los rojos de la
Transición!”
Y entiendo su
postura vista desde 2018 la realidad que trajo aquel nuevo Régimen que
sustituía al franquista fascista. Pero mi airado joven, esta realidad social
que hoy vivimos, en nada se parece a lo que se prometió en la Transición a los
demócratas antifascistas.
Políticamente se
ofreció una Constitución, corta y pega de otras, que dejaba abierta la puerta a
las sucesivas reformas territoriales y sociales que permitirían la posterior
incorporación comunista, como así fue, y la normalización adecuada para
equipararnos a la Europa democrática. Nos pidieron un tiempo para “limpiar”
instituciones y funcionariado. Y se lo dimos.
Socialmente, nos
basamos en un contrato social en el que las familias seguían en unos trabajos
duros y mal pagados, con la promesa de una jubilación digna y ligada al IPC, y
una sociedad futura en que nuestros hijos disfrutaran de una mejor calidad de
vida que sus padres.
Nos engañaron y
nada de esto se cumplió, salvo la legalización de un PC que resultaba extraño
reverenciando al Rey y saludando su bandera. La Bandera Roja desapareció.
¿Y que le vamos ha
hacer? Llorar no por supuesto.
Nuestra labor
actual es denunciar a los traidores, que entraron de pana y salieron de oro,
para que los jóvenes no os dejéis engañar por los voceros de asamblea ni los
listillos de partido. ¿Para que se necesitan “picos de oro” o pluri-master para
poner semáforos o vigilar guindillas? Con ser honrado y amante de tu pueblo
basta para concejal efectivo, aunque no te sepas de carrerilla el Manifiesto.
Un alcalde tipo Carmona, es perfecto para Santa Cruz; alguien honrado y con
capacidad de arbitrar con conocimiento de causa. Romper el amiguismo y
controlar caciques es su primera labor, pero inmediatamente se deberá poner a
buscar como hacer una resurrección de la capital con un nuevo entorno ciudadano
y turístico.
La restauración
política y social que la Transición no trajo hurtada por personajes indignos es
vuestra labor, jóvenes. Nosotros no la conseguimos, pero no somos merecedores
de reproches sino de superación y dejadnos con la boca abierta de la conquista
de la democracia que la generación milenial va a llevar a cabo. A los del
Mayo68; flores a su tumba, y respeto a los de Bilbao que resucitan los lunes.
Con nuestros lemas
de manifestación “obrero despedido patrón colgado”; trajimos este sindicalismo
y el precariado. Por ser muy rojo no se cambia el panorama, se cambia por ser
muchos, y se es muchos cuando se deja de buscar tres pies al gato. Hay una
casta godo-jodona que hay que bajar del machito y lo demás no es importante.
Poner a Felipe Borbón de Rey o de Presidente de la República, es la misma cosa;
piénsalo bien muchacho para que no te enreden.
La tarea es con los
votos como se empieza y para ello es necesario claridad de objetivos y frenos a
los trepadores corruptos, que aquí os conocéis todos y a los residentes
postizos, txitxarreros como yo, ya nos llegan los rumores y esperemos no fallar
con nuestros votos. El porvenir de canarias está en juego, hoy como nunca, y es
a vosotros jóvenes a los que corresponde el tajo. Yo con una tumbita me apaño.
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