SI EL PSOE NO QUERÍA RAJOY,
DOS TAZAS
ISAAC ROSA
Si
Rajoy retrasó tanto el anuncio de su nuevo Gobierno es porque se lo estaba
pasando pipa esta semana con nuestras quinielas, rumores y especulaciones. Yo
me lo imagino en la salita, mirando redes sociales y prensa digital
entusiasmado, contándole a su mujer: "Mira, Viri, aquí dicen que voy a
poner a Durán Lleida… ¡Y a José Antonio Marina en Educación! Sí, claro, y a
Rivera de vicepresidente, no te jode".
Que
sí, que Rajoy iba a sorprendernos con un Gobierno renovado: caras nuevas,
jóvenes, independientes, perfil técnico, gente de talante dialogante, algún
golpe de efecto hacia Cataluña, un detalle con Ciudadanos, un guiño al PSOE
tras el mal trago de la investidura… Esperábamos al nuevo Rajoy, el presidente
del tiempo nuevo, el gobernante capaz de reinventarse para una etapa llena de
desafíos, diálogo y grandes acuerdos, donde el Parlamento iba a bla bla bla…
¡Que
hablamos de Rajoy, oigan! Parece que después de tantos años no lo conocemos
todavía. Qué penica daba el portavoz de la gestora del PSOE, Mario Jiménez,
valorando el nuevo Gobierno: "Rajoy no ha hecho un Gobierno para el
diálogo, no termina de darse cuenta de que está en una situación completamente
nueva", dijo con cara de verdadera decepción, y lamentó el continuismo y
el poco perfil dialogante.
Ahí
tenéis, abstencionistas del PSOE: si no queríais Rajoy, dos tazas. Un Gobierno
de más de lo mismo. Como si tuviera mayoría absoluta. Mantiene su núcleo duro,
confirma a los responsables de los recortes, de la amnistía fiscal y la reforma
laboral. Además, premia a la secretaria general del finiquito en diferido,
asciende a dos alcaldes leales y a su fontanero económico. Ah, espera, que en
Exteriores ha puesto a uno que nadie esperaba. Hasta ahí llega la capacidad
renovadora de Rajoy.
Un
Gobierno más pepero todavía que el de 2011, cuando sacó la mayoría absoluta. Un
Gobierno donde todos, salvo el de Exteriores (que se sepa) y el
"independiente" Guindos, todos tienen carné del partido, todos han
tenido cargos orgánicos y han ido recorriendo el escalafón y acumulando méritos
que ahora se ven recompensados. Un Gobierno de fieles que parece más pensado
para seguir por el mismo carril e ir preparando las siguientes elecciones que
para esa fantasía de "Gobierno del Parlamento" que nos había contado
el PSOE, y que ahora va a ir explicando por las asambleas a sus militantes.
Ahí
tenéis eso, PSOE y Ciudadanos. Más Rajoy, puro Rajoy, y además en su estilo:
sin rueda de prensa, con una nota simple tras todo un día esperando. Toda una
muestra de que llega una nueva época.
Pero
seamos justos con él: hay que reconocerle la audacia de dejar fuera a Fernández
Díaz. Habría sido ya mucha chulería mantenerlo, pero siendo Rajoy, yo me
creería hasta que lo pusiera de portavoz del Gobierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario