MEIN TRUMP
MOVIMIENTO POR LA UNIDAD
DEL PUEBLO CANARIO
Una vez más vuelve a ganar
la abstención por obra y gracia de la cual gobernará la extrema derecha desde
la capital del imperio yanky, Washington, en la figura de Donald Trump, “Mein
Trump”, parodiando el nombre del panfleto pseudocientífico y racista escrito
por Adolf Hitler, Mein Kampf, con las conocidas dramáticas
consecuencias que todavía estamos padeciendo.
Con una escandalosa
abstención del 45.1 %, exactamente 3.3 puntos menos que en la convocatoria
enterior, pero suficientes para entregar la presidencia al racista, machista y nazi-fascista
candidato republicano, el poder económico, con sus medios de comunicación
masiva a la cabeza, intenta ocultar que el motivo de este descalabro no es otro
que la abstención electoral, como se puede comprobar fácilmente
intentando buscar el índice de abstención con cualquier buscador de internet,
dato que a duras penas hemos conseguido después de varios intentos frustrados.
No es la primera vez que la
triunfante abstención lleva al poder a lo peor del ser humano, mal denominado
Homo sapiens, (al que probablemente le iría mejor en la escala zoológica su
clasificación como Homo belicus), pues fue la abstención la que colocó al Adolf
Hitler en la cancillería alemana, abstención que dio la victoria a los
islamo-nazis del GIA en Argelia, a Carter en USA y, recientemente, a la también
extrema derecha francesa, en la primera vuelta de las elecciones, en la figura
de Le Pen, a Faijoo en Galitzia e incluso en España al nefasto personaje
Mariano Rajoy, el de “los viernes de dolores” por los recortes sociales que
hacía en cada reunión del consejo de ministros.
En Canarias, donde la
abstención llega a alcanzar escandalosas cifras, similares a las que se dan en
el país gringo, mantiene en el poder al régimen tripartito formado por el PPSOE
y “Colisión” Canaria, ayudados por unos antidemocráticos pactos electorales
suscritos por ellos mismos, mediante los cuales hay que obtener un mínimo de un
30 por ciento en cada isla para obtener representación parlamentaria, pactos
que el tripartido sólo se cuestiona cuando alguno de ellos pasa a la oposición,
como es el caso de Román Rodríguez, ahora en Nueva Canarias (vieja política)
que, habiendo sido presidente del pseudogobierno canario no cuestionó dicha
aberración democrática, también cuestionada por el Partido Socialista Obrero
Español y de los GAL (y nada de Canarias) hasta que firmaron un pacto con
“Colisión” Canaria (acaban de rubricar por segunda vez en este última
legislatura la versión 2.0), pacto ya en su segunda legislatura, dándose el
caso de que la versión 1.0 de dicho pacto ya incluía la reforma de los topes
electorales, allá por el 2011.
La abstención electoral es
una herramienta de primerísima magnitud utilizada por el establishment para
mantener el poder. Por ejemplo, en España, un país de escasa, por no decir nula,
tradición democrática (aún hoy en día el jefe del Estado es un cargo heredado y
vitalicio, actualmente desempañado por el Borbón Felipe VI de España-y tampoco
nada de Canarias-, que lo heredó de su padre Juan Carlos I y éste a su vez del
antepenúltimo dictador, Franco, autodenominado “el generalísimo”), en España,
decimos, cuando comenzaron a realizarse convocatorias electorales se realizaban
en horario laboral, siendo obligatorio otorgar 4 horas a los trabajadores y
trabajadoras, tanto de las instituciones públicas como privadas, para ir a
votar. Como la participación era alta y además trabajadores, pues decidieron
convocarlas en domingo, aumentando, interesadamente, la abstención electoral.
Como todavía les parecía
insuficiente los niveles de abstención interesadamente provocados recurrieron a
modificar la ley electoral, a propuesta del siniestro personaje Zapatero
(presidente favorito del podemita Pablo Iglesias según público reconocimiento),
para lo cual se pusieron de acuerdo todos los partidos del arco parlamentario (PP,
PSOE, CiU, PBN, ERC, ·Colisión” Canaria, BNG y la abstención de IU) e
introdujeron un apartado mediante el que, para participar en las elecciones a
Cortes Generales, todos los partidos de nueva creación o que no hubieran
obtenido representación en convocatorias anteriores, así como los agrupaciones
de electores, tenían que presentar avales que, en el caso de participar en
todas las circunscripciones electorales podrían llegar a suponer unos 370.000,
antidemocráticos y discriminatorios, al no tener que presentarlos los que ya
tenían representación, aunque hubieran saqueado, financiado ilegalmente, etc.,
antidemocráticos avales recurridos por el Movimiento por la Unidad del Pueblo
Canario ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, aunque sin muchas
esperanzas dada la involución antidemocrática de dicho tribunal, sobre todo
desde que los jueces y letrados españoles forman parte del mismo.
Fue también Zapatero el de
la ocurrencia de modificar las condiciones del voto de los residentes en el
extranjero (voto rogado), que obliga a los emigrantes a estar inscritos en el
censo de españoles residentes ausentes (CERA) o en el de españoles residentes temporalmente
ausentes (ERTA) que, para inscribirse, tienen que acudir personalmente a un
consulado, generalmente ubicado a cientos de kilómetros del lugar de residencia
o trabajo.
La abstención de los
emigrantes, poco proclives a votar a los responsables de que tuvieran que
emigrar, alcanzó en las elecciones del 20 de diciembre de 2015 el 95.3 %.
MOVIMIENTO
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