REVOLUCIÓN ECOLÓGICA
POR: EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
El
extenso informe presentado a cancillerías de Argentina y Uruguay, con sobrados
datos técnicos, denuncia la presencia de elementos contaminantes muy elevados,
sobre los valores aceptables a nivel internacional, que confirman que las
Plantas de Celulosa de Fray Bentos, contaminan a niveles extremos.
Este
informe, lo ha pedido La Corte Internacional de La Haya en 2010 y es
contundente: se detectaron registros de contaminación alarmantes en las aguas
del Río Uruguay, tanto del lado de Fray Bentos, como de Gualeguaychú.
En
el año 2005 he denunciado en Montevideo la construcción de las pasteras, lo
mismo en Buenos Aires, pues no cabían dudas de que degradarían y contaminarían
el ecosistema. He estado presente en ciudades de ambas márgenes del río
Uruguay, cómo ecologista de la primera hora, lanzando mis denuncias, he sufrido
dos atentados a mi vida, persecución furiosa y violenta de los sicarios
enviados por quienes obtenían ganancias, a costa de la salud de los pueblos,
tanto en Uruguay, como en Argentina.
Este
medio se hizo eco de mis denuncias como también de los atropellos que he
recibido por uniformados, enviados sin orden judicial alguna, que ampare dichos
ilícitos, cometidos hacia mi persona… la causa que detalla los atroces sucesos
del sábado 17 de setiembre de 2005, duerme el “sueño de los héroes” en
Cancillería argentina.
A
11 años de aquellos nefastos días, en que he filmado un documental, censurado
en ambos países, comprueban que estas pasteras contaminan. Temas que gobiernos
de Uruguay- Argentina, no han tratado, deviene pensar que los intereses
financieros privan sobre la vida de los hombres y mujeres de nuestras naciones.
La
noticia es que en la instalación de las pasteras mintieron desde el minuto uno
y los políticos, se replica, murmura y susurra, pareciera, cobraron desde el
minuto dos.
La
canciller argentina, Susana Malcorra recibió hace días, el informe con los
resultados del monitoreo ambiental en la zona en la que está asentada la papelera
Orión (ex Botnia), y que concluyó que la empresa sí tuvo un impacto en el Río
Uruguay, pero reveló también contaminación en la desembocadura del río
Gualeguaychú.
Según
el informe, se registraron “apartamientos de la normativa” tanto en el río Gualeguaychú,
en su desembocadura en el río Uruguay, como en el mismo río Uruguay,
particularmente en la zona de influencia de la planta Orión.
Ambas
cancillerías difundieron un resumen del documento -que tiene 400 páginas-, sin
brindar precisiones sobre la magnitud de la contaminación.
Por
ejemplo, según “los resultados obtenidos para el río Gualeguaychú en su
desembocadura en el río Uruguay”, se superó el límite en la presencia de
“aluminio, amonio, atrazina, berilio, cadmio, fenoles totales, hidrocarburos aromáticos
policíclicos, hidrocarburos del petróleo, hierro, manganeso y níquel”.
La
humanidad debe asimilar de una vez y por siempre, que la lógica de la ecología
es la negación pura y simple de la lógica capitalista: no se puede jamás salvar
la tierra en el marco del capitalismo y su modelo depredador.
La
tan publicitada “toma de conciencia ecológica”, alardeada hipócritamente por
los funcionales gobernantes del planeta, cumpliendo órdenes estrictas de sus
jefes, macroempresarios y multinacionales en pleno uso y abuso de su poder
omnívoro, en maniobras estratégicas, de doble moral y doble objetivo están en
acto de eliminar y mutilar el origen.
El
primero se logra al desarticular el accionar de los reales y verdaderos
ecologistas al apropiarse de algunos de sus lemas y temas, utilizándolos de
coartada para introducir la simulación y la mentira, apuntaladas por los medios
corporativos de comunicación. Además de financiar campañas de “cuidado del
medio ambiente”, cual estrategia de vender una realidad fraguada, que no forma
parte de sus fines de lucro y explotación.
Ahora
bien, si uno se pregunta qué medios se procurarán los ecólogos para cumplir los
fines de llevar a cabo una revolución ecológica, nos encontraremos con un vacío
alarmante, pues los pronunciamientos no llegan a cubrir las necesidades y las
prisas de la emergencia ambiental que soportamos… esto explica el carácter
“utopista”, “anticultural”, que revisten los movimientos ecológicos y los
postulados científicos que los avalan y la imposibilidad de implementar la
revolución ecológica en todo su sentido y esencia.
Aunque
los planteos de las democracias fingidas de izquierdas neoliberales son
caricaturas, desvíos o esquemas rudimentarios de la extraordinaria mutación
precisa y necesaria para implementar un sistema ecológico en plena vigencia.
Como
he manifestado en un ensayo acerca de la Ecología de la Mente, la historia del
hombre, a través del alarido y del resentimiento, a través de la venganza y el
error, es una historia presocial… y creo para arribar a la era social y ya no
presocial, hace falta tanto un despliegue de movimientos profundos, conscientes
e inconscientes, de la humanidad toda, en estado de conciencia plena de las
primeras verdades y de los peligros mortales que implica seguir en este derrotero
de decadencia y esclavitud impuesta por la dictadura ultraliberal que dicta y
rige en el mundo.
Entonces,
¿por qué me ocupo de la ecología? Porque la violación de la Tierra es un
aspecto esencial de la recontrarrevolución del capitalismo y sus vertientes,
divorciado de la democracia y la ecología. El genocidio contra los pueblos y
contra todos los seres es un “terricidio”, pues elimina los recursos de la vida
misma… no basta ya terminar con las personas vivas, hay que impedir la
existencia en este planeta de los que aún no han nacido envenenando la tierra.
En
último análisis, la lucha por ampliar el universo de la belleza, de la
no-violencia, de la armonía es una lucha política. La insistencia en estos
valores, en cuidar la naturaleza como medio ambiente de todas las especies que
la habitan es no solo una idea poética, romántica que concierne a unos pocos
privilegiados, es hoy, cuestión de supervivencia… la lucha por un medio
ambiente que asegure una vida más feliz podría fortalecer en los individuos mismos,
hoy en estado de alienación y anestesia, en las raíces de un instintivo deseo
de liberación y tal vez, llegar a conocer y experimentar la cualidad esencial
de la libertad y de la dicha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario