Coincidí con Cipriano y me habló de literatura
Por Yeray Barroso
Cirpiano es un muy buen amigo mío. Coincidí hace apenas unos días con él y lo vi más joven que nunca, con su sombrero a medio lado, con su bigote escondiendo migas del último sándwich de jamón y queso. Confieso que parece que el tiempo no pasa para él, pese a que ya está bastante entradito en años. Una vez más, en la mesa del Bar Romerito, que se encuentra al fondo de la Avenida de la Concha, estuvimos Cipriano y yo debatiendo acerca de literatura y, debo confesar, que realmente me sorprende mucho su visión acerca de lo que sucede en lo que se escribe en la actualidad. Me habló de gente joven, de gente consagrada, de errores que considera que se cometen. Incluso se remontó a los fetasianos y a la huida de estos hacia un terreno mítico... Mira, Yeray, es hora de volver al paisaje y al paisanaje, como lo están haciendo y lo llevan haciendo durante un tiempo los narradores y poetas actuales: desde José Luis Correa, pasando por Cristo Hernández, Javier Hernández Velázquez o Víctor Álamo de la Rosa, que han abandonado esa idea de isla mítica, para encontrar las posibilidades en la propia isla.
Sin duda, Cipriano, es de esas personas que dejan a uno anonadado cuando comienza a departir acerca de lo que se cuece en el mundo de las letras. No pude sino asentir con la cabeza, porque las palabras se me habían cortado y no pude, en ningún momento, comenzar a articular afirmación alguna…Que te lo digo yo. Mira como ahora Víctor Conde ha terminado acudiendo a su paisaje y paisanaje para aventurarse en Malpaís con los Bichos Despreocupados, que crean una Arcadia feliz dentro de la isla. Si antes se buscaba el paisaje mítico, ahora, Víctor Conde no solo no ha visto al ámbito insular como algo que ofrece ciertas cadenas, sino que se ha atrevido a crear una isla dentro de otra isla, con ese elemento de ficción que tanto caracteriza a su obra.
Yo seguía callado. Ahora ni asentía, ni gesticulaba. Solo esperaba a que siguiera hablando… Sin embargo, hay que reconocer, Yeray, que no se está viendo a la literatura ahora mismo como un elemento de cultura, sino como un elemento comercial. “Yo quiero escribir algo comercial” es lo que se suele oír en algunos jóvenes escritores. ¿Es acaso, normalmente, literatura lo que es comercial? Por desgracia, amigo, no es así, aunque es lo que impera en los escaparates de las principales librerías. Pese a esto, el camino que ha emprendido la literatura canaria, sobre todo en la narrativa, con la conformación de un grupo como es Generación 21, que no solo ha intentado diferenciarse, sino que ha partido desde la buena literatura para incrustarse dentro del mercado literario como una opción realmente buena, es el correcto. Ahí radica realmente la posibilidad de que exista una buena literatura. Lo comercial suele ser literatura de usar y tirar, que no ofrece nada o casi nada interesante a quien la lee…. Más que un espacio de tiempo perdido.
-Estoy totalmente de acuerdo con usted, Cipriano.- Esta vez si logré articular un aplauso verbal a lo que creí y creo como una buena exposición acerca de literatura…. Nos despedimos con la promesa suya y esperanza mía de volver a encontrarnos en algún punto para volver a hablar de lo que se cuece dentro de las letras actuales.
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