viernes, 3 de mayo de 2024

SOY LIBRE... HOY, LO DEMÁS IMPORTA

SOY LIBRE... HOY, LO DEMÁS IMPORTA

POR EDUARDO SANGUINETTI (*),

Me he preguntado en estos días aciagos, qué sentido tiene en este tiempo de degradación del trabajador y el trabajo, la celebración del 1º de Mayo: Día Internacional de los Trabajadores, instituido por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, llevada a cabo en París en 1889… Si en espacio y tiempo, se plantea una situación similar a la de hace un siglo y medio, salvo que en aquel entonces se podía aspirar a superar los conflictos con una revolución… Hoy, imposible dar espacio a una mentalidad revolucionaria, erradicada del sentir y pensar del pueblo, que vive hambreado y sufriendo de modo innecesario, en estado de anestesia y resignación el espectáculo insano que propone y ejecuta el gobierno inquisidor, represor que dicta y rige en una Argentina para pocos.

¿Qué análisis, críticas, teorías, respuestas o incluso alternativas pueden oponerse a esta realidad miserable en la que permanecemos?… ¿Y? Ninguna, sólo escuchar ecos, a lo sumo en ¿efecto acústico? algunas variantes, elaboradas con las mejores/peores intenciones de saber que estamos librados al azar, hoy más que nunca bajo el imperio de un gobierno compuesto por "gente mal parida", eliminadora de libertad y equidad, en mi país, la República Argentina.

El mercader del Gulag austral, el orco Javier Milei, cita de modo sádico, palabras del Libertador General José de San Martín: "Seamos libres que lo demás no importa nada"... Ha llegado la hora de que hagas silencio cipayo "jamoncito" (Victoria Villarruel dixit), es saludable, pues la frase el Libertador se la dedicó a patriotas "bien paridos" que componían el glorioso Ejército de los Andes, la legítima "gente de bien", no a los apócrifos entregadores de soberanía, a los que haces mención en cada vetusto balbuceo de barricada que mandas por Twitter cada hora, replicando en re sostenido la reiterada y molesta, cantinela que harta, adormece y despierta los bajos instintos de quienes abrazamos la libertad y la verdad como sendero de vida...

Dejá de engañar con el mantra en que termina cada perorata con la que hipnotizas a tus mascotas, los que te siguen y ven luz de neón al final del camino hacia ningún lugar... Quienes regalan sus dignidad por moneda, quienes votan tu Ley de Bases anticonstitucional y destructor de la vida de un pueblo, el argentino... Desde “un paraje llamado realidad”, siempre rebelde, manifiesto a los mercaderes de la pobreza y la miseria, que no se sojuzga y reprime a un pueblo con hambre, no se asesina por la espalda contando el haber, la indiferencia y la mentira, pues, como dice José Larralde: “Nadie habrá de ir más allá del cementerio”.

Hay un estallido de sorderas, de cegueras endémicas, estamos atrapados en una catástrofe sin precedentes, en una fuga hacia un desierto concreto y real, de lo que denominábamos "patria"... “Algo” brutal ha llegado a una Argentina, en formato ficcional una "bola de sebo" con bastón de presidente, acompañado por una clase política ignorante, envilecida tras el lucro y la estafa, enquistada en el poder, con ayuda inestimable de parasitarias multinacionales, promocionadas por medios mafiosos, sumado a la presencia del colonizador imperio genocida, cumplimentando su deseo de "plantar bandera" en esta tierra pródiga... Quién, con dignidad y ética, puede dudar que un futuro sórdido, infernal y sin destino, nos aguarda al final de este tiempo, sin tiempo, bajo la sombra del temor, que ha tomado forma de envoltura. Y el desierto, cual metáfora del espacio vacío, en que se ha convertido Argentina, en tiempos de colonización.

Estamos en situación de sumo peligro de dejar de “ser” lo que alguna vez en calidad de habitantes de un país, hemos sido, “mutando” a una ·maloliente" realidad. Al menos deberíamos vislumbrar de qué tipo de espectáculo participamos, descubrir en la medida que nuestro talento, intuición y coraje nos permita, saber hasta dónde llegarán los corporativistas que pretenden imponer criterio, avanzando en usurpaciones, expoliaciones y conquista de las mentes de millones de parias del “nuevo-viejo orden mundial”, cual espejismo del desierto sin fronteras en que transcurren nuestros días.

Se instalan muros, horarios fijos, escindidos de la calidez del sentir, encierros implacables que se replican en decenas de perfiles, violentando intimidades devaluadas desde la distópica TV. La palabra como medio de comunicación por contacto se ha eliminado, nos queda el WhatsApp, deteriorando el lenguaje, como queda demostrado en el decir del orco Milei, un "lenguaraz" sin límites, pues nadie osa frenar el accionar violento, psicopático de este energúmeno... Todo acontece en la más penosa soledad de saber que lo peor no ha acontecido. De todos modos, nos queda el 911, no vaya a ser que, final abierto a la desmesura del desierto, anula cualquier imagen de quién jamás lo ha visto, ni experimentado en tránsitos de vida natural... sin excipientes.

Sensación de “orfandad” muy concreta se siente y percibe. Sensación de violencia se palpa y es latente en Argentina, mi país, se percibe de manera clara la falta de verdad, la ignorancia, la agresión, la justicia ausente, la desazón, la contaminación real y metafórica, la eliminación de la libertad de expresión, en nombre de la ¿libertad?, linda trampita les deparó el destino a quienes eligieron a esta socio de imperio genocida, como presidente.

De este modo la economía de mercado, aplicada hoy en Argentina, considerada esencial para el “jamoncito” Milei y coro de eunucos y escorts que conforman su entorno, fundamental modo de crear desempleo, pues el trabajo es una quimera, está atrapada por la fiebre, de los arreglos, las manipulaciones en torno de sus propios negocios, obteniendo ganancias colosales, inmediatas, brutales, pero que parecen secundarias comparadas con la embriaguez operativa, el placer delirante, el poder demencial, al que dan lugar.

Estos mercados no conducen a la "creación de riqueza", sino a la producción real. Ni siquiera precisan sedes inmuebles. Un par de empleados bastan, pues para manejar estos mercados virtuales bastan unas computadoras y móviles de telefonía. Se debe pensar que el denominado crecimiento suele ser producto del desempleo... La flagrante ausencia de sensibilidad, no dar espacio a la justicia social, aplicada a hacer de la existencia de la sociedad algo digno de ser experimentado, hace meditar en que no existe ánimo de administrar la economía social, todo lo contrario, una ley de eutanasia no escrita está en marcha.

Ruge la batalla contra los excluidos, decididamente resisten demasiado el sufrimiento impuesto de modo perverso y criminal por un gobierno entregador de soberanía y recursos, en pos de lograr adiestrar a el pueblo, esa masa abigarrada de hambreados, sin techo que deambulan por una vida sin sentido, no están en condiciones de mostrarse descontentos ni siquiera protestar, los golpes de bestias de seguridad, cumpliendo protocolos criminales, les impiden la libertad de expresarse... Someter a millones de parias, por su bien, a una inseguridad minuciosamente planificada, deliberadamente organizada, pero con consecuencias dolorosas que pueden devastar e incluso terminar con sus vidas.

Cuándo los procesos de degradación son irreversibles, llegando a alcanzar instancias sin retorno, se hace necesaria una nueva lógica para una nueva situación y cualquier ensayo resulta pertinente y necesario, además de admirable, en los bordes del ávido camino de la sobrevida de todos.

(*) Filósofo (Cambridge, Inglaterra), poeta, performer, ecologista, artista y periodista argentino. Pionero en el arte performativo. Precursor del minimalismo en América Latina y del Land Art según Jean Baudrillard. Autor del "Manifiesto de los indignados contra el neoliberalismo'' año 2011. Miembro-asesor de The World Literary Academy (Cambridge, Inglaterra), "Biography of the year Award" Historical Preservation of America (1986), "Man of the Year" IBC Cambridge 2004, Honoris Universidad de Bologna, Nominado en dos ocasiones a la Beca Guggenheim. Miembro activo de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).

 

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