jueves, 4 de enero de 2024

VIVA 2024

 

VIVA 2024

Ante todo mucha calma y capear el temporal. No haga demasiado caso ni a las encuestas, ni a las cosas terribles que va a escuchar y les van a contar

ANTÓN LOSADA

Donald Trump en 2020 en un acto de campaña.

Ahora que se ha ido la inolvidable Concha Velasco, alguien debe mantener viva la tradición de aquellos espectaculares especiales de fin de año, cuando los artistas iban en directo a la gala, no existía el autotune y las cadenas de oro que pesaran más de medio kilo o llevar el tercer botón desabrochado para que se vieran mejor se consideraban de mal gusto. Se despide un año raro y puede que éste que llega resulte aún más raro; pero no se agobien, raro es bueno.

Si le parece que nos hemos desentendido de la guerra en Ucrania, prepárese para ver cómo nos vamos olvidando de la carnicería del infame Netanyahu en Gaza porque el contador de muertos se ha detenido misteriosamente y las imágenes de los bombardeos en los telediarios ya se van convirtiendo en colas y breves al final de la información internacional para que haya los menos testigos posibles. Si el cambio climático le preocupó este año, dispóngase a acongojarse aún más mientras el poderoso lobby del petróleo continúa comprando conciencias y gobiernos en las rebajas de enero.

 

Si pensaba que en 2023 ya había tenido suficiente ración de Donald Trump, vaya adiestrando su estómago para una segunda taza aún más hirviente y generosa. No contento con haber provocado con el asalto al Capitolio la mayor crisis constitucional en la historia de la república norteamericana desde la Guerra de Secesión, se dispone a provocar la segunda mayor crisis constitucional de esa misma historia y desde esa misma guerra, mientras prosigue el goteo de estados que le impiden o le permiten presentarse a la primarias; pues nadie que afronte semejante presente procesal y penal debería poder aspirar a convertirse en presidente y poder indultarse a sí mismo… o no. Lo de Milei en Argentina puede evolucionar tan mal que estas crisis made in USA nos acaben pareciendo una broma de machos alfa con peluquín.

 

 

Si acabó agotado después del carrusel de emociones electorales de mayo y julio, respire hondo y relájese, que vienen campañas intensas donde parece que votamos una cosa, pero la derecha –la ultra y la otra– se empeña en que votemos otra. En los comicios del 2023 elegíamos alcaldes y alcaldesas, diputadas y diputados autonómicos, congresistas y senadores. Pero PP y Vox se empeñaron en que votásemos a favor o en contra del sanchismo mientras homenajeaban a las víctimas del terrorismo con aquel entrañable “Que te vote Txapote” tan respetuosamente coreado en discotecas, bodas y bautizos.

 

En 2024 se empeñarán en que gallegas y gallegos, vascos y vascas y europeos y europeas voten más y mejor –sorpresa, sorpresa– contra el sanchismo; que es lo que le importa, le preocupa y angustia a la gente; casi tanto como les importan, preocupan y angustian España y la Constitución, como sabiamente nos recordó el preparado Felipe VI durante su mensaje/responso de navidad.

 

Si usted ya se ha olvidado, o casi, de que las futbolistas españolas ganaron el mundial, contra pronóstico y contra los propios dirigentes de la Federación de fútbol, o de que, después, en el jolgorio de la celebración, su presidente, Luis Rubiales, aprovechó para comportarse de esa manera vergonzosa y humillante que han practicado durante años y aún practican tantos jefes en las cenas de empresa y en el día a día sin que pasara o pase nada; recuerde que aquella vez sí pasó, que es cosa de todos y que la impunidad debe acabar en las canchas de todas las categorías en todos los deportes y en todas las oficinas y lugares de trabajo de este país.

 

Ante todo mucha calma y capear el temporal. No haga demasiado caso ni a las encuestas, ni a las cosas terribles que va a escuchar y les van a contar. Piense que el mismo Feijóo que se alarma e indigna porque Sánchez quiere construir un muro nos ofrece ser él mismo un dique de contención. Por una España sin muro, hagamos una España con diques; ese es el nivel. Feliz aninovo, que nos lo hemos ganado.

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