RUBIALES, SUS PALMEROS Y EL SISTEMA FLORENTINO
MIGUEL MORA
El Caso Rubiales ha sacado a la luz lo mejor y lo peor de la sociedad española. Lo mejor ha sido la rebelión sin fisuras de las campeonas del Mundo entrenadas hasta ahora por Jorge Vilda, palmero de confianza de Luis Rubiales. Las “chicas”, como las llaman todavía algunos machirulos irredentos, son la nueva vanguardia revolucionaria del país: las 23 futbolistas que fueron al Mundial haciendo de tripas corazón porque sabían que son tan buenas que podían ganarlo; y, por supuesto, también las que tuvieron el coraje de no acudir a la cita, sabiendo que se podían perder el mayor éxito deportivo de sus carreras. Esas 81 jugadoras que firmaron el manifiesto titulado ‘Se Acabó’ son ya un símbolo del fútbol femenino y de la lucha feminista mundial, a la manera (espero me disculpen la licencia de compararlas con señores) en que Jesse Owens en los Juegos de Berlín, 1938, y Bob Beamon, John Carlos y otros atletas del Black Power, en México, 1970, se consagraron como los mejores atletas y los más valientes luchadores contra el fascismo y por los derechos civiles.
Después de Jenni
Hermoso, Alexia Putellas, Aitana Bonmatí (impresionante su discurso ante la
UEFA) y todas las demás, las grandes protagonistas han sido las miles de
ciudadanas anónimas, curtidas entre la indignación de ‘La Manada’ que acabaría
impulsando la Ley del ‘sí es sí’; unos minutos después de la agresión de
Rubiales, tomaron al asalto las redes sociales explicando con meridiana claridad
y sencillez por qué era intolerable el comportamiento machista del máximo
representante del fútbol español.
En tercer lugar, ha
contribuido mucho al nuevo sentido común expresado por la ciudadanía estos
días, la reacción de algunas periodistas deportivas que comprendieron que la
obscena exhibición de abuso de poder, acoso sexual y laboral del presidente de
la Federación era una noticia de la mayor importancia, tanto como el propio
título mundial. Sin sucumbir a la inicial presión ambiental ejercida por el
histerismo macho de la prensa nacionalmadridista (con Inda, La Sexta, la Cope,
Antena 3, Isabel-Díaz Ayuso y El Mundo ejerciendo como primeros blanqueadores
del acosador), esas periodistas especializadas en fútbol femenino –mención
especial para el medio digital Relevo (Vocento), que comparado con el As y el
Marca parecía The New York Times– dieron un sonoro repaso a sus viejunos
colegas masculinos (los Castaño, Pedrerol, Manu Sánchez, Lama y otros
mandarines de la audiencia basura futbolera).
Al informar de que
Rubiales y Vilda trataron de obligar en el avión de vuelta a Jenni Hermoso para
que absolviera al presidente con un vídeo, esas periodistas terminaron de
perfilar la imagen de los dirigentes federativos como unos machistas y
acosadores de manual.
Cuando se cumplen
dos semanas de la final, no cabe duda de que el movimiento ‘Se Acabó’, el
debate sobre el consentimiento y el ‘sólo sí es sí’ –que tantos ataques le han
valido a la vetada y vilipendiada ministra Irene Montero– han ganado el partido
y la batalla cultural. Jenni Hermoso y sus compañeras han contado con el cariño
y la solidaridad de una parte enorme de la sociedad española y de los medios
serios. [Modestia aparte, esta revista fue el primer medio que pidió al
ministro Iceta que exigiera la inmediata dimisión de Rubiales, a través de
nuestra cuenta de Twitter, la misma noche del partido].
Cuando se cumplen
dos semanas de la final, no cabe duda de que el movimiento ‘Se Acabó’, el
debate sobre el consentimiento y el ‘sólo sí es sí’ han ganado el partido y la
batalla cultural
Pero como todo
movimiento revolucionario y transformador, las peticiones de depuración de
responsabilidades y de cambios estructurales lanzadas por las futbolistas, por
la sociedad civil, y con la boca más pequeña por el Gobierno, han chocado
contra un muro muy poderoso, transversal y refractario al cambio.
Es el Sistema
Fútbol, o el Sistema Florentino, que baila desde hace décadas al son que marcan
los dos grandes clubes-Estado, el Real Madrid (101 títulos) y el FC Barcelona
(99). Entre ambos han ganado 22 ligas de las últimas 27 (ver gráfico), copan el
70% de los ingresos por televisión y mantienen una enorme influencia (más el
Madrid que el Barcelona) tanto en la Liga de Javier Tebas como en la RFEF de
Rubiales.
Equipos ganadores
de la liga, segundos y tereceros clasificados, desde la temporada 1996-97.
Equipos ganadores
de la liga, segundos y tereceros clasificados, desde la temporada 1996-97.
La reacción oficial
de los dos clubes ante el escándalo no pudo ser más tardía, ni más tibia. En
medio del clamor, el Barça emitió un comunicado bochornoso cuatro días después
de la final, y el Madrid lanzó una calculada nota de apoyo al CSD, después de
la comparecencia pública de Rubiales, redactada con todo cuidado para quedar
bien, pero sin censurar el comportamiento del presidente, ni denunciar el
machismo, ni entrar en el fondo del asunto: “Nuestro club apoya con total
rotundidad la decisión puesta en marcha por el presidente del CSD, Víctor
Francos, que elevará de inmediato el caso al TAD”, afirmaba la nota.
El silencio inicial
y el cinismo final de las dos marcas deportivas principales del país ayudaron
sin duda a que Rubiales, del que se dice que es socialista por ser hijo de un
alcalde motrileño del PSOE, se encastillara en el trono, respondiera
revictimizando a Jenni Hermoso y apareciera en la Asamblea de la RFEF
convertido en el remedo de un concejal cualquiera de Vox al tercer gin tonic.
Desde la tribuna de
la Federación, tras haber filtrado la noche anterior que dimitiría, Rubiales
adoptó el papel de macho alfa trilero, clientelar y corrupto, y trató de
politizar el asunto y de ganarse a los medios cargando contra los líderes de
Podemos, los primeros en señalar su inaceptable comportamiento, y de Sumar, la
fuerza que más presionaba para que dimitiera. Ahí se mostró cómo es en
realidad, según han ido contando después su tío y distintas excolaboradoras.
Para tratar de dar
la vuelta al caso disfrazándose como víctima de una cacería, la puesta en
escena fue preparada con todo cuidado. Rubiales sentó a los entrenadores y
cuerpos técnicos en primera fila y a sus tres hijas un poco más atrás. Jorge
Vilda y Luis de la Fuente (el seleccionador masculino) fueron los más
entusiastas. Pero, curiosamente, las escasas peticiones de despido del
seleccionador de los chicos han quedado en nada. De la Fuente pidió perdón como
el rey anterior ante los medios leales al Sistema, que se cuidaron mucho de
apretarle porque saben demasiado bien que Florentino Pérez lo eligió para el
cargo tras cesar a Luis Enrique.
Curiosamente, las
escasas peticiones de despido del seleccionador de los chicos han quedado en
nada. De la Fuente pidió perdón como el rey anterior ante los medios afines al
Sistema
Rubiales se rodeó
también de los árbitros favoritos del poder, con el jefe del Comité arbitral
(Medina Cantalejo, esposo por cierto de la presidenta arbitral de la Liga
femenina) liderando la cuadrilla. Antes de la Asamblea, Rubiales ya había
reestructurado la Federación para que todo quedara bien atado. Cesó a todos los
vicepresidentes salvo a uno, de su máxima confianza: Pedro Rocha, que se
convirtió a la fuerza en el sucesor designado.
La estrategia
defensiva fue decidida por el equipo de asesores de Rubiales. Uno de ellos es
Andreu Camps, secretario general de la RFEF, que envió un escrito oficial a la
UEFA el mismo día de la Asamblea pidiendo que amenazara al Gobierno con dejar
fuera de las competiciones europeas a los equipos españoles si no dejaba de
“interferir”.
La segunda y quizá
la más importante asesora de Rubiales es una mujer muy cercana a Florentino
Pérez. Se trata de la veterana periodista Marisa González, que fue jefa de
prensa de los presidentes de la Comunidad de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón y
Cristina Cifuentes; y del propio Rubiales: entró como spin doctor en la RFEF de
la mano de Pérez cuando el presidente anterior, Ángel María Villar, salió de la
sede escoltado por la Guardia Civil, y luego pasó a ser la directora de
Responsabilidad Social y Sostenibilidad. González fue capaz de hacer pasar a
Gallardón por un liberal británico, pero con Rubiales no ha tenido tanto éxito.
Las cloacas
Otro personaje
clave del núcleo duro de Rubiales es el excomisario de policía José Luis
Olivera, conocido como Oli por el también excomisario Pepe Villarejo, de quien
fue socio y mano derecha durante muchos años. Olivera es todo un especialista
en fraudes financieros y blanqueo, de lo que se colige que fue el encargado de
organizar los contratos y las comisiones de la Supercopa que Rubiales decidió
exportar a Arabia Saudí para, según explicó en su día, “mejorar la situación de
las mujeres en ese país y la del fútbol femenino en España”.
Contratos legales,
porque la RFEF es una entidad privada (de interés público), pero ética y
estéticamente feos. Rubiales apañó con su amigo Gerard Piqué (Gerri y Rubi,
S.A), por supuesto con la anuencia y la connivencia del Duopolio
Madrid-Barcelona. Una de las cláusulas dice que si Barcelona y Real juegan las
finales de la Supercopa, la RFEF ingresará cada año diez millones de euros
extra, lo que obliga a que los dos clubes-Estado sean, sí o sí, primero y
segundo en la Liga o, si uno falla, campeón de la Copa. Siendo Rubiales el jefe
máximo de los árbitros, ¿cómo dudar de que la ecuación pueda fallar?
Una de las
cláusulas dice que si Barcelona y Real juegan las finales de la Supercopa, la
RFEF ingresará cada año diez millones de euros extra
José Luis Olivera,
experto en escuchas como su maestro Villarejo, habrá sido también útil durante
estos años para preparar y catalogar las famosas grabaciones que, según ha
manifestado el tío de Rubiales, antiguo secretario de la RFEF, su sobrino ha
ido realizando a políticos, presidentes de clubes y figuras relevantes del
deporte rey (reina, mejor), ejercicio muy conveniente para contar con palancas
de chantaje si se rompía su red mafiosa-clientelar.
Otra figura clave
en la Armada Brancaleone montada por Rubiales para blindar su sueldo de un
millón de euros anuales (750.000 de la FEF y 250.000 como vicepresidente de la
UEFA), es un tal Miguel García Caba. Para conocerlo mejor, lean la nota que
publicó la web CEU Alumni cuando fue nombrado. “Miguel García Caba afronta
nuevos retos profesionales a partir de ahora como responsable de la asesoría
jurídica de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). De su carrera podemos
destacar que ha sido jefe del Departamento de la Dirección de Servicios
Jurídicos del Real Madrid C.F. desde el año 2016. Responsable de la Asesoría
Jurídica Interna y Asesor Jurídico de la Liga Nacional de Fútbol Profesional
entre los años 2005 y 2016. Ha pasado por Red Eléctrica de España, por J&B
Cremades y ha trabajado para la UEFA”.
Alfredo Relaño, en
El País, dejó un retrato mejor del personaje: “El director de Integridad de la
Federación es un semoviente llamado Miguel García Caba que tras pasar por el
Real Madrid y LaLiga llegó al departamento jurídico de la federación. Una vez
allí, saltó por una de esas caprichosas convulsiones de la casa. Una vez fuera,
se le ocurrió que una forma de hacer méritos para regresar era citarse con
Tebas y González Otero, y registrar con un bolígrafo-grabadora la conversación,
en la que les estimuló a rajar de Rubiales. Luego entregó la grabación a Ok
Diario para acusar a Tebas y González Otero de conspirar contra Rubiales. Tan
edificante servicio le valió el retorno a la Federación como director de
Integridad”. Integridad máxima.
Ante esta
estructura impenetrable, se comprende que el mutismo haya sido la reacción casi
unánime entre los jugadores, los directivos, los entrenadores y los
profesionales del fútbol masculino, salvo honrosas excepciones. Recordemos que
la Federación designa quién arbitra a quién, y quién dirige el VAR. Y los
antecedentes de los últimos años muestran que todo el que no juegue en el Real
Madrid arriesga durísimas sanciones si osa criticar a un árbitro.
Otro asesor
importante es el abogado jefe de la RFEF, el penalista Ramón Antonio Caravaca
Magariño, que se encarga de los procesos penales abiertos en los que esté
inmersa la institución federativa, tanto del pasado como en el futuro; también
de aquellos donde la RFEF haya sido absuelta o sea parte, según publicó en 2018
el diario Sport. Caravaca cuenta con una dilatada experiencia y gran reputación
en el área de Urbanismo (recordemos que Luis de Arabia y Motril proyectaba
construir un nuevo estadio para la RFEF). A lo largo de su trayectoria,
Caravaca ha colaborado en el desarrollo del Estadio La Peineta (el pelotazo
largamente soñado y finalmente ejecutado por Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo,
dueños ilegítimos y prescritos del Atlético de Madrid).
Por esas
casualidades de la vida, el penalista es tío de uno de los jueces del TAD que
esta semana han dictaminado que solo pueden abrir expediente a Rubiales por
falta grave (el tocamiento del paquete en el palco), y no por falta muy grave.
La excusa es que el Reglamento de la reciente Ley del Deporte (diseñada y
avalada, por supuesto, desde los despachos de Concha Espina y Can Barça) aún no
está redactado y eso les impide, dicen, entrar a valorar si el beso fue o no
consentido o si supuso o no un abuso de poder. Junto a Caravaca, en el TAD
deciden varios abogados y abogadas del Estado. La Famiglia.
Vista la chapuza
jurídica y el limitado poder de maniobra del CSD, solo queda añadir que tenemos
un país lleno de mujeres (y cada vez más hombres) concienciadas, valientes,
luchadoras y modernas
Vista la chapuza
jurídica y el limitado poder de maniobra del CSD, al que tanto apoya el Real
Madrid, y dada la vergonzante connivencia del establishment mediático futbolero
nacional con el presidente de la Federación que empañó la victoria histórica de
la selección femenina, solo queda añadir que tenemos un país lleno de mujeres
(y cada vez más hombres) concienciadas, valientes y modernas. Para conseguir
sus objetivos, esas mujeres van a tener que luchar contra una pequeña minoría
mafiosa, con mucho poder, influencia y dinero, que se siente tan inviolable e
intocable como el Jefe del Estado, y que, como se ha visto en el sepulcral
silencio de la Casa Real acerca del asunto, tiene más poder que el Gobierno y
que el jefe del Estado, y no digamos ya que la reina.
Ese grupito salvaje
formado por apenas 40 o 50 personas con las que nunca se toparán ustedes en la
cárcel, que desconoce la ética, que se ríe de la justicia, que da pelotazos en
todos los sectores, que levanta estadios gigantescos en mitad de las ciudades,
que decide sorteos, arbitrajes, horarios, locutores y calendarios, y que
detenta el control absoluto del negocio nacional del fútbol, cuenta con la
connivencia y la ayuda de un ejército de empleados, portavoces, palmeros,
opinadores que presumen de ser periodistas, jueces, políticos, tuiteros,
agentes de jugadores, medios de información, árbitros y asistentes.
Todos ellos son
corruptibles o han sido corrompidos ya. Desde los tiempos de Saporta, la mano
derecha de Bernabéu, el mundo del fútbol sabe que hay cientos de personas a
sueldo en A o en B, otros que tienen plaza fija o un carguito, y miles que se
dejan influir a cambio de un reloj, una invitación a un palco VIP o a un
puticlub. Todos ellos forman parte del mayor negocio mafioso que hay en España.
¿Conseguirán Jenni Hermoso y sus compañeras reventar esa estructura de hierro
que permanece inmutable, con pequeños ajustes y maquillajes, desde hace 120
años? ¿Podrán o querrán el Gobierno, el Parlamento y las fuerzas políticas
meter las excavadoras en la Federación y La Liga, tirar abajo los cimientos del
Sistema Fútbol y empezar de cero copiando por ejemplo a la Premier?
La respuesta la
conoceremos pronto. Pero las señales que van asomando inducen a pensar que no
será muy halagüeña. El duopolio Madrid-Barcelona domina el fútbol patrio
apelando a una rivalidad artificial, exacerbada por unos voceros que tratan a
los demás equipos como si fueran extranjeros. Sería toda una ironía que fuera
la FIFA, seguramente el organismo más corrupto del mundo, la entidad que acabe
con la aventura de Rubiales. Pero tampoco importaría mucho, en el fondo. Como
pasó cuando finalmente cayó el Villarato, los que mandan de verdad encontrarán
de nuevo una marioneta menos torpe y más discreta. Y seguirán lucrándose con
este negocio machista, misógino y opaco, que solo se limpiará de verdad cuando
el público, esos aficionados que cada vez pintan menos, renuncien a pagar por
verlo en directo o en televisión.
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