LEONOR: EL FUTURO DE UNA MONARQUÍA DE TODO MENOS RENOVADA
El enésimo
proyecto de promoción de la princesa la aleja aún más de sus coetáneos. Los
cuentos se han pasado de moda y los príncipes azules ya no interesan nada
ELISA M. ANDRADE
Lo que tiene el toque de queda es que, inesperadamente, un domingo de puente a las 11 de la noche te encuentras a ti misma viendo un documental sobre Leonor (enésimo proyecto de promoción de la princesa por la Casa Real) y te da por escribir unas líneas.
Si el objetivo del documental dirigido por Raúl García y Daniel Flores era mostrar una nueva era de la monarquía española lamento comunicarles que han fracasado.
Los cuentos de
princesas se han pasado por fin de moda y los príncipes azules, por suerte, ya
no interesan nada. Que una de las primeras cosas que te cuentan en el
documental sea que Leonor por su pelo rubio y sus ojos azules no solo es, sino
que encaja perfectamente con el físico que debe tener una princesa, hace que te
den ganas de levantarte y tirar la cinta de vídeo de La Cenicienta por la
ventana.
Si algo provoca
este documental es una infinita pena hacia la joven Borbón
Una serie de
periodistas que cubren habitualmente la información de la Casa Real nos hablan
de la futura jefa del Estado y lo hacen sin saber nada de ella, basándose en
breves intercambios de palabras producidos en algún acto institucional para
contarnos que es ecologista, supereducada, tímida y que está muy preparada
(debe ser hereditario eso también); otros recurren al análisis de su firma para
llegar a las mismas conclusiones.
Todo lo que
pretenden vendernos como semejanza y cercanía a sus coetáneos es en realidad lo
que más los aleja de ella. A los 2,2 millones de niños que están en riesgo de
pobreza y exclusión en España o a los miles de jóvenes que tienen que emigrar
para buscar trabajo (y no para huir de la justicia), ¿qué cercanía les muestra
una niña que habla cuatro idiomas, va a un colegio privado y se pasa el día
rodeada de cámaras, focos y banderas institucionales?
Es difícil
comprender cómo la Familia Real y todos aquellos que les rodean no son capaces
de percibir esto.
Si algo provoca
este documental es una infinita pena hacia la joven Borbón, obligada a sonreír
y a pasear con la espalda recta, a dar la mano a todo tipo de carcas. Entonces,
en ese momento, solo deseas que su primo Froilán se la lleve a pasar un buen
rato.
Parece mentira que
los defensores de la monarquía deseen que un señor que actualmente tiene tres
investigaciones abiertas por corrupción sea un modelo a seguir
“Tenemos suerte
porque todo el mundo habla de igualdad de género y la monarquía nos va a
proporcionar a una jefa del Estado y reina de España”, “con esa madre Leonor
será feminista y reivindicativa”. En un mundo donde todavía las mujeres tienen
que pelear por tener igualdad de derechos es insultante que, en una venta
desesperada de la monarquía –donde la reina tendría que renunciar a sus hijas
si en algún momento quisiese separarse de Felipe–, intenten colocar el azar
como algo que contribuirá al feminismo.
El título del
documental, Leonor: el futuro de una monarquía renovada, resulta un tanto
irónico cuando varios testimonios afirman que “el reinado de Juan Carlos será
recordado como uno de los mejores de la historia” o que el emérito tiene
muchísimo que enseñarle a la princesa y que es una pena que se encuentre fuera
de España. Parece mentira que los defensores de la monarquía deseen que un
señor que actualmente tiene tres investigaciones abiertas por corrupción sea un
modelo a seguir para la princesa.
Quizás lo más
sincero de los 69 minutos de promoción sea la duda de varios de los
protagonistas de sí efectivamente Leonor llegará a ser reina en algún momento.
Personalmente, le deseo a España y sobre todo a ella misma que no. Leonor,
piénsalo: eligiendo no dejarías elegir.
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