viernes, 17 de enero de 2020

EL MÁS LISTO DE WHATSAPP


A contracorriente

EL MÁS LISTO DE WHATSAPP
Enrique Arias Vega
No creo que las redes sociales aíslen a la gente de su entorno y nos hagan más misántropos. De hecho, gente que no se hablaba ni con su madre ahora lo hace por medio de WhatsApp.

O sea, que estamos comunicados. ¡Vaya si los estamos! Entre SMS, Messenger, avisos de Facebook, vídeo llamadas,  mensajes de Instagram, etcétera, etcétera, no damos abasto. Empezamos, incluso, a conseguir desinformarnos, porque ya se nos acumulan los mensajes sin darnos tiempo a verlos y porque los contestamos cuando nuestro interlocutor está ya en otro rollo y no se acuerda de lo que quería decirnos.

Pero quien se lleva la palma de toda nuestra interrelación social es WhatsApp, gracias a la cantidad de grupos cerrados de usuarios: antiguos condiscípulos, padres del colegio, compañeros de trabajo, familiares desde La Toja hasta Puente Genil,…
Es en esa proliferación, precisamente, donde radica la madre del cordero: gente que se equivoca de grupo y manda el coste de la tintorería a la red de forofos del Atleti, o un tórrido vídeo de su amante al grupo de su congregación mariana,.. Esas cosas.
Otra, menos tenebrosa pero igual de incómoda, es la acumulación de usuarios que escriben simultáneamente, con lo que ya no sabes quién contesta a quién, ni de qué se está hablando porque la confección de Torrijas no tiene nada que ver con el discurso de Pedro Sánchez.
Lo más inquietante, con todo, resulta saber quién es esa lumbrera de la red que se inventa esos chistes tan divertidos que nos llegan repetidamente por todas partes. ¡Qué listo debe ser el tío!, me digo, porque a mí no se me ha ocurrido ninguno y nadie sabe nunca quién es el autor de esas magníficas chanzas.
Que sepa que todos tenemos ganas de conocerle. Yo, desde aquí, le insto a que me llame para que me cuente el secreto de cómo podrían ocurrírseme a mí algunos chistes.



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