EL UNIVERSO ABURRIDO (CUENTO
INFANTIL PARA ADULTOS)
AGUSTIN GAJATE
Imagen tomada por Z. Levay a través del Telescopio
Espacial Hubble de la NASA y de la ESA correspondiente a una pequeña parte de
la Nebulosa del Velo, que se encuentra a unos 2.100 años luz de la Tierra en la
constelación del Cisne, un remanente de supernova formado hace aproximadamente
10.000 años por la muerte de una estrella masiva, que tenía veinte veces la
masa de nuestro Sol. Vivió rápido y murió joven, terminando su vida con una
excepcionalmente intensa liberación de energía.
Érase una vez un universo aburrido. Era tan aburrido que ni siquiera sabía que era un universo ni que estaba aburrido. Estaba integrado por partículas oscuras con mala energía, partículas que se daban la espalda unas a las otras y se generaban rechazo entre ellas mismas, a pesar de estar muy juntas. Allí se respiraba la tensión y se mascaba la tragedia.
Pasaba el
tiempo y nada cambiaba, hasta que a una minúscula partícula elemental se le
ocurrió darse la vuelta y gastar una broma a la que tenía más cerca. “¿Tienes
fuego?” preguntó a la hasta entonces compañera indiferente, que se asustó tanto
que vibró como nunca antes lo había hecho. A la partícula bromista le hizo
gracia la reacción y probó con otras para seguir divirtiéndose y todas
comenzaron a vibrar y a contagiar esa vibración a las de los alrededores.
Ese extraño
comportamiento suscitó la atención de un viejo neutrino que tenía muy malas
pulgas elementales y ningún sentido del humor y que, además, se la tenía jurada
a unos bariones camorristas que se encontraban por aquella zona y que regañó a
la minúscula partícula elemental: “Con el fuego no se juega, niña, que es muy
peligroso. Ahora llevamos un tiempo tranquilos. Hay tensión, pero también
tranquilidad, así que no cambies ni toques nada que la puedes liar bien gorda”.
La minúscula
partícula elemental se puso mohína tras la bronca, pero tenía el cuerpo
juguetón, así que, en cuanto se le pasó el disgusto, pensó en otra cosa que
hacer que fuera divertida y se le ocurrió rozarse con las compañeras que tenía
cerca. Éstas, que nunca habían experimentado nada igual, comenzaron a
excitarse, hasta un punto que comenzaron a sentir fuego por dentro y a
contagiarse unas a otras de la emoción y del placer que sentían gracias a la
fricción de sus casi invisibles cuerpos.
El neutrino,
cuando se quiso dar cuenta de lo que estaba pasando sólo se le ocurrió gritar
para advertir a tanto a sus compañeros como al resto de partículas elementales
y a sus adversarios bariones: “¡Corred insensatos!”. Pero era demasiado tarde,
la onda expansiva provocada por aquel primer orgasmo de partículas traspasó
todos los límites desconocidos de aquel universo aburrido hasta llegar a sus
confines.
Aunque eso
no fue todo. Después del primer gran orgasmo colectivo (mal denominado como
'big bang' por los habitantes que se consideraban como los más listos de un
pequeño planeta) las partículas elementales quisieron más y siguieron
frotándose, acariciándose y restregándose entre ellas hasta conseguir que aquel
espectáculo se pareciera a unos fuegos artificiales, cada vez más bonitos, más
coloridos, más elaborados, más grandes e impresionantes, que iban surgiendo en
diferentes y alejados lugares de un universo cada vez menos aburrido, más
divertido y a la vez peligroso, pero también más vistoso, diverso y complejo.
En aquellos
tiempos inmemoriales, las minúsculas partículas elementales estaban
entusiasmadas con su obra y siguieron practicando y perfeccionando su capacidad
de crear energía vibrante sin parar, hasta formar las nebulosas, las galaxias,
las constelaciones y toda la cadena holográfica que ilumina nuestro firmamento,
mantiene unidas a las excitadas partículas, ha sido capaz de generar vida y, de
esta manera, posibilitar que algunos de esos nuevos seres puedan reproducir en
sus cuerpos aquellos orgasmos ancestrales y perpetuar el brillo de todos los
cuerpos más o menos celestiales.
Y ese
proceso sigue en marcha y así es como existen los extraterrestres,
extraterrestras y extraterrestros, al igual que los extraterrescuatros,
extraterrescincos y sucesivos.
Y colorín
colorado, este cuento se ha acabado.
PIE DE FOTO
Imagen tomada por Z. Levay a través del
Telescopio Espacial Hubble de la NASA y de la ESA correspondiente a una pequeña
parte de la Nebulosa del Velo, que se encuentra a unos 2.100 años luz de la
Tierra en la constelación del Cisne, un remanente de supernova formado hace
aproximadamente 10.000 años por la muerte de una estrella masiva, que tenía
veinte veces la masa de nuestro Sol. Vivió rápido y murió joven, terminando su
vida con una excepcionalmente intensa liberación de energía.
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