martes, 30 de junio de 2020

TRIMESTRE FEO


TRIMESTRE FEO
JM AIZPURUA
Sentado en nuestro banco, veo llegar a un desconocido anciano emboscado con su mascarilla de a un euro y que se sienta en el otro extremo del banco. Agita su mano y me saluda, pero sigo sin saber quién es, pues su voz se enreda en su bozal y mi oído hace tiempo que dejó de ser efectivo. Total, que solo con los movimientos de las manos mantenemos algo de comunicación y suponemos las sonrisas.  Ya, nada es igual.

Quisiera decirle que creo que han sido 30 mil ancianos como nosotros los que murieron por el coronavirus, mientras miles de ciudadanos hacían monerías en los balcones, indiferentes a su sufrimiento, aislados, solos y ahogándose, hasta que la muerte los liberaba y eran incluso apilados en féretros dentro de pistas de patinaje en espera de su clandestino enterramiento. Este increíble drama ha sido eliminado de nuestra vivencia por la plana mayor del Gran Hermano Hispano que dirige la comunicación de medios que se volcó en exhibir en las TV las monerías de balcón y los jefes de las FYCDSDE con sus uniformes más elegantes y con chapas brillantes, aunque a alguno lo cesaron después pues los mensajes de las multas que ponían no eran suficientemente justificados y la audiencia media, se partían de risa con el dinosaurio callejeando.

Mientras, el Pacto de Toledo se frotaba las manos: 30 mil pensiones y pagas dobles menos para junio.
Y Simón haciendo diariamente su show a la altura de los mejores showman del momento y entrando en la memoria eterna del trimestre más horrible de lo que va de siglo. Es el gran icono de la pandemia. Ya entra en el olimpo de La Esteban y su vida queda resuelta para siempre en el universo del Gran Hermano Hispano.
¿Nadie piensa en este país?
Porque un virus ha puesto patas arriba toda la parafernalia del Sistema78.
¿De que nos vale todo ese orfeón de ministro/as y ese Sistema78, si nos encerraron en casa como en el medioevo para parar la peste? Llegamos a la luna, pero nos mete en casa un pequeño bicho. Algo va mal.
Y este bicho no tiene la culpa de la crisis del automóvil, de la saturación del turismo de masas, del “vicio” de la juventud por la compra-on-line que cuestiona los grandes almacenes. Había antes del bicho una crisis encubierta, que ahora aflorará, pero que nada tiene que ver. Nos cogerá con las defensas bajas y se colarán Nissan y Alcoa, que nada tienen que ver con el bicho.
Quien sí tiene que ver con él, es el tema de la Sanidad Pública o Privada.
El bicho nos ha demostrado que sanidad solo puede haber una, pública y potente, capaz de enfrentarse a virus o bacterias con todo el potencial de recursos médicos para proteger a la población. El colocar el beneficio privado en la sanidad, como motor de gestión, es ceder a la ambición desmedida de la casta en su proyecto de apoderarse de todos los recursos del Sistema, pero la salud; no es una pieza de cambio.
Otra vez avanza el señorito con la vara, pero hay que pararlo o nos llevará por delante el siguiente bicho. El Poder pretende pasar página, pero esta página no se puede pasar así; los viejos con memoria no debemos permitirlo.


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