CON LAS FLECHAS DEL AMOR
Rafael ZAMORA MÉNDEZ
En estos pasados días, charlando buenamente con un admirado compañero, de
esos que suelen ser muy humoristas y a cada instante tienen el oportuno
chistecito a flor de labios, me decía:
-.- Amigo Rafael: ¡Me he convertido en un buen cantarín!
-.- ¡Una novedad, para mí, bastante inesperada. ! Si tenías un oído fatal ¡
-.- Verás: A cada momento, le tengo que entonar a mi mujer, aquel viejo
bolero que tan famoso hiciera al chileno, Lucho Gatica,
"NO ME PLATIQUES MÁS"
-.- Y, ¿por qué, precisamente, esa determinada tonadilla?
-.- ¡POR LOS PLATOS QUE LA CONDENADA, SIN PIEDAD
ALGUNA, ME LANZA A LA CABEZA!
-.- Amigo Rafael: ¡Me he convertido en un buen cantarín!
-.- ¡Una novedad, para mí, bastante inesperada. ! Si tenías un oído fatal ¡
-.- Verás: A cada momento, le tengo que entonar a mi mujer, aquel viejo
bolero que tan famoso hiciera al chileno, Lucho Gatica,
"NO ME PLATIQUES MÁS"
-.- Y, ¿por qué, precisamente, esa determinada tonadilla?
-.- ¡POR LOS PLATOS QUE LA CONDENADA, SIN PIEDAD
ALGUNA, ME LANZA A LA CABEZA!
Ello, la cuestión matrimonial y las serias contrariedades que de vez en
cuando, suelen aparecer en algunas parejas, me trajo a la mente que me
encontraba casi obligado a platicar
sobre un tema tan amplio, romántico y patético.
El elemental acto de enamorar no es una ignorada sapiencia, ni una
diestra técnica, ni una rara habilidad, ni una escondida alquimia: ¡ES
SIMPLEMENTE AMOR!
Somos conscientes y bastantes sensatos como para estar al corriente de que, la única manera de aguantar esta cotidiana vida es exclusivamente, amándola.
En donde esté presente el amor, aunque esté mal encauzado, suele haber constantemente, un alentador arco iris de ilusionadas esperanzas.
¡AMAR PODEMOS TODOS!
Somos conscientes y bastantes sensatos como para estar al corriente de que, la única manera de aguantar esta cotidiana vida es exclusivamente, amándola.
En donde esté presente el amor, aunque esté mal encauzado, suele haber constantemente, un alentador arco iris de ilusionadas esperanzas.
¡AMAR PODEMOS TODOS!
Se dice que, el amor es como el fuego: Se irradia o se extingue.
En esto, a la tan sensible INCLINACIÓN, hay que tener en cuenta de que la misma, a veces, suele presentársenos con imprevistos hechos, capaces de fraguarnos probados torrentes de amarguras penas y tristes desengaños.
En esto, a la tan sensible INCLINACIÓN, hay que tener en cuenta de que la misma, a veces, suele presentársenos con imprevistos hechos, capaces de fraguarnos probados torrentes de amarguras penas y tristes desengaños.
El incomprensible secreto de la existencia, no lo pongamos en tela de
juicio, es saber realizar por amor, lo que exclusivamente, solemos cumplir por
obligación.
¡Vayan ustedes a saber si en realidad existe una normal concordancia, un
grotesco afín, entre el AMOR, su irrisorio pontificado y seguro suplicio,
vitales unidades espirituales y corporales estas, ambas, capaces de venirnos a
demostrar una evidente semejanza entre las bienaventuradas vivencias y las
propias sufridas por los pobres hechizados o tristes sombríos seres que reciben
"verdes calabazas" de sus preferidos tormentos elegidos que, sin
compasión alguna, les clavan el penetrante puñal del total rechazo y la atroz
indiferencia!
Hace ya unos cuantos añitos que solíamos tararear y, todavía se sigue
escuchando con agradable deleite, aquella placentera melodía creada por el
genio musical del gran Agustín Lara: "! AMOR! ¡AMOR! AMOR!, NACIÓ DE TI,
NACIÓ DE MÍ, PARA LOS DOS, NACIÓ DEL ALMA!"
Tal palabrita universal, cortita, de tan solo cuatro sucintas letras, vienen a querernos demostrar ese eslabón especial de afecto por el cual, el ánimo busca el bien verdadero o imaginado, tras la absoluta búsqueda de poder conquistarlo para, con él, aspirar gozar de la manera más consonante y absoluta.
¡Es la arrebatada pasión que, sin paliativos, apresa un género hacia el otro!
¡Son las misteriosas expresiones de las tiernas caricias, de los galantes requiebros, todos ellos en conjunto, capaces de mitigar la subsistencia, así como las recónditas ansias de ambicionar existir!
¡NADIE PUEDE VIVIR SIN AMOR Y... EL QUE NO LO TENGA, EN REALIDAD, NO VIVE!
Tal palabrita universal, cortita, de tan solo cuatro sucintas letras, vienen a querernos demostrar ese eslabón especial de afecto por el cual, el ánimo busca el bien verdadero o imaginado, tras la absoluta búsqueda de poder conquistarlo para, con él, aspirar gozar de la manera más consonante y absoluta.
¡Es la arrebatada pasión que, sin paliativos, apresa un género hacia el otro!
¡Son las misteriosas expresiones de las tiernas caricias, de los galantes requiebros, todos ellos en conjunto, capaces de mitigar la subsistencia, así como las recónditas ansias de ambicionar existir!
¡NADIE PUEDE VIVIR SIN AMOR Y... EL QUE NO LO TENGA, EN REALIDAD, NO VIVE!
El ser más insignificante sobre la faz de la tierra, quiéralo o no, nace
y muere con alguna especie de amor: A sus padres, hermanos, familiares; a la
Patria, a su tierra, a su pueblo, al cine, al teatro, a la literatura, a la
música, a los animales, a la radio, a su BLOG, “NACIÓN CANARIA" a la buena
comida, al tinto y al blanco, a la Virgen de Los Reyes, a Cristo con su místico
cortejo de monjas y sacerdotes, a la novia, a la esposa, a los hijos, a su
Partido Político, a su trabajo, al dinero, a la belleza, a la educación, al
respeto, a la democracia, a la libertad, a la honradez, a la cama, al cotorreo,
al dinero, al deporte, a...¡miles y miles de todas estas y otras tantas cosas
más que tienen semejanza con los vicios pero que, en el fondo de la cuestión,
únicamente es pura inclinación a todo lo que represente y signifique AMOR.
Somos unos ardientes enamorados, completamente seducidos y encantados
adictos al buen querer y, sobre todo, a que se nos quiera, porque...VIVIR SIN
AMOR... ¡ES COMO COSER SIN HILO!
Esto del amor es un enigma, un oculto nubarrón que nos tapa la luz del cerebro y no nos deja ver más allá de nuestros propios morros
Esto del amor es un enigma, un oculto nubarrón que nos tapa la luz del cerebro y no nos deja ver más allá de nuestros propios morros
¡Las flechas de Cupido, atraviesan mente y corazón para hacernos ver
todas las cosas bajo el creíble prisma de los más diversos matices!
¡Si AFRODITA, viene a ser la pagana diosa de la hermosura, de la
fecundación, del mar, de la navegación y de la vida universal, nosotros, que
para nada solemos rendirle fanático culto, esta vez, no vamos a ser como los
griegos que le levantaron numerosos templos, sino, como seres racionales y
cultos aprendices actuales, para ser conscientes de saber admirar su seráfica
belleza escultural y, tan solo, reclamarle con toda el alma, lo que tanto se
ambiciona y desea: EL AMOR!
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SIN AMOR NADIE VIVE,
EN ESTE MUNDO IGNORANTE,
Y, EL QUE LO NIEGUE, RECIBE,
LA CONGOJA QUE PERCIBE,
UN CADÁVER AMBULANTE.
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