EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Todo atenta a la
calidad de vida de la comunidad argentina. Quienes nos hemos capacitado, según
transcurrieron los años, en arte y vida, asimilados a nuestra naturaleza de ser
y saber, intentando entregarlo todo por esta tierra amada, somos silenciados
por los ‘Malparidos’, obscenos, ignorantes, presentes en todos los medios
corporativos ‘basura’, lanzando palabras de odio, misoginia, homofobia,
discriminación, desde un espacio de suma violencia y resentimiento, como jamás
se ha experimentado en esta región… Hablo de todos/as los que nos silencian,
sirviendo al poder de la banda de psicópatas neobudistas armonizados, que tiene
un solo color el de la mafia genocida financiera, que gobierna en Argentina, en
simulación de simulacro, cual espectáculo insano degradante.
‘Malparidos’
bocones cobardes matones de medios, ‘Malparidos’ los funcionarios que los
habilitan a confrontar insultando, amenazando, difamando, injuriando, con
quienes desean manifestarse en libertad de expresión, con las mejores maneras y
modos… tiran a quemarropa estos ‘Malparidos’, disparan por la espalda a quienes
desde el llano intentan mantener firmes sus ideales y principios éticos.
A quienes opinen
sobre lo que sea, les exijo respeto, que he definido en mi ensayo Alter Ego
(1984, Ed. Corregidor), como “el sentimiento hacia la libertad de los otros, de
la dignidad de los otros, la aceptación sin ilusiones, pero también sin la
menor agresión o la menor hostilidad y desdén por un ser tal como es”… esa
libertad de una comunidad para expresarse es un derecho inalienable para
protegerse de los disonantes discursos de impotentes militantes de la mentira,
del odio, de la exclusión.
¡Qué farsa este
mundo! Macri recibirá un premio por “su dedicación incansable y desinteresada
con su país” el “2018 Global CitizenAward”… Dedicación incansable a confrontar,
reprimir, ajustar, degradar la vida del pueblo argentino, mostrar ignorancia en
temas esenciales mentir a diestra-siniestra y sobre todo no hermanarse con
millones que sufren pobreza extrema, hambre, desamparo y, ¿lo premian?, sin
duda ha cumplido de manera superlativa el rol de ser un buen servidor del FMI y
el poder imperial.
En Argentina, el
gobierno vende saldos… Se reducen drásticamente todos los planteles en todos
los sectores, mientras se anuncia y promete un futuro indefinido, pleno de
trabajo; se degrada al extremo el nivel de la vida, mientras se ordena “tener
confianza en el cambio”, se desintegran las instituciones, desaparecen las
conquistas sociales, pero siempre con la firme promesa de defenderlas en ese
porvenir incierto: “puede ser, debe ser, hay que ceder”.
Se toman medidas
extremas que llevan a un pueblo hambreado, enfermo, temeroso y sojuzgado, a
soportar lo insoportable, en nombre de ningún sentido, en nombre de ¿qué
catástrofes en suspenso?, espadas de Damocles de las que no se habla sin entrar
en detalles, a golpe de “déficit”, “inflación”, “inversiones inexistentes”, de
“dejar atrás un pasado” que no es más que este mismo presente, por el que se
transita hacia un futuro incierto se aniquila la esperanza del pueblo sometido
a los caprichos megalómanos del gobernante.
En definitiva, se
trata de incitar a confrontar entre la ciudadanía, teniendo en cuenta que el
odio ha guiado en elecciones a que el pueblo vote a su verdugo, quién hoy, en
pleno uso y abuso de su función, en sus discursos balbuceantes, no intenta
incitar a nadie a encontrar una salida concreta y real, sino a dejarse
explotar, a estar dispuesto a todo para no morir de hambre, para no dejar de
ser excluido de la “nave de los desesperados”, de la vida misma.
Se prepara al
pueblo a fin de que cuando deban afrontar lo peor, que aún no ha llegado, no lo
afronten sino que se sometan, ya vencidos.
La lógica de esta
violencia desatada bajo formas de ajustes desproporcionados, confrontaciones
mediáticas en boca de arrastrados psicópatas, conductores “todo terreno”, los
‘Malparidos’ que blindan al gobernante y sus desaciertos premeditados,
esperando la comunidad no se cumpla el decir de Macri días pasados en la
provincia de Mendoza: “… si me vuelvo loco puedo hacerles mucho daño a todos
ustedes”, ¿qué tal?… los que día a día repiten las difamaciones que hacen nido
en el inconsciente colectivo, que aplaude ya, de manera automática la guerra de
fuegos cruzados en la que permanecen en silencio, fundado sobre el principio de
omisión: la más tremenda traición, con sentenciosa desenvoltura.
No estamos en esta
tierra para adquirir vínculos en compromisos con la ‘nada’, con una metafísica
de laboratorio, pergeñada por los Frankestein del tercer milenio, y a aquellos
‘Malparidos’ que niegan la crisis de todo tipo que soporta el pueblo, les pido
callen sus bocazas hay demasiado sobreviviente que precisa desde comida,
medicamentos, hasta libertad de ser uno… sin presiones ni órdenes de ignorantes
dictadorzuelos, que aniquilan la voluntad de vivir en esta tierra
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