sábado, 8 de septiembre de 2018

ABSTENCIÓN DE CIUDADANOS EN DERECHOS HUMANOS


ABSTENCIÓN DE CIUDADANOS 
EN DERECHOS HUMANOS
DAVID BOLLERO
Abstenerse no es apoyar. Eso es lo que hizo ayer Ciudadanos con el restablecimiento de la sanidad universal, cuyo recorte en 2012 a manos del PP dejó a más de 850.000 personas sin tarjeta sanitaria y los cuidados más esenciales. Exactamente lo mismo que quieren Albert Rivera y los suyos.

Las copias no siempre son versiones mejoradas y Ciudadanos es mucho más incoherente que el PP, aunque compartan una misma base de mezquindad. A pesar de coincidir en el mismo modelo sanitario, mientras los de Pablo Casado votaron en contra del decreto que, a falta de la redacción de un reglamento que lo desarrolle, deja de excluir a personas de nuestro sistema sanitario, Ciudadanos se abstuvo, poniéndose de nuevo de perfil cuando se trata de defender de Derechos Humanos.


Rivera siempre ha ligado el acceso a la tarjeta sanitaria a la Ley de Extranjería -la misma que ignora cuando se realizan devoluciones en caliente-, limitándolo a los ciudadanos y residentes legales en España. Para las personas migrantes sin papeles, la formación naranja sólo abre la puerta de la sanidad pública en el caso de embarazadas, menores o enfermas crónicas e infecciosas… como hacía el PP, aunque estas excepciones no se cumplieran como se debiera.

La abstención de ayer de Ciudadanos es otro de esos movimientos dubitativos a que nos tiene acostumbrad@s Rivera. ¿Acaso no recuerdan lo que sucedió cuando en 2015 el entonces ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, sugirió la posibilidad de atender en Atención Primaria a las personas migrantes en situación administrativa irregular? Albert Rivera lo criticó, habló de “cambio de criterio” y defendió que “en España se están cerrando quirófanos, centros de salud y haciendo recortes en sanidad. Por tanto, estamos haciendo recortes a ciudadanos que han pagado sus impuestos y tienen permiso de residencia“.

He de admitir que esta postura que comparte discurso con las nuevas hordas fascistoides era la que uno esperaba ayer de Rivera, pero se abstuvo. Seguramente, lo hizo para intentar ser diferente, para no apoyar en ningún caso al ala progresista del Congreso, en el que ve “a los que quieren romper a España” y a “los amigos de los terroristas” y, al mismo tiempo, separarse del PP, con el que rivaliza en ultraconservadurismo.

Por si estos movimientos erráticos no descolocaran a ese porcentaje del electorado de Ciudadanos informado, los de Rivera entran en nueva contradicción… otra de las muchas que lo convierte en el perejil de todas las salsas: ¿cómo puede pedir más medidas para los menores extranjeros no acompañados (MENA) si, según sus mismos postulados, ni siquiera les da la opción de acceder a la Sanidad Pública? ¡Qué despropósito de partido en el que ni siquiera sus gerifaltes del IBEX-35 ponen orden!
 


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