domingo, 16 de abril de 2017

ECOSOCIALISMO



ECOSOCIALISMO
POR: EDUARDO SANGUINETTI, 
FILÓSOFO
A los habitantes del planeta les produce algún sentimiento de dolor, de indignación, de tristeza, las miles de muertes civiles (mujeres, niños y hombres), causados por los bombardeos diarios sobre Siria, llevados a cabo desde hace 4 años ya por Estados Unidos y sus aliados…países que siguen construyendo un mundo donde el genocidio asume categoría de ley.

No podría acontecer esta atroz matanza sin la complicidad, devenida en silencio, de todas las naciones del mundo, que se limitan sólo de vez en cuando, a repudiar los bestiales actos de asesinato contra civiles de las más diversas regiones del planeta.

No olvidemos también el intento de intervención en naciones libres y soberanas, como Venezuela, asediada por gobiernos neoliberales degradantes y miserables, con la anuencia concreta y real de la OEA y su principal impulsor el Dr. Luis Almagro, su Secretario General, ex-canciller de la Presidencia de José Mujica. Dr. Luis Almagro, quien no acciona con la misma vara que aplica a la República Bolivariana de Venezuela, denunciando los diversos ilícitos que se cometen día a día en Argentina, Brasil y Paraguay en desmedro del orden democrático, hoy en franco deterioro, es que hay algún interés creado o fundacional deviene en ignorar ciertos delitos flagrantes.

El avasallamiento de los tan proclamados y poco aplicados Derechos Humanos, cuya Declaración Universal fue aprobada por 48 estados, el 10 de diciembre de 1948 en la sede de la Asamblea General de las Naciones Unidas es ya una rutina del imperio y sus aliados.

Nuestros representantes, elegidos por voto popular en una democracia procedimental, ¿nos representan ante la comunidad internacional, de la que forman parte, accionando en nombre de la comunidad que les cedió su puesto de privilegio? La respuesta sería un rotundo ¡no! No nos representan, pareciera que están desde siempre en sus sitiales de poder, siendo solo esclavos de imperios en putrefacción.

Con urgencia, es preciso una reunión de la ONU, Mercosur o de la Unasur, con representantes libres, valientes y capaces, que traten con urgencia los temas donde la vida y la muerte del pueblo este en juego, expidiéndose de manera potente contra genocidios neocoloniales que se perpetran a plena luz del día.

Esta realidad de gobernantes tan tímidos con el imperio y tan implacables a la hora de accionar sobre las comunidades que les otorgaron su voto, gobernando en nombre de las mayorías, solo se supera mediante el establecimiento de una toma de posición intransigente, que vendría a ser revolucionaria, ante el estado de las cosas.

En rigor, ya estamos en esta revolución; se visualiza en las redes sociales, en las calles, en el diario existir de los que no aceptamos esta trampa que el capitalismo impuso y cayó como una red sobre todos. Si accionamos en consonancia con el orden natural y la ley que nos ampara, este tiempo será considerado trascendente y el hombre dará, por fin, el paso de la prehistoria a la historia.

No caben dudas de que hemos entrado en una crisis sin retorno, cuya salida sería asimilarnos a un Ecosocialismo liberador… no hay vuelta a la naturaleza, nuestra especie se ha apartado de ella para siempre.

Por cierto, la Naturaleza ha sido siempre una dimensión (durante siglos la única) del trabajo: manifestación de la belleza, de la armonía, de un orden no represivo. Por sus valores la Naturaleza era la negación misma de la sociedad capitalista, con sus desvalores de lucro y explotación.

El proceso de aniquilar la Naturaleza e intentar someterla a la violencia de la explotación y la contaminación es, sin discusión, un proceso económico del neoliberalismo en su afán de producir muerte y devastación, devenido de un proceso político que ha comenzado hace décadas. El poder del capital ha invadido la naturaleza incluida la humanidad toda, en su tendencia totalitaria del neoliberalismo monopólico y depredador.

En un contexto amplio y rotundo, la lucha ecológica choca con las leyes que rigen el sistema neoliberal: ley de capitalismo creciente, creación de plusvalías asimiladas a esclavitud modelo siglo XXI, de la necesidad de perpetuar la explotación de los indefensos, de multiplicar los refugiados y sus prisas… producir indigentes hambreados, sin techo con salud precaria.

La lógica de la Ecología, manifestó acertadamente Michel Bousquet “es la negación pura y simple de la lógica capitalista, no se puede salvar la Tierra en el marco del capitalismo, no se puede desarrollar el Tercer Mundo según el modelo capitalista”.

El Ecosocialismo da espacio a la Ecología en su concepción original, que desemboca en un combate activo en pos de una política socialista refundada, acorde a los avatares del presente, que debe atacar las raíces del sistema neoliberal, concientizando la ‘mutada’ conciencia consumista de pueblos enteros que marchan a su exterminio.

Surgida a finales del siglo XX, la praxis del Ecosocialismo es una respuesta democrática, ideológica y conservacionista, que ataca la gran impunidad ambiental que se padece en todo el mundo, debido al canibalismo corporativo que no se cansa de irrumpir, explotar y rentabilizar toda la nobleza de la Pachamama. De allí, que se busca replantear la interacción del Hombre con el medio, pues debe existir un marco de corresponsabilidad social entre los gobiernos, los organismos públicos, privados y la ciudadanía.

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