EL PSOE Y LA DERIVA TOTALITARIA DEL ESTADO ESPAÑOL
POR GERMAN GORRAIZ LÓPEZ
Análisis de la
labor impagable del PSOE como copartícipe de la deriva totalitaria del Estado
español
El
establishment del Estado español estaría formado por las élites
financiera-empresarial, política, militar, jerarquía católica, judicial y mass
media del Estado español que serían los herederos naturales del legado del
General Franco y que habrían fagocitado todas las esferas de decisión (según se
desprende de la lectura del libro “Oligarquía financiera y poder político en
España” escrito por el ex-banquero Manuel Puerto Ducet), iniciando asimismo una
deriva totalitaria que habría ya convertido a la seudodemocracia española en
rehén del establishment y que tendría como objetivo último la implementación
del “Estado Tardofranquista”.
La distopía del
régimen del 78
El término
distopía fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill en
contraposición al término eutopía o utopía, empleado por Tomas Moro para designar
a un lugar o sociedad ideal. Así, distopía sería “ una utopía negativa donde la
realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal”.Las
distopías se ubican en ambientes cerrados o claustrofóbicos enmarcados en
sistemas antidemocráticos, donde la élite gobernante se cree investida del
derecho a invadir todos los ámbitos de la realidad en sus planos físico y
virtual e incluso , en nombre de la sacro-santa seguridad del Estado, a
eliminar el principio de inviolabilidad ( habeas corpus) de las personas,
síntomas todos ellos de una posterior deriva totalitaria del sistema hacia la
progresiva implementación del nuevo Estado Tardofranquista que beberá de las
fuentes del centralismo jacobino francés y del paternalismo de las dictaduras
blandas.
La deriva
totalitaria del estado Español arranca con la implementación de la doctrina de
la alternancia en el Poder del bipartidismo PP-PSOE como defensa y garante del
citado establishment dominante.Dicha doctrina sería fruto del acuerdo tácito
entre los partidos políticos tras el simulacro de golpe de mano de Tejero (23-F
del 1981) y alcanzó su mayoría de edad con la llegada al poder del PSOE y el
nombramiento como Presidente del Gobierno de Felipe González ( 1.982), con
quien asistimos al finiquito de la idílica Transición y al inicio de la deriva
totalitaria del sistema mediante la implementación del llamado “terrorismo de
Estado” o “guerra sucia” contra ETA y su entorno, del que serían paradigma los
Grupos Armados de Liberación (GAL).
Un hito fundamental
en la espiral involucionista del régimen del 78 sería la implantación por el
PSOE de la Ley Antiterrorista de 1.985, definida por José Manuel Bandrés en su
artículo “La Ley antiterrorista: un estado de excepción encubierto”, publicado
en el diario “El País”, como “la aplicación de facto del estado de excepción
encubierto”. Dicha Ley Anti-terrorista (todavía vigente a pesar de la ausencia
de actividad por parte de ETA), sería un anacronismo propio de la dictadura
franquista, un limbo jurídico que habría convertido los sótanos de cuartelillos
y comisarías en escenarios distópicos de naturaleza real (no ficitica) y en
Guantánamos virtuales refractarios al control de jueces, fiscales y abogados y
que facilitarían la labor de los Cuerpos de Seguridad del Estado para obtener
evidencias delictivas mediante prácticas inadecuadas (léase tortura), prácticas
confirmadas por las declaraciones de Luis Roldán, Director General de la
Guardia Civil con Felipe González.
La deriva
regresiva tendría su continuación con la Ley Orgánica 7/2000 del Gobierno Aznar
que incluyó como novedad la aparición del llamado “delito de exaltación del
terrorismo” y prosiguió su escalada con la firma por Aznar y Zapatero del
llamado “Pacto por la Justicia y las Libertades” de 2003 que instauraba de
facto “la cadena perpetua estratosférica” al elevar la pena máxima de cárcel
hasta cuarenta años,(superando la “crueldad del régimen de Franco “ que
contemplaba los 30 años de cárcel como pena máxima). En el paroxismo de la
involución, hemos asistido a la reciente modificación del Código Penal para
constriñir hasta su nimiedad los derechos de expresión (Ley Mordaza) y a la
ultimísima firma entre Rajoy y Sánchez del llamado “pacto antiyihadista” que
bajo la falacia de combatir el terrorismo yihadista “convierte en delitos
terroristas infracciones menores o conductas lícitas y supone un ataque a la
línea de flotación del sistema constitucional” en palabras de Manuel Cancio
Meliá , no siendo descartable que tras la decable electoral de un PSOE sumido en
un catártico proceso de crisis identitaria tras perder en el camino incontables
jirones del primigenio ideario socialista de su fundador Pablo Iglesias,
consume la perpetuación del Tardofranquismo en el Estado español mediante un
Gobierno de coalición con el PP (PPSOE).
Mientras, las
voces críticas del PSOE, (siguiendo el atavismo de la servidumbre a los poderes
fácticos del momento y de su adicción a la poltrona). seguirán ignorando la
gravedad de la aplicación de dichas medidas regresivas en la creencia de que no
serán los siguientes, pero para que no puedan alegar como atenuante ante el
juicio de la Historia el desconocimiento por miopía intelectual, me permito
parafrasear el poema “Cuando los nazis vinieron” del pastor protestante alemán
Martin Niemöller (1.892-1.984): “Primero vinieron a buscar a los
filoterroristas y yo no hablé porque no era filoterrorista. Después, vinieron
por los separatistas y yo no hablé porque no era separatista. Después, vinieron
por los troskistas y yo no hablé porque no era lo uno ni lo otro. Finalmente,
vinieron por mí y los demás socialdemócratas y ya para ese momento no quedaba
nadie que pudiera hablar por mí”.
GERMÁN GORRAIZ
LÓPEZ- Analista
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