“TINELLI Y FEINMANN, CONTRACARAS DE LA CULTURA”
EDUARDO SANGUINETTI, FILOSOFO
José
Pablo Feinmann, portavoz de la cultura oficial, en degradado discurso de
barricada, intentó decir "algo" acerca del premiado hombre de la
cultura de la "culoracia": el mesías inverso, Marcelo Tinelli.
Las
expresiones de este escritor del oficialismo, proyectando sus miserias, en
lenguaje soez, mediocre y opaco, me llevaron de inmediato a escribir esta
columna a modo de testimonio, cual ‘acto de vida’, en desfavor ‘del montaje de
la historia de la cultura de este milenio’, en sintonía con el espectáculo
degradante, de los programas de TV, del conductor Tinelli.
Prácticas especulativas, como
los intentos de Feinmann en su rutina de lanzar una retórica desgastada, legitimidando
la ficcionalización de la historia de `nuestra cultura`, fraguada en el fogón
de discursos reduccionistas y autoritarios. en sintonía con las ideologías de
ocasión, presentes en los autodenominados intelectuales rentados por el poder
omnímodo, que intentan, sin pudor ante la ausencia de resistencia de la
legítima `inteligentzia`, inmortalizar acontecimientos que jamás ocurrieron.
Según Feinmann, ShowMatch “no
tiene nada que ver con la democracia” porque la democracia “requiere de
ciudadanos lúcidos, de ciudadanos que sepan valorar el pensamiento, la
cultura”… sin dudas la democracia procedimental, que debemos soportar los que
resistimos al poder de los peores, en funciones trascendentes al quehacer de
una nación, sólo precisa de ciudadanos en acto obligatorio de hacer uso de un
solo derecho: votar a su verdugo… este trasnochado escritor oficialista,
pretende convencer a un pueblo, ya de por sí al margen del acontecer cultural
inexistente de este tiempo, de que nuestra denominada ¿democracia?, está
nutrida de principios operados en prácticas donde la cultura ocupa un sitial de
honor… deviene manifestar, que tanto Tinelli como Feinmann, jamás debieron ser
galardonados como referentes de nuestra cultura…espero Feinmann devuelva el
galardón otorgado por la generosa y solidaria legislatura porteña, como
manifestó de manera grandilocuente.
El argentino no tiene en el
presente, ni siquiera un espacio para imaginar su identidad, ante el desparpajo
de los que dictan sobre nuestras existencias, y logran rescribir por decreto,
nuevamente una historia de la cultura argentina, hecha y deshecha en infinidad
de intentos, de encontrar la medida, un lugar donde instalar a los
innombrables, elevados a categoría de dioses del Olimpo.
Por supuesto coincido en que
el premio a Tinelli es un escupitajo a los grandes hombres que construyeron y
operaron en nuestra cultura, una burla siniestra.
Suturando esta noticia de lo
dicho por Feinmann, que será historia, con imágenes de candidatos del
oficialismo peronista y de la oposición peronista, plasmada en miles de afiches, que empapelan
Buenos Aires en estos días, tuve una sensación de hastio en situación kafkiana,
desde un ángulo desconocido, pues ya no guardo la esperanza de que se pueda
construir una existencia coherente, a partir de una ficción, que el poder
peronista nos obliga a transitar, con decretos que pretenden fundar una
‘historiola’ argentina, condenada a imaginar un pasado fabulado y determinado
por un grupo de escritores amateurs, con trayectoria dibujada en Hollywood o
Lumiton.
Llamo a transparentar y
accionar, además de la ’boutade’ de cómo hacer cultura, sobre urgencias reales:
Argentina hoy solo es paisaje, un destino exótico para turistas de todas las
latitudes, para invertir y consumir, con índices de mortalidad infantil
enormes, enfermedades endémicas, millones de hectáreas de soja fumigadas con
veneno en desmedro de la salud de los habitantes de la tierra, junto con una
densidad de un habitante y medio por kilómetro cuadrado, en todo el territorio
nacional…nada ha cambiado desde hace dos siglos. Transitamos un presente, que
será historia y que debe ser tratado con las ‘urgencias de un recién nacido’.
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