¡DESESPERACIÓN!
Juan Henríquez
Ni una pizca de optimismo. Estamos metidos de lleno en un calamitoso caos económico y
social, sin ninguna posibilidad de
recuperación a corto, medio y largo plazo. La mierda hasta las narices; vivimos entre una
severa crisis económica y la dictadura de una monarquía parlamentaria
depreciada y corrupta. Y conste que puedo aparentar tener un cabreo que me subo
por las paredes, pero, ¿saben lo triste
de todo esto?, pues que no especulo con deseos, sino realidades incontestables.
El último barómetro del CIS, habla por sí solo. Los/as ciudadanos/as sitúan al paro, la corrupción y el fraude, y a
los políticos en general (partidos y política), entre los tres grandes problemas
de la sociedad española. Obsérvese, por favor, que la crisis queda relegada a un cuarto puesto.
Todo empezó con la crispación colectiva que generó
Zapatero negando la crisis; después dimos el salto a la indignación, momento
crucial del 15M; y ahora, estamos instalados en la desesperación; los suicidios
individuales son un síntoma claro del desespero. Ignoro, de seguir progresando
esta catástrofe económica y social, más las turbulencias democráticas y la
corrupción, cual será el siguiente paso que elegirá el pueblo; intuyo, que
estamos en la antesala de una revolución social, tipo mayo del 68 francés, que
reconduzca los valores de una democracia real y estatuto del ejercicio de la
política y sus actores.
Cada vez se alzan más voces pidiendo, de una parte, un
gobierno de concentración, y de otra, elecciones generales anticipadas. Y
opino, que ninguna de las dos alternativas colaboran a solucionar el caos de un
sistema viciado en sus estructuras institucionales (políticos, partidos,
empresarios, sindicatos y movimientos sociales en general). Sobre todo, porque
de poco serviría una iniciativa en la que participara las tres “R” (Rey, Rajoy
y Rubalcaba). Hay que cambiar muchísimas
cosas, pero jamás se podrá contar con los culpables de esta catastrófica situación:
¡desesperación!
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