"MANIFIESTO"

"MANIFIESTO"

Eduardo Sanguinetti, Filósofo

Manifiesto el enorme derecho a la reivindicacón pública, por la discriminación sistemática, la censura y la difamación... el atropello a mi libertad y el intento de humillación a la que me encuentro expuesto en Buenos Aires, por el accionar mafioso y cobarde de personeros de los poderes, que no pueden soportar el accionar de un hombre libre, transparente y veraz, quien como dijera Bernard Jones: “La presencia de Eduardo Sanguinetti en el seno del pensamiento contemporáneo es trascendente: da que pensar. El discurso de este filósofo deviene preciso y contundente diciendo bien lo que quiere decir, produciendo verdad”.

Mi gran problema hoy es: “La política­ de la verdad”. Por varias razones. En primer lugar, porque el poder en Argentina es lo que mejor se esconde, lo que desde el siglo XIX, llamamos “vida polí­tica” es el modo que tiene el poder de ofrecerse en representación. No es ahí ni así­ como funciona. Las relaciones de poder están tal vez entre lo más oculto del cuerpo socio-político y cultural de la República Argentina.

En segundo lugar, mi gran preocupación en lo que hace a la discriminación y censura sistemática a la estoy expuesto por las corporaciones empresariales del capitalismo argentino, y la difamación de la que soy objeto, por los mandarines y mandaderos que conforman el de la que soy objeto, por los mandarines y mandaderos que conforman el pequeño tejido social necrótico, de mercenarios rentados con nombre y apellido, cuyo accionar deviene de una tendencia que se perpetúa o en el mejor de los casos se asoma en instancias puntuales al estilo de las aberrantes dictaduras en espejos cóncavos y convexos donde pareciera que nadie mira a quién… Una tenencia –y no nos engañemos– a la que siguen aferrados accionando con la más repugnante impunidad los monopólicos medios de comunicación capitalista, instituciones, fundaciones, familias con nombre y apellido (que conforman la neo y paleoburguesí­a argentina) sin ignorar a sus acólitos e informantes, ocupando puestos en las diversas instituciones del poder y en los empresarios de corporaciones, de activos incorpóreos, de un capitalismo al modo argentino

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¿Qué delitos pueden seguir perpetrándose en nombre del terror, el miedo y la discriminación a la diferencia, en una sociedad que toma contacto con una realidad "la mía y de mis familia", al borde del sistema, por los caprichos y demás ditritus de un sistema congelado en los desgastados niveles de la 'fama y el éxito', sin elevarse una voz, ante esta instancia de horror propia de dictaduras?, ¿y los derechos humanos tan mentados y nombrados no levantan su voz apagada?

En la trastienda de todo lo que acontece con mi persona, se instaló algo oscuro que permanece y origina un enigma de enormes dimensiones. Afirmo, que si se quiere vivir y hacer democracia, como se manifiesta hora a hora, que los medios de comunicación monopólicos, no se limiten al mero juego de las alusiones y que no dejen de lanzar la noticia y luego investigar hasta llegar al núcleo de esta terrible madriguera en donde pretenden termine mi existencia asediada por atentados a mi vida, amenazas constantes y: "el silencio enteramente cómplice de los medios que construyen y dibujan la denominada realidad de hoy".

Argentina transita el sendero de un sueño perdido: la ausencia de "la verdad".

Sueño con un Estado, hoy ausente, que actúe señalando e indicando las inercias del presente, que utilice todas las herramientas con las que cuenta, sumado al coraje necesario e indispensable para que este ilí­cito no quede en una apelación al vací­o. No lo ignoren, hay

victimarios o verdugos, como prefieran; psicópatas autoritarios personeros del horror que circulan libremente por mi querida ciudad de Buenos Aires.

Sólo tenemos una vida por vivir, creo que debemos honrarla aquí ahora y por siempre anteponiendo la verdad y la transparencia a la contundencia de la mentira, la cobardí­a y la estafa Si no alcanzamos esta digní­sima meta, estamos expuestos a transitar una existencia de simulación y farsa donde lo esencial no se ha dicho, donde lo esencial no se ha hecho, rotundamente no es mi ideal.

Que persista la memoria