GENOCIDIO
Economico
Lorenzo Soriano.
Decía
Adriano Imperator (Publio Aelio), que “toda Ley que se incumple reiteradamente
es injusta por naturaleza y hace que se incumplan juntamente, leyes justas y
adecuadas”. Pues bien, me refiero a los desheredados del sistema
Económico-Social, que bajo el barniz de un modelo progresista y de “bienestar
social”, decidieron en su día, hace casi 30 años ya, deshacerse de una mayoría
de los millones de microempresas que hay, pudiéramos decir habían, en este
país. Es un tema delicado y de alto secreto, además consensuado por todos los
partidos políticos sin excepción alguna. Me llamaran
conspiranoico de nuevo, como en el 11m o con lo de las protección de las
castas, o con lo de la persecución e indefensión fiscal que padecemos
borreguilmente, pero les invito a reflexionar conmigo y verán cómo hay tema,
hilo y argumento para ello.
La
demonización del empresario viene de lejos, desde el dúo González –Guerra,
quien lo hubiese dicho, al menos por lo que respecta al primero. Fue una
campaña atroz, Gramsciana, que ha producido igual de fruto. La juventud de dos
generaciones y siguiendo, solo aspira a ser funcionario. A vivir del
presupuesto y a gozar de las prerrogativas funcionariales. Privilegios solo
reservados a ellos y a la casta política, cayendo algo en la redundancia. Pero
para ello necesitaban recaudar grandes cantidades de dinero con la que
financiar el perverso sistema y extorsionar a las clases medias ahorradoras y
mayormente autónomas que sostenían el tinglado en su inmensa mayoría. Entonces
diseñaron lo que han dado a llamar “la optimización de la recaudación”.
Subieron los impuestos casi al doble y dieron una política fiscal que no
distingue a las corporaciones de los microempresarios indefensos. A su vez, no
liberaron a los empresarios de costear los “derechos” que desde Franco habían
almacenado los trabajadores, además de soportar la cuota de la Seguridad social
y convenios incumplibles. Seguidamente, a base de vueltas de tuerca y de
aumentos en los consumibles, combustibles, energías y comunicaciones, a la vez
de tributos y tasas sin cuento, disparatadas la mayoría, hacen sumergirse a
casi la mitad de los sostenedores del sistema y que casualmente son los que no
hacen uso de los beneficios del mismo. Por no poder acceder o por no tener
tiempo para ello. No contentos con tener una reata de contribuyentes para sus
despilfarros totalmente vencidos y esclavizados, pretenden ahora terminar con
ellos en un enorme holocausto económico. La optimización de la recaudación
implica la desaparición casi total de las pequeñas, e incluso medianas
empresas. El coste de recaudar a El Corte Ingles, Zara o Mercadona, es
irrisorio comparado con el control de 3 millones de pequeños autónomos, que son
además desafectos al control y al pago de tributos. Recaudar de los
funcionarios o empleados por cuenta ajena se hace desde el origen de las rentas
y se les sube a criterio de las tropelías de la casta exprimidora. Sencillo y
limpio el atraco. Así pues estamos asistiendo al último acto de la tragedia que
conllevara el genocidio económico de las clases medias independientes,
autónomas y profesionales. Como ejemplo ponen que en el reino unido, el 90% de
los bares, cafeterías, restaurantes y Pubs, de todo tipo, pertenecen únicamente
a 20 empresas. Y son varias decenas de miles de ellos, algunas con 20 o 30 mil
establecimientos. Algo parecido pasa con las Farmacias Boots y Watson que
dominan el 90% de los dispensarios. Fácil de recaudar si comparamos el tener
que estar controlando a un millón de propietarios de establecimientos
hosteleros o de servicios con criterios dispares. Pues ya saben, a pedir
trabajo a Alcampo, a Meliá, a Vips, o a Zara y el Corte Ingles. Que por ahí van
los tiros. A reflexionar.
Reflexiones
L. Soriano
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