lunes, 1 de julio de 2024

LOS “PERIODISTAS” ESPAÑOLES QUE DEBERÍAN PEDIR PERDÓN A JULIAN ASSANGE


LOS “PERIODISTAS” ESPAÑOLES QUE DEBERÍAN PEDIR PERDÓN A JULIAN ASSANGE

MANU LEVIN

Medios como la COPE, La Razón, El Periódico o La Vanguardia y periodistas como Ángel Expósito, Jorge Bustos o Fernando de Haro contribuyeron con toda clase de infamias a la campaña de destrucción personal del fundador de WikiLeak

Hoy es un día de celebración para todas las personas que defendemos la verdad, el derecho a la información y el auténtico periodismo, y que por lo tanto hemos reclamado durante años la libertad de Julian Assange, y es un día triste para los autodenominados periodistas que desde el primer momento se pusieron de perfil, o peor, se pusieron al lado del poder y enfrente de Julian Assange, lo difamaron y defendieron su persecución, encierro y tortura en nombre de la “seguridad nacional” de Estados Unidos y de “Occidente”. Buen día para el periodismo, mal día para quienes lo pisotean y destruyen desde dentro como carcoma en madera.

El tiempo, a veces, pone a cada uno en su lugar. En este caso, ha puesto a Julian Assange en libertad y a quienes lo atacaron desde el propio oficio periodístico, en ridículo. The ATLANTIC, con sede en Washington: “Julian Assange tuvo lo que se merecía. No continúen picando en sus llamadas a la simpatía, su megalomanía y su promiscuidad con los hechos”. The New York Post, con sede en Nueva York: “A la gente de izquierdas y de derechas: no conviertan a un filtrador en un héroe; es un traidor”. Hoy se podrían citar aquí innumerables ejemplos como estos en la prensa estadounidense que pasarán a la historia de la infamia mediática, con ríos de tinta destinados a construir un monstruo alrededor de la figura de Julian Assange.

Que la prensa sistémica del corazón del imperio, como The New York Post (del clan Murdoch), atacara de esa manera a Assange, no por indecente resulta sorprendente: al fin y al cabo Assange hizo mucho daño a la propaganda de guerra del Gobierno, la Inteligencia y los poderes mediáticos de los Estados Unidos. Pero más patético -por servil, por sumiso, por pelota, por indigno- resulta lo que hicieron muchas empresas de comunicación aquí en España para correr en auxilio del gran amo estadounidense en su cruzada para destruir humanamente a Julian Assange. Repasemos algunos de los hits de la vergüenza contra Assange que vertieron los poderes mediáticos del Reino de España.

"LA RAZÓN desvela cómo era el centro de operaciones de Assange en la embajada de Ecuador" (“centro de operaciones”, como si fuera una especie de terrorista). "Las autoridades ecuatorianas siempre sospecharon que el australiano utilizaba su cuarto en la embajada como centro de operaciones de Wikileaks, algo que le fue convirtiendo en un huésped incómodo e indeseado. La vida de Assange en la Embajada acabó resultando un incordio para los trabajadores, tal y como relató el embajador Juan Falconí en una carta de 2014 al Ministerio de Exteriores. Su falta de higiene, el trato despectivo a los guardias y su costumbre de usar el patinete y jugar al balón en el interior de la embajada soliviantaron al personal. En otra ocasión, restregó sus heces en la puerta del embajador". No como quien escribió esto en La Razón, que restregó sus heces en la deontología periodística.

Ahí tienen la gran “EXCLUSIVA” del periódico de Marhuenda: denigrar, vilipendiar y humillar a un periodista que simplemente hizo públicas verdades. Porque hay que recordar que nadie ha sido capaz de contradecir ni uno solo de los hechos que Assange hizo conocer al mundo. No se puede decir lo mismo de la trayectoria de La Razón.

Más hits de la infamia mediática patria contra Assange, también encaminados, como veíamos en La Razón, no tanto a argumentos de tipo político, jurídico o periodístico sino a la construcción de odio y a la demonización personal de la figura de Assange.

El Periódico: “Julian Assange: el 'hacker' megalómano”.

Jorge Bustos, subdirector de El Mundo y rostro habitual en la COPE, Telecinco y La Sexta: “Assange no piensa en la sed informativa de las masas cuando se dedica a filtrar cables por todo el mundo, sino en acrecentar el diámetro de la aureola mesiánica del propio Assange, un deje de narcisismo irresistible que es la marca psicológica de todo hacker”.

“Narcisismo irresistible”. Viendo el nivel de afectación y de extrema petulancia con el que escribe Jorge Bustos, cualquiera diría que en esas líneas estaba hablando de sí mismo... “Proyección”, lo llamaría el psicoanálisis.

Pero eso, que Assange se jugó la libertad (y lo pagó con años de secuestro y tortura) no por ningún compromiso con el derecho a la información, ni nada: lo hizo todo a su mayor gloria personal (una idea que, insisto, tiene muchísimo sentido a la vista de cómo han sido los últimos doce años de su vida). No como los grandes profesionales de El Mundo: esos sí que actúan movidos por su inquebrantable amor a la verdad y a la democracia. Los de El Mundo o, en ocasiones, los de La Vanguardia, que nos regalaron este otro titular que retrataba a Assange como, cito literal: “El hacker más odiado que apuesta por Trump”.

Todo mal en aquel titular de La Vanguardia. Primero, el sustantivo: “hacker” en lugar de “periodista”. Segundo, el adjetivo: “el más odiado”; odiado ¿por quién? ¿Hicieron una encuesta para afirmar eso? Y tercero: “que apuesta por Trump”, lo cual sencillamente es falso y además un insulto a la inteligencia para cualquiera que conozca mínimamente cuáles son las ideas de Julian Assange.

En La Vanguardia escriben eso simplemente porque, de entre las informaciones -todas verdaderas- que hizo públicas, algunas no hablaban nada bien de Hilary Clinton. Y contar la verdad sobre Hilary Clinton es apoyar a Trump. Claro. Por ejemplo, las miles de personas que en Estados Unidos se están movilizando para denunciar el apoyo de Biden a un genocidio en Gaza lo hacen porque quieren que gane Trump. Ese es el razonamiento de La Vanguardia cuando acusa a Assange de ser pro Trump. Delirante.

Pero no tanto como el argumento que encontró Angel Expósito en la COPE para poner a su audiencia en contra del fundador de Wikileaks: "¿Usted contrataría a Assange para llevar el departamento informático de su empresa? ¿A que no?", dice el tipo. Pero ¿qué clase de argumento peregrino es ese? Como si esa fuera la cuestión aquí; como si todos tuviéramos una empresa con un departamento informático y nuestro problema fuera de selección de personal. Nuestra preocupación no es esa, Ángel. Nuestra preocupación es por el derecho a la información. Y, si hablamos de eso, la pregunta es otra: ¿a quien tendríamos que elegir para garantizar nuestro derecho a la información, a Julian Assange y Wikileaks o a Ángel Expósito y la cadena COPE?

La COPE disputando fuerte la medalla de oro en el podium de la infamia mediática patria contra Julian Assange, y creo que se la podemos otorgar sin más dudas después de escuchar este último corte. Fernando de Haro en la radio de los obispos justo el día que se consumó la traición de Lenin Moreno a Assange:

“Se acabó. Se acabó el refugio de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks, en la Embajada de Ecuador en Londres. Assange -que para algunos empezó como el gran héroe de la libertad de prensa, y que ha acabado evidentemente para todos como un gran villano, capitán de las fake news, aliado de los rusos en las campañas de desinformación, soporte con mentiras del independentismo- ha sido detenido después de estar 7 años refugiado en esa Embajada de Ecuador en Londres. La Policía británica lo ha sacado de la embajada mientras gritaba alguna consigna en la que ya no se puede creer, claro. Assange ha sido detenido por una orden de extradición de Estados Unidos y rápidamente llevado ante el juez y el juez lo ha declarado culpable de un delito de haber violado la libertad condicional. Estados Unidos acusa a Assange de conspirar para inflitrarse en el sistema del Gobierno. En 2010, Assange, que es de origen australiano, se coordinó con la que era soldado Chelsea Manning para filtrar documentos del Departamento de Defensa. Más de 700.000 documentos clasificados fueron filtrados al portal WikiLeaks. Esos documentos robados y filtrados fueron saludados por muchos medios como una gran revelación, como un gran ejercicio de transparencia. Assange le cogió el gusto a las conspiraciones y empezó a protagonizar él mismo una conspiración constante. En la campaña electoral de Estados Unidos, WikiLeaks publicó datos comprometedores para Hilary Clinton que le habían pasado los rusos (…) Assange había caído del lado de los rusos de los independentistas. Esas cositas eran las que hacía Julian Assange desde la Embajada de Ecuador. Se había convertido en una de las voces más influyentes porque mucha gente lo sigue en redes sociales para destruir la imagen de España. Estuvo protegido y a buen recaudo y buen refugio en la Embajada de Ecuador mientras estaba Nicolás Correa (sic) que era un populista. Pero claro, el cambio con Lenin Moreno ha ido provocando que se haya ido creando un cerco cada vez más estrecho sobre él y al final, bueno, ha pasado lo de esta mañana [la detención de Assange]. Afortunadamente. Porque Assange era un pirata. Un pirata que quería destruir cualquier cosa que tuviera que ver con Occidente; cualquier cosa que tuviera que ver con España.”

“Nicolás Correa”. Nivelón, eh...

En fin. Podríamos analizar ahora estos dos minutos y medio de bazofia radiofónica. Pero creo que es más eficaz, a la luz de lo que felizmente ha acabado sucediendo con la libertad de Assange, cambiarle algunas palabras clave a la alocución de Fernando de Haro en la COPE. A ver qué os parece, quedaría así:

“Se acabó. Se acabó el subertugio de los perseguidores de Julian Assange, el fundador de WikiLeaks. La COPE -que para algunos empezó como un medio serio y que ha acabado evidentemente para todos como un gran villano, capitán de las fake news, aliado de los Estados Unidos en las campañas de desinformación, soporte con mentiras del imperialismo-, ha quedado en ridículo después de estar una década atacando a Julian Assange. Años defendiendo su encierro en la embajada mientras gritaban alguna consigna en la que ya no se puede creer, claro. La COPE difamó a Assange por una orden de destrucción de Estados Unidos y hoy rápidamente ha sido llevada ante el juez y el juez la ha declarado culpable del delito de haber atacado la libertad de información. Se acusa a la COPE de conspirar para defender el sistema y al Gobierno estadounidense. Desde 2010 la COPE, que es de origen eclesiástico, se coordinó con Washington para defender a su Departamento de Defensa: más de 700.000 falsedades e insultos fueron propagadas desde sus micrófonos. Aquellos ataques crueles e infundados fueron saludados por muchos medios como una gran actuación, como un gran servicio para la audiencia. La COPE le cogió gusto a las conspiraciones y empezó a protagonizar ella misma una conspiración constante. En la campaña electoral en España, la COPE publicó mentiras para dañar a la izquierda que les había pasado Villarejo. La COPE había caído del lado de la mafia y de los fascistas. Esas cositas eran las que hacía la COPE desde sus estudios en Madrid. Se había convertido en una de las cloacas más influyentes -porque mucha gente la escucha- para destruir la reputación de quien hiciera falta. Está protegida y a buen recaudo y buen refugio en la capital de España, mientras esté Anabel Díaz Ayuso, que es su mejor accionista. Pero claro, el cambio de conciencia sobre los poderes mediáticos ha ido provocando se haya ido creando un cerco cada vez más estrecho sobre ellos y al final, bueno, ha pasado lo de esta mañana. Afortunadamente; porque en la COPE son unos piratas. Unos piratas que quieren destruir a cualquiera que quiera cambiar algo en Occidente o en España”.

Creo que así el texto se acerca un poco más a la realidad que todas las patrañas que juntaletras dispuestos a lamer las botas de quien sea que se siente en la Casa Blanca escribieron para tratar de hacer daño a Julian Assange. Deberían pedirle perdón. No lo harán.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario