ESCOLIOS DE DIÓMEDES
Londres 2001- 2003
(Consta de 3 volúmenes
– Inéditos)
I
NULA EVASIÓN
Obra E.08 (a.70)
ENSALMO
(Entreverado fragmento de
CUADERNO 1)
José
Rivero Vivas
________
José
Rivero Vivas
ENSALMO
(Entreverado fragmento de
CUADERNO 1)
________________
Diómedes, de edad
indefinida y abigarrada vestimenta, rompe con la costumbre, tradicional y aun
antigua, y declina ir a Speaker’s Corner, en sábado y domingo, con objeto de
obviar su declamación sobre temas que subrayan su descontento. Sin pretensión
de original ni de singular individuo, él se acerca a Fitzroy Square -en Blomsbury’s border, o corazón de
Fitzrovia, quizá-, se sitúa en el lateral que interrumpe Conwan Street, y
se pone frente a la verja que veda el paso a la hondonada del jardín, de
espaldas, por tanto, a las placas de Virginia Woolf y George Bernard Shaw, en
las que mentalmente se apoya. Se sienta seguidamente en un banco, a ras de
aquellas fachadas, hace caso omiso a quien acierte a pasar, a los muchachos que
juegan y a quien se asome a la ventana de su despacho; desoye el rumor de los
árboles, mecidos por el viento, ignora los trinos de los pájaros, no le importa
la lluvia, el sol, las nubes, la sombra ni el rigor de la intemperie. Mira
tranquilo a la gente, que en buen tiempo abarrota el square, y, sin más preámbulos, aun cuando nadie se digne escuchar,
da comienzo a su discurso:
Gran
desventura la de quien, involuntario, emprendió un camino equivocado, pensando
que la humanidad, la multitud, su prójimo le agradecería el denuedo para
obtener su producción. Pero el mundo es pequeño y quiere dioses, mitos, ídolos
que entusiasmen a través de una actuación encaminada a enardecer y aturdir, de
modo que cada cual pueda ignorar quién es quién, y, a su merced, desconocer el
móvil que trastorna su tino.
Así pues, en lo
sucesivo, habrá de aguantarse el ímpetu que hasta aquí lo ha impulsado y ha
sostenido en él fuerte ardor inacabado para el desarrollo de su proyecto,
malogrado al final, no por falta de apuesta ni carencia de rendimiento, sino
porque resulta inútil lo hecho: nadie se ocupa de si existe el autor y su
objetivo, si es real o ficticia su meta, ni si anda afanoso en pos de su
quimera.
Recluido,
a capricho, en las cuatro paredes que forman su aposento, solo, por voluntad
propia, aunque propiciada la situación por el abandono de los demás, Diómedes,
en cuanto creador, se siente faraón en su pirámide, de elevadas proporciones,
llena de grietas e intersticios, por donde escapan sus ilusiones, sus caros
deseos, sus fallidos anhelos y su alma rota.
Regocijado,
sin duda, con la ilustre perspectiva, se adentra fascinado en la cultura, para
al cabo entender que es actividad más clasista que ninguna.
*
Se
vive de nuevo en siglos obscuros, pese a la brillantez de faros, haces
luminosos, parafernalia y lámparas sin pestañeo de cine y televisión. Ello
causa continuo parpadeo, por deslumbramiento, lo cual sume al ser en densas
tinieblas, creyendo, por su parte, haber hallado el sendero mejor iluminado de
la historia.
Sigue impertérrito
adelante y comenta:
Con perdón de quien
se aferra a su recto criterio, uno ha de preguntarse a sí mismo si es fiel y
leal al ser humano, a la naturaleza y la tierra, la acción, a veces
irresponsable, de unos pocos, que dirigen los destinos de los demás mortales.
Con ello quebrantan toda ley natural e imponen, en su transitoria o permanente
irracionalidad, con ira y soberbia, la ley del abanderado, figurín que de vez
en cuando se sacan de la manga, cual prestidigitador de primera y última fila.
De modo que, cuando
la luz penetra a raudales, la lejanía está en onda primaria; en segundo plano
aparece la desdicha, y a la cola del desfile aciago se suman la angustia, la
desazón y la desesperanza.
Mas, tenaz en su
fuero, el ser humano estudia aplicado y asimila infinitud de cosas, ocurridas en
el tiempo y recogidas en la Historia. El avance de las ciencias le es familiar.
Su sensibilidad ha sido aguzada en el trato con las artes. Ama apasionado la belleza,
y se alza, cual espíritu elevado, por sobre delirios y minucias terrenas.
Entonces, ¿por qué
este tipo de persona cae también en la barbarie? Su justificación, en la
periferia, es estupenda, persuasiva y eficaz; no convence, por el contrario, en
la prueba del nueve, que resulta equivocada. Es decir, este hombre, ante el
pronóstico más fútil, llega a comportarse como un energúmeno, persiguiendo
denodado el logro de un artefacto, con el cual amenaza perpetrar la destrucción
del planeta.
De lo cual se
infiere que, quien no es en absoluto relevante, desde la óptica profesional, no
tiene opción de alumbrar ideas. Su capacidad de reflexión se le supone nula. Es
una mente plana, sin atisbos de hallazgo ni expectativa de encontrar. Debe, por
tanto, abstenerse de hacer comentario que indique cordura, porque está descalificado
y no es aceptada su participación. Que se guarde de intervenir en coloquios,
aun cuando su acción sea lúcida, espontánea, y, además, improvisada.
*
Se
quejan, mohínos, los doctos, de que Aristóteles supiera tanto, factor que, al
cabo, pudo redundar en freno para el posterior desarrollo del conocimiento.
Deben,
los sabios de la actualidad, aprender la lección y sacar provecho de su
enjundia: menos queja, menos dilación, menos culpar la sapiencia de aquel que
supo tanto, y reflexionar sobre el poder que, desde la preeminencia de la
academia, se cultiva sobre cualquier atributo del pensamiento.
De manera que, en
un viraje somero y una visual a contraluz, se da a conocer el grado superior
del erudito. Recoja substancia el viajero, que recorre atento la trayectoria de
su legado, desde el comienzo hasta el presente, fecha en que Diómedes emprende
su disertación acerca de los resaltes captados, en el transcurso de su lectura,
en el libro abierto de su recital, signado a pluma, recientemente, porque el escrito,
al quedar marcado por grueso trazo de tinta, difícilmente quedaría traspapelado
en el maremágnum de la redacción de
l’ hebdomadaire.
Lo cierto es que el
individuo, henchido hoy de mítica aspiración, ostenta por doquier su ser único
en la vitoreada diversidad -velada desigualdad-, con lo cual exhibe, aun
inconsciente, su dúctil espíritu de grey. Ello, extensivo asimismo a estos
potentados, de insaciable avidez, que en puro albedrío deciden el devenir del
globo, y han tomado esta iniciativa como fabulosa panacea, ineludible para la
salvación del género humano en su totalidad.
La
experiencia, sin embargo, lleva a la conclusión de crear nuevos parámetros para
alcanzar mayor equidad a la hora de rendir valoración de un acto, se trate de
interpretación musical, escultura expuesta en la calle, cuadro dentro o fuera
del museo, literatura impresa o escrita con enrevesada caligrafía.
Este
procedimiento redundaría en beneficio de artistas y del público en general, ya
que, unos y otros, optarían por observar una conducta conforme dictado de su
propia consciencia y predicamento, libres en plenitud del inicuo y sagaz
flagelo, con que fustiga su sensibilidad el corifeo, que presume de hallarse
investido de razón infalible para sentenciar, como bueno o malo, el producto de
quien ha de someterse a la autoridad que confiere potestad al juez, quien a su
arbitrio dicta sentencia, en el ejercicio de su facultad.
_________________________
José
Rivero Vivas
ENSALMO
(Entreverado fragmento de
CUADERNO 1)
__________________________
ESCOLIOS DE DIÓMEDES
Londres 2001- 2003
(Consta de 3 volúmenes – Inéditos)
I
NULA EVASIÓN
Obra E.08 (a.70)
ENSALMO
(Entreverado fragmento de
CUADERNO 1)
José
Rivero Vivas
_______________
Tenerife
Islas
Canarias
Abril
de 2022
_____________
No hay comentarios:
Publicar un comentario