ESA MANÍA TAN TUYA...
DUNIA SÁNCHEZ
Esa manía tan
suya, de levantarse en las alas de mariposas cuando la melancolía oscila en sus
carnes, prolongándose en su latir apagado, desganado. Ese ritmo en la búsqueda
de unas manos que con la valentía de la supervivencia está marcada en su
destino. Avista la luna. Avista el océano. Avista corrientes nuevas
donde la frondosidad de su jardín dice de la venida de tiempos mejores. Se
recoge en su regazo y a la sombra de un árbol teje ilusiones tempranas sobre su
presente. Le habla a su compañera y ella , en medio del callar, la mira como se
mira la perdida de algo querido. Pero esa manía suya le hace dialogar sobre un
mañana, sobre un futuro, sobre horas posteriores donde quizás la marea se erija
a un mar de nubes donde los sueños se cumplen, se van construyendo en los
pilares sumergidos en la tierra para ser más contundentes. Sí, amor, te
escucho, el vuelo de los mirlos, de los herrerillos, de los canarios son
sonoros a estas horas y ellos dicen de la jornada venidera, se cumplirá
nuestros deseos, tu deseo. Sí, amor, me escuchas y en ti veo la paciencia de
estas estaciones, un crepúsculo de arco iris emana de ti y el discurso de la
vida dice de esas viejas maletas que prenden en los mares inhóspitos,
insonorizados a la huida. Pero dejemos este tema amor, escuchemos juntas a los
pájaros en su balada. La luna asoma sus cráteres. Esos barrancos donde corre el
agua hasta las mareas eviternas. El sol, en su maravilloso y bello apogeo. Una
bóveda azulada clara nos protege como el rincón de las enamoradas y juntas
bailamos con cierto aire de añoranza por un beso, un beso oculto bajo las ramas
de una sabina enunciando el ritual del amor ¿Nos queremos, crees amor? No hace
falta repuestas, nuestras razones, nuestro tacto, la caricia consumada en el
infinito del cosmos nos desquita de dudas y aquí estamos , juntas con esa magia
tan tuya con alas de mariposas melancólicas. Y me gusta tus ojos apenados, tus
ojos donde circula el dolor de muchas mujeres atrapadas en lo injusto, en lo
horrible, en el terror. Piensas en ello amor, pero, en este instante, en este
momento que nuestros ojos fluyen en un mismo cielo , una misma luna, un mismo
sol, olvídalo. Ya vendrán tiempos mejores y ahí, donde la voz es garganta
retorcida, rota, muda será de nuevo balada. La balada de alas mariposas
pintando sus sonrisas. Se escucha jaleo en la calle, es hora de despertar, de
ser vértice de nuestro aliento, de ser rítmicas flores del mañana.
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