EL BLOQUEO DE LAS DERECHAS: PRECARIEDAD PARA
TI, BENEFICIOS PARA LAS ELÉCTRICAS
POR JULEN
BOLLAIN
La portavoz de Junts en el Congreso,
Miriam Nogueras, durante una sesión plenaria extraordinaria en el Congreso de
los Diputados.Gabriel Luengas/Europa Press
El
rechazo del decreto ómnibus por parte de PP, Vox y Junts
es una muestra más de cómo la derecha política sigue anteponiendo sus intereses
partidistas a las necesidades de la ciudadanía. Aunque hablen idiomas
distintos, las derechas se entienden perfectamente. Con este voto en contra,
han dejado sin efecto una serie de medidas sociales clave para muchísimas
familias: La subida del 2,8% de las pensiones contributivas, del 6% para
pensiones mínimas, del 9% para pensiones no contributivas, las ayudas al transporte
público, la prórroga de la prohibición de desahucios, el apoyo a municipios
afectados por la DANA o las ayudas para reducir la factura eléctrica. También
el impuesto a las grandes energéticas, que busca mantener sus beneficios récord
a costa del bolsillo de la gente (en este caso se han unido el PNV y UPN).
El “no a todo” del PP, Vox y Junts refleja una clara falta de compromiso con la ciudadanía y, sobre todo, con un modelo de país que priorice el bienestar social. Las medidas que se incluían en el decreto buscaban proteger la economía, apoyar a sectores vulnerables y fomentar la sostenibilidad en un contexto de crisis energética y geopolítica. Esta postura obstruccionista, que simplemente busca machacar al Gobierno, tan solo perjudica a la ciudadanía y beneficia, como siempre, a los grandes poderes económicos que la triple alianza derechista defiende a capa y espada.
Gracias
a la pinza entre las derechas españolas y nacionalistas, que han convertido el
Congreso en un campo de batalla donde los intereses partidistas son lo único
que priman, la ciudadanía se enfrenta ahora a un futuro más incierto. Pero no
nos engañemos. Este bloqueo es parte de una estrategia política que busca
dinamitar cualquier avance progresista y perpetuar una visión en la que el mercado
manda sobre los derechos de las personas.
Un modelo de país al servicio de las élites
Las
consecuencias del rechazo al decreto son directas para millones de personas que
ahora ven cómo sus derechos son sacrificados mientras se protegen los intereses
de las grandes empresas. ¿Qué les van a decir el PP, Vox y Junts a los más de
doce millones de personas a los que han congelado las pensiones? ¿Qué les dirán
a los millones de personas que día a día utilizan el transporte público y cuyas
ayudas desaparecerán? ¿Y a las miles de familias vulnerables que vuelven a
tener la amenaza de desahucio encima de la mesa? ¿Qué le dirá Mazón a los
municipios afectados por la DANA cuando les tenga que comunicar que las ayudas
destinadas para la reconstrucción quedan sin efecto?
Es
gracioso que Junts intente justificar lo injustificable con el argumento de que
las pensiones deben debatirse por separado. Que sí, que se podrían haber votado
por separado. Pero, ¿a quién pretenden engañar? Su postura no es más que una
estrategia de desgaste hacia el Gobierno, alineándose con la derecha española
en una jugada de puro oportunismo político. Sin embargo, el castigo no es para
el Gobierno. El castigo es para los millones de personas que van a pagar de sus
propios bolsillos el precio de este infantil bloqueo.
El
caso del impuesto a las energéticas es especialmente indignante. Son empresas
que están teniendo beneficios récord, pero que PP, Vox, Junts, PNV y UPN han
decidido que no deben seguir contribuyendo con lo justo. En su defensa a ultranza
de una supuesta “libertad económica”, lo que realmente están haciendo estos
partidos es perpetuar un sistema que favorece a los poderosos y abandona a la
gran mayoría social.
La izquierda debe reaccionar
Frente
a este bloqueo sistemático es necesario que la izquierda dé una respuesta firme
y decidida. No vale con lamentarse por la falta de apoyo parlamentario. Porque,
si miramos a nuestro alrededor, a lo que pasa en el mundo y a la ola
ultraderechista que ya ha venido para quedarse en Europa, es innegable que nos
estamos jugando mucho. Demasiado para no ir con todo y a por todas. Es
necesario articular un discurso claro que exponga quién está detrás de la
política de bloqueo y cuáles son sus verdaderos intereses. La ciudadanía debe
saber que los derechos que se les niegan hoy son fruto de decisiones políticas,
muchas dadas por las élites económicas, que buscan perpetuar un modelo de
desigualdad y precariedad. La izquierda debe ser capaz de señalar con claridad
a los responsables y proponer soluciones que vayan más allá de los marcos
convencionales.
Es
momento de actuar con valentía. No se puede ceder ante quienes solo buscan
debilitar el escudo social. Y, no nos olvidemos: la sociedad civil tiene un
papel clave. La movilización y la exigencia de avanzar en derechos son
fundamentales para frenar esta ofensiva reaccionaria. Si la derecha persiste en
su estrategia de bloqueo, la respuesta debe ser contundente: más justicia
social, más equidad y más derechos. No podemos permitir que el bienestar de la
mayoría quede a merced de los intereses de unos pocos.
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